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Separatistas lograron mayoría absoluta en Cataluña

Con el 97% escrutado, las dos fuerzas independentistas obtienen los diputados necesarios para iniciar la ruptura de España. Sin embargo, deben limar diferencias y unirse para concretarlo.

Los partidarios de la independencia de Cataluña obtuvieron este domingo la mayoría absoluta de los escaños en el Parlamento regional, pero no superaron el 50% de los votos, en unas elecciones convertidas en plebiscito sobre la secesión que abren un escenario de incertidumbre tras la promesa de los vencedores de avanzar hacia la ruptura con España.

Con una participación histórica que superó el 77,46% del electorado, los catalanes enviaron al menos un mensaje claro al gobierno español de Mariano Rajoy: que el descontento social con sus políticas neoliberales de los últimos años de crisis se tradujo en un aumento del apoyo a la secesión.

La victoria de los independentistas en número de escaños sin superar el umbral de votos que validaría un referéndum, deja lecturas contrapuestas sobre el resultado electoral, ya que los promotores de la secesión se consideran legitimados para llevar a cabo sus planes mientras los defensores de la unidad de España entienden que han fracasado al no conseguir el apoyo de la mayoría de los votantes catalanes.

La candidatura Junts pel Sí (Juntos por el Sí) que impulsó el presidente catalán, Artur Mas, resultó vencedora al obtener 62 escaños de una cámara regional conformada 135 diputados, escrutados el 97% de los sufragios.

Si bien la lista unitaria de Mas no consigue la mayoría absoluta en solitario -que se sitúa en 68 bancas- lo hace sumando los escaños los de la fuerza anticapitalista e independentista Candidatura d’Unitat Popular (CUP), que logran 10 diputados. Ambas candidaturas se hacen con 72 escaños.

Sin embargo, los secesionistas no superan el 50% de los votos, al quedarse en el 47,85%.

A pesar de ello, los candidatos de Juntos por el Si habían anticipado que de conseguir una mayoría clara de escaños avanzarían en la «hoja de ruta» diseñada por Mas para llevar a Cataluña a la independencia en un plazo de 18 meses.

Esta posición garantiza un enfrentamiento con el Ejecutivo central de Mariano Rajoy, que aseguró que hará todo lo necesario para frenar los planes secesionistas, que considera inconstitucionales.

«Hoy tenemos un doble victoria, ha ganado el sí, pero también ha ganado la democracia. Dos victorias en una», proclamó Mas ante una multitud de simpatizantes independentistas que se concentraron frente al Mercado del Born de Barcelona, donde la lista Juntos por el Sí siguió el recuento de los votos.

«Todos aquellos que le negaban el carácter plebiscitario de estas elecciones, ¿qué dirán ahora con más de un 76% de participación?», enfatizó Mas. Y añadió: «del mismo modo que nosotros hubiéramos aceptado la derrota, pedimos que los otros acepten la victoria de Cataluña y la victoria del Sí».

«Tenemos mucho trabajo por delante, no aflojaremos, sabemos que hemos ganado con casi todo en contra, y esto nos da una enorme fuerza y responsabilidad para sacar adelante este proyecto», concluyó Mas entre gritos de «in-inde-independencia».

La intención de Mas, planteó estas elecciones como un plebiscito para sustituir el referéndum que le negó el presidente Mariano Rajoy por ilegal, es poner en marcha un gobierno de concertación, pero las CUP advirtieron que no apoyarían su investidura, lo que complicará el plan.

La número dos de la candidatura de las CUP, Anna Gabriel, señaló hoy que «el proyecto independentista sigue adelante» aunque avisó que «Mas no es imprescindible».

De acuerdo los resultados, el partido Ciudadanos de Albert Rivera sería la segunda fuerza política y la primera entre lo que defienden la «unión» con España, con 25 escaños. Detrás vienen los socialistas, con 16 escaños, cuatro menos que la anterior legislatura.

El cuarto lugar lo comparten el Partido Popular (PP) de Mariano Rajoy, que retrocede de 19 a 11 diputados, los mismos que Catalunya Si que es Pot (Cataluña si se puede), la candidatura de izquierdas en la que está integrada Podemos, el partido liderado por Pablo Iglesias.

«Son más los catalanes que votaron no, que los que votaron si (a la independencia)», aseguró Rivera al valorar los resultados catalanes poniéndose ya en el papel de candidato a la presidencia del gobierno de España.

«Quien ha garantizado que España siga unida no fue el gobierno, ni los socialistas, ni los populista de Podemos, sino Ciudadanos», remarcó Rivera.

Previamente, su candidata en Cataluña, Inés Arrimadas, subrayó que «Artur Mas solo puede hacer una cosa, dimitir e irse a su casa» y pidió «nuevas elecciones» entre gritos de ¡Presidenta, Presidenta! de sus simpatizantes.

El candidato del PP, Xavier García Albiol, admitió que no había obtenido los resultados esperados, pero destacó que la alta participación puso de manifiesto que «una inmensa mayoría de catalanes no estamos por la división y los que plantearon las elecciones como un plebiscito han fracasado».

El candidato de los socialistas, Miguel Iceta, también consideró que la tesis del plebiscito fracasó, y recordó que el partido de Mas, CDC y ERC, que integran la lista del Sí, tiene hoy 9 escaños menos que en 2012.

Desde Madrid, el secretario general del Partido Socialista (PSOE), Pedro Sánchez, aseguró que «perdieron quienes dijeron que estas elecciones eran un plebiscito» porque «una mayoría dijo que no quiere la independencia, pero quieren convivencia, dialogo y reforma».

En tanto, el líder de Podemos, Pablo Iglesias, sostuvo que los resultados fueron decepcionantes para su candidatura y dejaron a Cataluña y España «en una situación sin salida».

«España no necesita un presidente que amenace con enviar al Ejercito, sino uno que escuche a Cataluña y yo quiero ser ese presidente», añadió.

Muchos de los votantes de la candidatura unitaria no son partidarios de una ruptura unilateral y reconocieron que habían utilizado su voto para presionar hacia una nueva negociación con el gobierno español, ya sea para la celebración de un referéndum legal o una ampliación de la autonomía.

El resultado no deja de ser un importante respaldo a los secesionistas y un golpe a Mariano Rajoy, quien no hizo ninguna valoración del veredicto de las urnas en Cataluña a menos de tres meses de las elecciones generales.

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