Por Mónica Peralta
Estamos en un momento histórico en el cual, el Estado parece sólo garantizar y profundizar un modelo de producción que excluye a las grandes mayorías. La administración de la vía navegable troncal del Paraná como canal principal de exportación e importación de mercancías y su dragado afectan notablemente la flora y fauna de la región que sumado a los incendios intencionales, y canales y terraplenes ilegales; son una muestra cabal del daño ocasionado.
Hoy, en el marco de una sequía histórica que afecta sobre todo a la región centro del país, vemos con enorme preocupación como ríos, lagunas, arroyos y espejos de agua se secan o disminuyen drásticamente su caudal trayendo consigo la mortandad de animales y pérdidas millonarias en las cosechas.
El humedal del Delta del Paraná es un ejemplo de lo mencionado. La bajante extrema del río y la mortandad de peces son consecuencia de muchos factores que exceden a los fenómenos climatológicos como “La Niña». Baqueanos de la región aseguran que el dragado excesivo del cauce del río y el no dragado de las bocas de acceso de agua secan estos canales transformando la topografía y afectando de lleno la vida en el río.
Recientes imágenes de desmoronamientos y derrumbes instantáneos en las riberas y barrancas de la región producidas por la bajante, nos dan una demostración palpable de cómo va desapareciendo nuestra superficie costera y con ella los humedales y toda la vida que habita en ellos.
Se estima que en los últimos 300 años ha desaparecido el 87% de los humedales del planeta y existe una escasa conciencia sobre la importancia que tienen para la vida. En Latinoamérica y Caribe desde la década del 70 desaparecieron el 58%. En Argentina hay más de 600.000 km² de humedales (21,5% de la superficie) y entre ellos hay 22 sitios Ramsar que, en total, alcanzan unas 5,6 millones de hectáreas.
Asimismo, en Santa Fe, se alberga gran parte del Paraná, por donde pasa la vía navegable conocida como Hidrovía de trascendencia estratégica y comercial para la economía latinoamericana y global; sumado al humedal biprovincial, y otros dos: el Jaaukanigás, correspondiente al departamento General Obligado y Laguna Melincué, en el departamento General López; todos reconocidos por la convención Ramsar. Por eso es tan grande y hace tanto daño el impacto de la sequía y en el caso del Delta el mal dragado de la vía troncal mencionada.
Por su parte, según información pública, la Vía Navegable Troncal -o Hidrovía- es el sistema de ríos y canales que vincula más de 80 puertos argentinos de las ríos Paraná y de La Plata, permitiendo el comercio en esos puertos de más de 125 millones de toneladas de todo tipo de cargas, 1.5 millones de contenedores, 750.000 vehículos y el arribo de 320 mil pasajeros de cruceros. Igualmente, es la puerta de entrada del sistema hidroviario que conecta más de 3 millones de km2 del continente americano y vincula puertos de Uruguay, Paraguay, Bolivia y Brasil.
Para dimensionar la relevancia en términos productivos y económicos de Santa Fe, el Paraná, los demás focos hídricos de la región, y el impacto de la sequía; más del 83 % de las exportaciones de provincia se relacionan con el campo y gran parte de eso se exporta a través de la vía navegable. Siendo la provincia, además, sede del mayor complejo agroexportador del mundo por donde sale el 75 por ciento de los granos cosechados en el Argentina.
Por eso, es válido mencionar que en tiempos de emergencia ambiental como la que vivimos hay que ser claros en un asunto y responder con honestidad si lo que se busca es priorizar la profundización de un modelo productivo por sobre la vida y recursos medioambientales, sobre nuestros humedales que poseen funciones ecosistémica indispensables para nuestra supervivencia y juegan un papel fundamental en la regulación climática, el mantenimiento de las fuentes y caudales de agua, la regulación de inundaciones y sequías, la protección contra fenómenos naturales, la manutención de la calidad del agua a través de la retención de sedimentos y nutrientes, y la reserva de agua, entre otras cosas.
En relación a esto, presenté en la legislatura un Proyecto de Ley solicitando al Gobernador Omar Perotti la creación del «Consejo Hidrovía» con carácter vinculante que obre de soporte para las decisiones llevadas adelante por el ejecutivo provincial sobre la vía navegable.
Dicho Consejo, debería realizar estudios e investigaciones para conocer y prever los impactos de la obra en relación al territorio provincial en términos ambientales, económicos, logísticos y sociales. Además, serviría de espacio participativo para la ciudadanía y organizaciones relacionadas con la temática, promoviendo el acceso a la información, entre otras herramientas tendientes a empoderar a la comunidad.
Además, es necesario impulsar la reactivación del Plan Integral Estratégico para la Conservación y Aprovechamiento Sostenible en el Delta del Paraná PIECAS-DP presentando a tales fines un cronograma de acción para llevar adelante el sostenimiento y promoción de las reuniones, encuentros y diálogos que permitan alcanzar los acuerdos políticos necesarios con las autoridades de las provincias de Entre Ríos, Buenos Aires y de Nación, que el Plan requiere para su pleno funcionamiento.
A casi 15 años de su creación, el PIECAS-DP actualmente se mantiene institucionalmente abordando de manera conspicua aspectos parciales de la problemática del Delta, como los enclaves de áreas naturales protegidas o gestionando la emergencia ígnea, pero omitiendo la concepción de planificación y gestión integrada propuesta y acordada en el Plan, que constituye la base conceptual y metodológica del acuerdo que se encuentra vigente.
En ese sentido es que llevamos adelante a mediados de 2022 el primer encuentro interprovincial de legisladores y legisladores por los humedales donde se buscó reactivar y poner en valor dicho plan estratégico además de potenciar la Ley de Humedales. Del encuentro surgió un documento que presenté al ministro de Ambiente de la Nación, Juan Cabandié, el texto fue elaborado por legisladores de Santa Fe, Entre Ríos y Buenos Aires, en donde se exige la plena implementación del Plan PIECAS, vigente desde 2008, que busca aprovechar y conservar el Delta del Paraná.
Ya no hay más tiempo, el cuidado de la flora, la fauna y la salud de la población necesitan que el Estado en todas sus representaciones enfoquen sus políticas de forma efectiva para proteger a la ciudadanía y obrar en favor de las futuras generaciones, invirtiendo en procesos productivos que acompañados de la tecnología garanticen la sustentabilidad.
Es clave que el gobernador de nuestra provincia exija ante la nación no solo recursos, sino además sea un actor fundamental en todos los procesos, por cierto bastantes confusos, que se llevan adelante en lo vinculado a las licitaciones que implican al dragado y mantenimiento de la hidrovía, como así también se enfoque en la contaminación de nuestros arroyos, los controles sobre las industrias que vuelcan residuos a nuestros ríos y que los bajos submeridionales no sean puestos al servicio de la explotación de ciertos capitales, esto es determinante porque no falta mucho para que digamos que “dejo de correr agua bajo el puente”.