Cuatro serán los aspirantes a suceder a Mónica Fein en la intendencia de Rosario el próximo 16 de junio. El detalle es que todos ellos actualmente son concejales: Roberto Sukerman, Pablo Javkin, Roy López Molina y Juan Monteverde. El peronista fue el candidato individual más votado, el ex ARI dio el batacazo al derrotar a la socialista Verónica Irizar en la interna, el referente macrista si bien superó por amplio margen al radical Jorge Boasso se desinfló respecto a los comicios anteriores, mientras que el líder de Ciudad Futura tuvo una alianza frustrada con el justicialismo y aspira a terciar en la compulsa.
Sukerman fue el único representante del frente Juntos, que si bien ese espacio tuvo una multiplicidad de listas a concejales, todas abrevaron en la candidatura del ex director de la Ansés Rosario. En ese marco, obtuvo 107.860 votos, siendo individualmente el preferido por los rosarinos con el 23,69%.
El desafío de Sukerman es ampliar su base de sustentación para tener chances concretas de acceder al Palacio de los Leones. Una posibilidad es intentar reactivar el acercamiento que intentó con Ciudad Futura, aunque esta fuerza política también competirá en la general. ¿Intentará tentar a Monteverde para que se baje y le brinde su apoyo? Es una posibilidad.
Aquí Javkin logró un resonante triunfo al desbancar al oficialismo, generando un hecho histórico: el Partido Socialista, que gobierna la ciudad desde 1989, no tendrá un candidato propio en la elección general.
A pesar de que muchas fuerzas políticas le temen a las internas, porque se suele decir que deja “heridos en el camino”, lis últimos turnos electorales demostraron que si el enfrentamiento es atractiva, reditúa en las urnas. Eso le pasó al Frente Progresista. El dirigente del partido Creo obtuvo 90.259 votos, contra los 81.776 de la socialista. La suma de ambos candidatos da 37,78% de los votos totales, ubicando al Frente Progresista como la fuerza política más votada.
Hace cuatro años, Fein ganó con 165 mil votos y hace dos años la lista de concejales oficialista salió tercera y muy lejos del primer puesto. Esto indica que hay una recuperación notable del Frente Progresista, más teniendo en cuenta el desgaste por la cantidad de años que se mantiene en el poder. Aquí mucho tuvo que ver el declive del contexto nacional, que revalorizó en contraposición las políticas públicas, sociales, de salud y empleo que encara la gestión local.
Los ojos están puestos en evitar la fuga de votos. Y ya Irizar se expresó públicamente que va a “trabajar para que Javkin sea el próximo intendente”. El ex ARI fue duro durante la campaña con el socialismo, habrá que ver si la munición gruesa que lanzó hizo mella en la relación de la coalición oficialista.
Un caso aparte es el de López Molina, tras ser la estrella de los comicios de 2017 donde con su candidatura a concejal superó los 200 mil votos, la performance actual puede considerarse un fracaso. El referente de Mauricio Macri en Rosario se vio claramente afectado por las políticas del gobierno de Cambiemos, el declive económico, la recesión, la caída del consumo, la pérdida del poder adquisitivo, el desempleo, la devaluación, un combo terrible que pegó dura en la candidatura del actual edil.
Ese declive hizo que el histórico dirigente radical Jorge Boasso se le animara a la interna, aunque López Molina la sorteó con tranquilidad: 59.766 del dirigente del PRO contra 37.319 del radical. La marca Cambiemos totalizó 21,33% de las preferencia, siendo la tercera fuerza de la ciudad.
López Molina se mantiene firme y sigue machacando con los temas que priorizó durante la campaña: seguridad, seguridad y seguridad. Habrá que ver si vuelve a enamorar a los rosarinos o su postulación sufrirá el flagelo de la pérdida de votos por el tan temible voto útil.
Por último, los 51.271 votos (11,26%) de Monteverde cotizan en bolsa. El referente de Ciudad Futura obtuvo el pase a la general, se trata de una fuerza política joven, que en su corto recorrido ya logró representación en el Concejo y con el paso de las elecciones se mantiene, lo que es todo un valor en sí mismo. Ese es el norte, mostrarse como una nueva opción a la política tradicional: Monteverde le apuntó al “techo” que tiene Sukerman y al “falso cambio” de Javkin por su pertenencia a la gestión del Frente Progresista.