Es conocido entre sus compañeros como “Palomo”, apodo que lleva desde que pasó por Independiente, equipo del que es fanático, el mítico delantero colombiano Albeiro Usuriaga. Como sucede en estos casos, la broma dio paso a la costumbre y hoy pocos lo reconocen como Sergio. Nació en General Pinedo, un pequeño pueblo del sudoeste chaqueño, pero se asentó en Rosario hace más de 40 años.
El arraigo tan fuerte con Ludueña, un barrio netamente obrero del oeste rosarino –hoy lamentablemente asfixiado por el narcotráfico– lo ha llevado a emprender varias campañas solidarias para apoyar a parte del vecindario urgido por el contexto económico.
Previamente a sumarse a la familia camionera, fue ayudante de albañil, siguiendo los pasos de su padre. Posteriormente trabajó en una fábrica donde se hacían carretillas y andamios; allí aprendió el oficio de soldador. Al día de hoy “Palomo” lleva casi tres décadas formando parte de la rama láctea. Todos los días, desde hace 29 años se sube a un camión con el logo de SanCor para hacer el reparto de leche y derivados por la zona norte de Rosario. Gallardo asegura que le encanta la profesión y que no padece mayormente el desgaste de una rutina tan prolongada.
Su acercamiento al sindicalismo se produjo hace unos diez años atrás. Fue su compañero Walter Cabrera –actualmente Secretario de Obra Social de nuestro gremio– quien le comentó los planes que se estaban gestando y le presentó a Juan Chulich.
El proyecto lo entusiasmó y lo llevó a involucrarse progresivamente. Los objetivos que se proponían para reivindicar los derechos de los compañeros, la convicción que se transmitía desde el naciente espacio, la buena gente que conoció en el camino fueron las razones para acompañar activamente la conformación de este espacio. Destaca que su crecimiento en la acción gremial “siempre fue escuchando y aprendiendo de Juan, de lo que nos fue diciendo por toda su experiencia, y de cada uno de mis compañeros con los que hoy seguimos en esta lucha”.
Hoy “Palomo” desdobla sus esfuerzos entre su trabajo como repartidor y su responsabilidad como secretario de Turismo y Deporte del Sindicato de Choferes de Santa Fe. Pero además, como antes comentábamos, siempre que hace falta, Sergio tiende una mano hacia quienes más lo necesitan, organizando las acciones solidarias que se desarrollan desde nuestra organización mutual, sindical o desde la Fundación Andrés.
“Me gusta mucho la parte solidaria. Entre nuestras actividades está la entrega de bolsos con mercadería para la gente de distintos barrios de la ciudad o el clásico guiso que cocinamos todos los 1º de mayo para el día del trabajador. Me gusta mucho estar junto a la gente y al grupo de chicos del barrio que siempre me acompañan en esas actividades”.
Proyectando lo que viene “Palomo” ve un escenario auspicioso para complementar dos de sus grandes pasiones: el sindicalismo y el deporte. “Estamos desde 2017 con un grupo de chicos que juegan al fútbol con el que vamos representando al sindicato de camioneros a distintos lugares: Córdoba, Santiago del Estero, Santa Fe. Mi gran sueño es que nuestro sindicato tenga su propio club y yo sé que le vamos a lograr en su momento. Nuestro secretario general y toda la conducción tiene en claro los valores que otorga el deporte y la importancia para la integración social. Que nuestro propio club tenga todas sus actividades, fútbol –masculino y femenino–, tenis, voley, hockey, son proyectos a futuro que si Dios nos acompaña lo vamos a poder lograr y todo con trabajo”, señala.
Por último, se refiere al respaldo con el que cuenta para llevar a cabo su tarea: “Cada una de todas estas cosas que se vienen logrando es gracias al apoyo de Juan Chulich, que está siempre presente. Así que de mi parte solo tengo palabras de agradecimiento”.
