El cantautor español Joan Manuel Serrat anunció que en 2022 se despedirá definitivamente de los escenarios con una gira mundial que iniciará el 27 de abril en el Beacon Theatre de Nueva York, prevé una recorrida por América latina y culminará el 23 de diciembre en el Palau Sant Jordi de Barcelona.
“Lo que he decidido es despedirme en persona. No me gustó sentirme despedido por una plaga. Por eso me planteé ir al lugar más natural para hacerlo, con el público enfrente, lleno de gratitud y alegría”, dijo el artista de 77 años al diario español El País, al ser consultado sobre los motivos de su decisión.
Y aunque no brindó precisiones sobre los lugares en los que actuará en su gira El vicio de cantar 1965-2022, lo cual quedará definitivamente develado el próximo 8 de diciembre cuando se conozca la grilla, Serrat manifestó que su deseo es despedirse “de todos aquellos que me han tratado bien a lo largo de los años” y hacerlo “en los sitios donde están”.
“Me despediré, y ya no volveré a tocar. Volveré a los sitios, saludaré, comeré, pero ya no volveré a los escenarios. Tocaré y compondré en casa, es posible que grabe un disco. Pero no volveré a los escenarios. Hay que hacerlo en algún momento. En el confinamiento me fijé en los árboles, en los pájaros. Y sobre todo leí mucho. Lo estaba dejando. Y me despediré no a la francesa, sino como corresponde”, remarcó el músico catalán.
En tal sentido, hizo hincapié en el accidente que sufrió sobre el escenario su colega Joaquín Sabina en un show conjunto que los obligó a cancelar una gira y la posterior pandemia de coronavirus que provocó “una inactividad forzosa”, al justificar su decisión de decir adiós a su público en persona.
“Las dificultades fueron distanciándome. Estaba cada vez más lejos de la actividad que hacía, y aunque no desde el sentimiento, lo cierto es que también estaba inevitablemente alejado de la gente. Lo que he decidido es despedirme en persona. No me gustó sentirme despedido por una plaga. Por eso me planteé ir al lugar más natural para hacerlo, con el público enfrente, lleno de gratitud y alegría”, dijo el catalán.
Y vaticinó: “Quiero hacer un espectáculo durante el cual no se le caiga a la gente la sonrisa de los labios… Habrá 20, 30 canciones, y no sé cuáles van a ser. Iré acompañado de mi equipo de siempre. Técnicos, músicos, iluminadores, los mismos de siempre… ¡Hasta yo voy a ser el mismo! ¿Colegas? No lo sé. Se podrían hacer muchas cosas. Ya veremos”.
Con un debut profesional en 1965 en una radio de Barcelona, Serrat se erigió como pionero de lo que se llamó la “nueva canción catalana”, a partir de la revalorización y actualización de ritmos, poemas, cuentos y creencias populares.
Como gran ejemplo de su rescate de la tradición, destacan sus lecturas musicales de poemas de Antonio Machado y Miguel Hernández, plasmados en sendos discos; pero también su postura de combinar en su canto la lengua española con el catalán, lo que provocó una polémica que lo dejó fuera del festival Eurovisión en 1968.
El artista también sorprendió como cantautor con “Tu nombre me sabe a hierba”, uno de sus primeros grandes éxitos en nuestro país, y se consolidó definitivamente en ese rubro con Mediterráneo, su gran obra maestra de 1971 que contenía clásicos como el que le da nombre a la placa, “La mujer que yo quiero”, “Pueblo blanco”, “Aquellas pequeñas cosas”, “Vagabundear”, “Barquito de papel” y “Tío Alberto”, entre otras.
El artista también se posicionó como una voz de rebeldía frente los gobiernos totalitarios, lo cual no solo le valió problemas con el régimen franquista, sino que también le imposibilitó actuar durante muchos años en varios países de América Latina.
En ese sentido, es recordada su ausencia en la Argentina en tiempos de dictadura militar y su regreso triunfal tras la vuelta de la democracia con el disco El sur también existe, en el que musicalizó poemas del uruguayo Mario Benedetti.
También fueron memorables sus reiterados intentos por ingresar sin éxito en el Chile del represor Augusto Pinochet.
Desde los años 90, Serrat se dedicó a pasear su leyenda por diversos escenarios, tanto en solitario como en compañía de colegas como Víctor Manuel, Ana Belén y Miguel Ríos, en el espectáculo El gusto es nuestro; y luego de Joaquín Sabina, en varios proyectos conjuntos.
En los últimos años, Serrat también superó un cáncer de pulmón y vejiga y un infarto.
Su última gira en solitario fue en 2017, en donde se dedicó a repasar su disco Mediterráneo. Cuando se le consultó por qué no esperaba a que se cumplieran los 50 años del álbum para celebrarlo, respondió con ironía: “¿Por qué esperar? ¿Quién sabe si de aquí a 3 años tendré aire para soplar las velas?”.