Joan Manuel Serrat llega a la Argentina con su corazón tranquilo para despedirse de los escenarios “pero no de la gente, ni del país ni del cariño”. El Nano dirá que la pandemia nos obligó a “un distanciamiento muy largo” y que cada día “el tiempo se acortaba considerablemente en todos los sentidos”. Pero no iba a permitir que ninguna pandemia lo despidiera de su gente, por eso decidió “planear un futuro que todavía no se preveía” con una última gira que lo hiciera rodar por “los escenarios, que es el lugar más divertido, pero también el que más disciplina necesita” para “dejar un buen sabor de boca con la gente”. El vicio de cantar es el nombre que el músico le dio a una gira que pasará por el Autódromo de Rosario este sábado.
En una única conferencia de prensa en el país realizada este miércoles en el porteño teatro Astros que, por momentos tomaba el matiz de una charla íntima, a pesar de que algunxs insistían con preguntas que sólo apuntaban a la “retórica”, el cantautor español dio detalles de su relación con el público argentino, con el que tiene una “relación juvenil, muy cara y muy afectuosa” y “nos une por encima de todo una confianza común, un sonido, una música”
También habló de su vínculo con las canciones: “Algunas han envejecido bien y otras han nacido bien. Algunas no resistieron el tiempo y otras que, por fortuna algunas y desgracias otras, siguen manteniendo actualidad”. Muy a regañadientes escogió entre sus más de 32 álbumes «Aquellas pequeñas cosas», «De vez en cuando la vida» y «La canción de Matinada» como las tres que le gustaría que suenen en una hipotética entrega de premio nobel. Aunque desde su punto de vista hay tres compositores que deberían recibir el premio antes que él: “Chico Buarque, porque sus canciones son hermosas; Silvio Rodríguez, porque sus canciones son inteligentes y Joaquín Sabina, porque es lo que le gustaría a él”. Chicana que valió la risa de los presentes y un guiño al colega con el que compartió los últimos años de gira.
El repertorio
Si bien hay canciones que le gustan más y otras que no le gustan, no hay ninguna por la que tenga que avergonzarse y, a diferencia de lo que le sucede a muchos artistas, no siente desgano con las más exitosas: “Las canciones nos llevan a un tiempo que pasó hace mucho, nos devuelven alegrías y también situaciones amargas. Mi relación con mis canciones es buena, las que dejo de tocar es porque no me gustan. A mí no me molesta cantarlas muchas veces sino cantarlas a disgusto”.
El negro Fontanarrosa, un amigo de todxs lxs rosarinos
El viernes a las 19, la esquina del bar El Cairo (Santa Fe y Sarmiento), pasará a llamarse Fontanarrosa- Serrat en homenaje al Negro y a su amistad con el catalán. El Nano dijo que estará presente en la ciudad, que considera al Negro el internacional más importante y a modo de chiste remató: «Todos los rosarinos que he conocido, y son muchos, siempre dicen «soy de Rosario y muy amigo del Negro Fontanarrosa»».
Respecto de su relación con el dibujante, recordó: «Mi casa está llena de cosas del Negro. Yo lo sigo teniendo muy cerca, es un amigo que es uno de los hombres más brillantes, más buenos y más generosos que haya podido conocer. Necesitamos muchas referencias y él es una».
La herencia y el futuro
Mientras repasa su carrera entre lágrimas y muchas sonrisas, Serrat piensa en el pasado, en los cantantes que lo influenciaron como Paco Ibañez y Charles Aznavour, o en la música italiana de los años 60 que reconoce como la herencia que ha elegido. El éxito se lo atribuye en primer lugar al azar de la vida, en segundo lugar a su padre, que le regaló su primera guitarra, y por último al trabajo sostenido. E inmediatamente aclara: “Pero no al sacrificio; el esfuerzo es importante pero ser feliz también lo era. Por eso elegí el camino de la música en lugar de la agencia o la universidad. Lo elegí porque me lo pasaba mejor. No pensé que duraría hasta hoy y tampoco pensé que no duraría hasta hoy”.
Es que para Serrat, como para Ortega y Gasset, las personas son el resultado del tiempo y las circunstancias. Por eso cuando se le pregunta acerca de dos emergentes de la música popular española como C Tangana y La Rosalía dice que “son dos artistas excepcionales que han trabajado con mucha inteligencia, artistas muy completos de ellos mismos” pero “no hay que perder de vista que la aparición de grandes estrellas tienen un soporte, un firmamento más chiquito que sostiene y presiona para que emerjan estas artistas”.
Mucho más de lo esperado
Cerrar 56 años de carrera musical es demasiado conmovedor, por eso el Nano modera un poco la despedida y aclara que no le dice adiós a otros vicios, ya que no ha decidido «dejar de escribir, de componer, de vivir, de amar”. Como dejar de cantar en vivo significa el alejamiento de algo que lo ha hecho muy feliz, aclara que esta gira está llena de trampas: “No tengo contados los conciertos que he hecho, los que hago y lo que me quedan por hacer”.
Revela además que cada vez que canta aparecen imágenes en su cabeza que se relacionan con aquello que está pronunciando frente a miles de personas y eso le produce una enorme cantidad de emociones: “A las que no quiero renunciar pero tampoco quiero potenciar porque si no me desarmaría en los escenarios. Es un gran estímulo y un gran peligro”.
Para este momento, todo el auditorio estaba entre lágrimas y suspiros intentando que Serrat no termine esta conferencia, que nos cuente un poco más cómo se siente frente a este adiós: “Trato de no menear esto demasiado porque estoy meneando directamente mi alma, pero estoy hablando con ustedes para que se lo cuenten a la gente”.
Para agendar
Joan Manuel Serrat dará un único concierto de despedida en Rosario este sábado, en el Autódromo Municipal. Apertura de puertas a las 17 y se recomienda llegar con la mayor antelación posible. El único ingreso al predio será el de calle García del Cosio. Entradas disponibles en turboentrada.com