Los adultos mayores se interesan cada vez más en su sexualidad debido a un cambio generacional “que demanda vivir plenamente más allá de los años, lo que también implica tener sexo o enamorarse”, dijo el especialista Ricardo Iacub.
Docente en varias cátedras de las universidades de Buenos Aires y Mar del Plata, y tallerista en un programa de empoderamiento para adultos mayores del Pami, Iacub señaló: “Durante los encuentros hablo de muchos aspectos, pero cuando llega el momento de hablar de sexo, prestan mayor atención”.
“Durante las charlas los adultos mayores siempre te dicen: esto se lo tendrían que decir a mi hijos. Esto es porque los viejos hoy disfrutan del sexo y de enamorarse pero todavía les cuesta expresarlo y defender esto como corresponde”, indicó Iacub, doctor en Psicología y especialista en Mediana Edad y Vejez. Iacub contó que cuando comenzó investigar el tema encontró que “al viejo se lo ubica por fuera del plano de lo estético y, por lo tanto, deseable”.
“Es decir hay una limitación cultural, que tiene que ver con la capacidad de que nos guste un viejo, que es mucho más fuerte que el tema biológico. No obstante, se están produciendo cambios al respecto, aunque muchas veces sean contradictorios”, agregó.
“Los cambios consisten en que, por un lado, tenemos la percepción de que todo se vuelve más juvenil, porque es lo que los modelos demandan. Sin embargo, estas demandas exigen que uno se mantenga como si fuera joven, que no es lo mismo que ser joven. Por otro lado, hay un nuevo estilo de vida de los viejos, una nueva generación que produce nuevas demandas y posibilidades. Los adultos mayores empiezan a pensar que no tienen por qué retirarse de nada y comienza a aparecer el hecho de poder manifestarse eróticamente, a mostrar que tienen un cuerpo que es deseable y a seguir proyectándose a este nivel. La nueva generación, nosotros la situamos en los nacidos en los 40 que tuvieron vivencias de lo que fue el cambio cultural en la década del 60 y 70 y que, de alguna manera, generó que así como ser mujer no les implicaba limitarse a ciertas cosas, del mismo modo por ser viejo no tienen por qué retirarse a cuarteles de invierno”, dijo.
La sociedad acompaña este surgimiento de organizaciones, instituciones y espacios destinados a las personas de la Tercera Edad, que dan lugar a que las manifestaciones de deseo sean más ciertas, en el sentido de más posible. Cuando uno va a cualquier encuentro de adultos mayores empieza a darse una actividad erótica que antes no se manifestaba. Y esto se da, no sólo porque se trata de un lugar donde se encuentran con pares, sino fundamentalmente porque dentro de estos espacios hay una demanda implícita de que uno tiene que seguir viviendo la vida plenamente y esto implica salir, viajar, tener amigos y también tener sexo, enamorarse y vivir la vida como a uno le guste.
Hay muchos estudios ya difundidos que señalan que las personas que tienen más relaciones sexuales viven más años y a nivel del aparato sexual femenino está demostrado que la actividad sexual, tanto con otro como la masturbatoria, tiene efectos positivos sobre la salud.
Es importante difundir que estas historias son posibles y comunes, que no son excepciones. Alguien dijo una vez que hay personas que jamás se habrían enamorado si no hubieran escuchado hablar del amor. Naturalizar las historias de amor entre adultos mayores es un llamado al deseo.
