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Sextorsión: cuando ver porno se vuelve riesgoso

Ciberdelincuentes amenazan a las víctimas con difundir supuestas grabaciones y les piden dinero. Se trata de un fenómeno mundial que se ve con cada vez más frecuencia en la Argentina

Mirar porno se volvió peligroso. Una modalidad de estafa con la que amenazan a las víctimas diciéndoles que las grabaron mientras visitaban sitios pornográficos y les piden dinero a cambio de no divulgar el material, llegó a la Argentina.

Especialistas afirmaron que son cada vez más los argentinos engañados con esta modalidad llamada sextorsión. Los ciberdelincuentes suelen pedir hasta 5 mil dólares por no difundir el supuesto material.

“Es un fenómeno mundial, muy novedoso y muy bien hecho, que ya llegó al país y genera mucho riesgo”, precisó Daniel Monastersky, abogado especializado en Delitos Informáticos, en declaraciones a Diario Popular.

A su vez, el Centro de Ciberseguridad del gobierno porteño confió que “esto pasó porque hace un tiempo se filtraron numerosas contraseñas de cuentas de distintas redes sociales y actualmente piratas informáticos utilizan dicha información para cometer esta nueva forma de sextorsión”, por lo que pidieron a los afectados que informen sobre su episodio al organismo para recibir asistencia.

“Es tan desafortunado. Sé que XXX es tu palabra clave. Más importante aún, soy consciente de tu secreto y tengo pruebas”. Así comienza el mensaje, escrito en inglés, que toma al usuario desprevenido por la aparición de una palabra que considera secreta y luego, los hackers se explican: “Coloqué un malware en los clips de video para adultos (material pornográfico) y visitaste este sitio para divertirte”.

“Cuando estabas ocupado viendo videos, tu navegador comenzó a funcionar como un escritorio remoto, que me dio acceso a su pantalla y también a su cámara web. Luego, creé un video de doble pantalla. La primera parte muestra el video que estabas viendo y la segunda parte muestra la grabación de tu cámara (estás haciendo cosas desagradables)”, continúan los piratas informáticos, a modo intimidatorio.

Una vez lanzada la acusación, tratan de apelar a la vergüenza de la víctima: “Francamente, estoy listo para olvidar todo y dejarte seguir con tu vida normal. La primera opción es ignorar este correo electrónico. Enviaré el video a todos sus contactos, incluidos los miembros de su familia, amigos, compañeros de trabajo, que obtuve a través de mi software”.

Tras amedrentar al usuario, llega la hora de pedir algo a cambio, con montos que varían. “Otra opción es pagarme 5.000 dólares (el monto varía). Lo llamaremos mis cargos de confidencialidad.

“Tu secreto seguirá siendo tu secreto y eliminaré el video inmediatamente”, sigue. Por último, instan a la víctima a pagar por medio de Bitcoin y, en caso de no saber utilizar la criptomoneda, que acudan a un tutorial. Y advierten que, en caso de denunciar el episodio, las imágenes también saldrán a la luz.

Monastersky, experto en Ciberseguridad, reconoció que “en los últimos diez días hubo unas 20 consultas” en su estudio. Y detalló: “Es un fenómeno mundial y configura un delito, que es extorsión en grado de tentativa. Te piden dinero a cambio de algo, que es resguardar tu privacidad”.

Monastersky aclaró que “en la mayoría de los casos es muy difícil saber quién está detrás”, pero instó a la gente a que “si no lo denuncia ante la Justicia, al menos que sume su caso ante un organismo público, como el Centro de Ciberseguridad, para que se pueda armar una estadística confiable”.

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