Inolvidable. Histórica. Mágica. Infinita. Maravillosa. Trascendental. Inconmensurable. Heroica. Festiva. Grandiosa. Soñada. Majestuosa. Ansiada. Recordada. Esperada. Eterna…
La noche del 6 de diciembre de 2018 ya se encuentra grabada a fuego en el recuerdo de Rosario Central, que tras tanto sufrir y maquinar, por fin se sacó la mufa y pudo gritar. ¡Campeón! Y el destino quiso que fuera la Copa Argentina la que acabe con la maldición. Un torneo que, hasta anoche, siempre la había traído malos recuerdos.
Una estrella que se instala en el universo auriazul. Un certamen que quedará en el imborrable recuerdo por lo conseguido y porque en el camino para lograrlo despachó nada menos que a su clásico rival.
Central salió campeón después de 23 años y lo hizo de la mano de un técnico nacido y criado futbolísticamente en el club. Una persona que ya había saboreado la gloria como jugador y que anoche la probó con el buzo puesto: Edgardo Bauza se convirtió así en el único protagonista de la historia canalla que logró salir campeón como jugador y DT.
¿El partido? Malo. Central jugó feo y Gimnasia, con menos jerarquía, lo hizo algo mejor. Pero a la hora de las finales, casi siempre las formas no importan; ya que es tan grande el resultado que este se pone por encima de todo.
La gloria le cayó a Central y este equipo escribió un capítulo más en el libro de la historia grande del Canalla. Y fue gracias a la definición por penales, donde se agigantó la figura del arquero Jeremías Ledesma, decisivo en los 90 y nuevamente en la definición desde los 12 pasos. Un factor que estuvo presente en 4 de los 6 partidos que jugó en esta Copa Argentina.
Y otra vez la jerarquía de los jugadores canallas se hizo presente a la hora de patear. Es que por más que no jugaron bien, la mística nunca se pierde y ayer en Mendoza no fue la excepción. Ortigoza, Ruben, Ledesma, Parot y Caruzzo son nombres que quedarán en la historia grande del club de Arroyito como aquellos que definieron la Conmebol allá por 1995.
Los campeones no se discuten y este Central, en esta competición, mucho menos. La cuarta final fue la vencida y es la que queda en la historia. ¡Salud!