Fastidioso. Molesto. Enojado. Omar De Felippe llegó a la sala de conferencia de prensa con un enfado previsible. Y si bien la falta de refuerzos y la preocupación por la cercanía del inicio del torneo son situaciones que generan enfado, el entrenador primero disparó hacia los jugadores y un rendimiento preocupante.
“No me gustó como jugó mi equipo, creo que retrocedimos en cuanto al partido anterior. Nos costó ser protagonista ante un rival que era de presión rápida en mitad de cancha. Debemos seguir trabajando y entender en la realidad que estamos”, señaló De Felippe, con un enfado que se reflejaba en su rostro.
“Cuando el equipo en el que trabajo no hace en el campo lo que laburamos en la semana me van a ver fastidioso. Creo que estamos tratando de ser agresivos y rápidos para atacar y no lo estamos siendo”, amplió.
Y enseguida explicó parte del motivo de su enojo. “A pesar de todo el partido fue muy parejo. Lo perdimos como sabíamos que íbamos a perder con este equipo. Les dije a los jugadores cómo nos iban a hacer el gol y quién lo iba a hacer (Soldano). Uno trabaja los partidos, y cuando sucede esto piensa si no está llevando bien el mensaje”, explicó.
A la hora de hablar sobre su preocupación por la demora en la llegada de los refuerzos que faltan, el entrenador fue menos tajante que hace algunas semanas, aunque no pudo ocultar su malestar. “Me preocupa y no sé cuánto. Estamos muy cerca del inicio del torneo y es muy difícil armar equipos competitivos cuando estamos económicamente limitados. Nos ayudan los juveniles que estamos promocionando pero no podemos tirarle toda la responsabilidad a ellos. Ya pasó mucho tiempo y ojalá los resultados nos acompañen. Si no llegan los refuerzos, todos sabemos que el futuro será complicado, no hace falta que yo se los diga”, disparó.
En más de una oportunidad, De Felippe dejó entrever que si no llegaban los refuerzos podía dar un paso al costado. Ayer, ante la consulta, el DT confirmó que eso no sucederá, aunque mantiene su idea que hay que sumar jugadores de jerarquía o el torneo podría ser un calvario. “Yo vivo la realidad que nos toca vivir. Nos hacemos cargo. Quiero empezar el torneo y lo voy a empezar, pero quiero tener las herramientas. Si uno no las tiene es muy difícil construir un equipo que pueda ser competitivo”, confió.
