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«Si te querés quedar a vivir me tenés que dar 50.000 pesos o te recago a tiros”

Le dicen Sordo y tiene 24 años. Este lunes cayó detenido en el marco de 11 allanamientos y lo acusan de integrar una banda polirrubro conocida por su ferocidad: el clan Romero. La denunciante abandonó el barrio

Le dicen Sordo y tiene 24 años. Este lunes cayó detenido en el marco de 11 allanamientos en Nuevo Alberdi y lo acusan de integrar una banda polirrubro conocida por su ferocidad: el clan Romero, que desde hace años es protagonista de la crónica policial por su modus operandi. En su historial figuran usurpaciones, amenazas con armas de fuegos, balaceras y homicidios, según se ventiló en audiencias imputativas a sus miembros, muchos de los cuales están presos. Lo más notorios son los hermanos Lichi y maxi, hoy tras las rejas. Pero un episodio reciente parece indicar que la gavilla continúa activa.

Según fuentes policiales, el 5 de enero pasado Franco Ezequiel V., alias Sordo, se presentó en un pasillo de Luzuriaga al 3900 y derribó a golpes la puerta de un departamento. En la vivienda había una mujer y su familia, a quienes amenazaron para que deje la casa. “Vos, hija de puta, te tenés que ir de acá o te mato; si te querés quedar a vivir me tenés que dar 50.000 pesos o te recago a tiros”, fue la condición que puso el visitante, según explicó una fuente.

Y explicitó a quien respondía: “Yo recibo órdenes de los Romero, así que ya sabés: te vas o te matamos. Ya te lo pedí una vez bien, la próxima si no me das la plata o te vas o te matamos”.

 

Acto seguido el Sordo enfiló hacia una casa de ese mismo pasillo, consta en la denuncia, y se metió en un departamento. Ese inmueble está sospechado de ser un aguantadero del remanente de la banda de los Romero. De hecho allí fue detenido en octubre Ramón Salvador V., 54 años, acusado de tirotear a tres pibes en Larrechea y Avalos en el marco de una disputa por los dividendos del narcomenudeo. Este hombre, del mismo clan familiar pero con otro apellido, continúa preso, mientras que su hijo Hugo está prófugo en esa causa, al igual que un tal Luciano que según la Policía tiene pedido de captura.

Aterrorizada, la vecina juntó fuerzas para asentar una denuncia en la subcomisaría 2ª, pero esa acción la obligó a abandonar el barrio y someterse a un programa de protección de testigos. Las actuaciones quedaron a cargo de la Fiscalía de Flagrancia, que este lunes ordenó a Policía de Investigaciones allanar 11 domicilios para dar con el Sordo en Herrera al 1200; Vieytes al 3300; tres domicilios de Luzurriaga al 3900; Pasaje Ortiz y Grandoli; Villa del Parque 3300; Matheu 3400; Villa del parque y Averino; Servellera al 3900.

Además de la detención Franco Ezequiel V., el pelotón de PDI secuestró 25 celulares, una pistola marca Bersa y balas de distintos calibres.

Se prevé que Sordo será imputado por amenazas coactivas agravadas por arma de fuego, aunque no hubo confirmación oficial de la fecha de la audiencia.

Tiratiros

El clan Romero se caracteriza por el terror que infunde en el sector de la zona donde vive, según las denuncias de vecinos de barrio Municipal de Nuevo Alberdi que se acumularon en Fiscalía. Manipulación de armas y hechos de sangre tuvieron y tienen a varios integrantes de la familia en la mira de investigadores. A ello se suman pesquisas por aprietes, usurpaciones, amenazas, tiroteos y atracos. Hernán Ramón, alias Lichi, es uno de los más conocidos. Su nombre apareció varias oportunidades en las crónicas policiales. Lo vinculan con el narcomenudeo y a una facción de la barra de Central, y está detenido como líder de una banda dedicada a los asaltos en la región. Mientras que un medio hermano, Gastón, fue investigado por la participación en el robo a una joyería céntrica en 2015.

Otro es Maxi, de 18 años. Tiene varias investigaciones abiertas; en marzo pasado cayó junto con una chica de 17 años en la habitación de un motel de la localidad de Ibarlucea. Lo imputaron por el crimen de un almacenero en mayo de 2017, la balacera contra tres pibes dos años antes –ambos en trámite en un juzgado de menores– y cinco denuncias por amenazas, abusos de arma y lesiones, entre otros delitos.

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