Según datos de la Nación, entre 2016 y 2020 subieron un 33% las causas iniciadas a personas que tenían una escasa cantidad de droga –cannabis, cocaína o pastillas– en Santa Fe. En promedio, el Poder Judicial Federal en la provincia abrió dos causas por día en ese período. La mayoría de fueron a varones jóvenes detenidos por las fuerzas de seguridad. Para identificarlos como peligrosos la gorra fue el elemento en común.
Claudio Kishimoto trabaja como fiscal federal en la jurisdicción de Rosario desde 2018. Antes estuvo en la capital provincial, en Rafaela y más atrás en el tiempo, en Mar Del Plata, donde vivió de cerca cómo impacta la desfederalización de los delitos incluidos en la ley de drogas. Lleva casi tres décadas en el Poder Judicial federal.
La fiscalía que dirige Kishimoto, la Nº2, trabaja con 1.800 causas en la actualidad, pero él piensa que lo ideal sería tener menos de la mitad. “No queremos causas de personas que les hayan encontrado un porro sino de las que incentivan a quienes trabajamos como las de secuestro extorsivo, bandas de comerciantes de drogas y trata de personas”, dice en una charla con El Ciudadano.
Entre 2016 y 2020 las causas por consumo personal bajaron 62% a nivel nacional, pero crecieron 33% en Santa Fe y 37% en Rosario. El fiscal habló de muchos factores del fenómeno: el aumento del consumo y la obligación de tomar las causas que las fuerzas de seguridad le giran al Poder Judicial.
Según Kishimoto, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), además de que inició su proceso de desfederalización en 2019, implícitamente y a raíz del fallo Arriola –que definió inconstitucionales las penas a quienes tienen escasa cantidad de droga encima– se dejó de perseguir a las personas con poca cantidad de estupefacientes. “Eso lo saben las fuerzas policiales”, insiste el fiscal.
Cuánto es poco
“En el fallo Arriola la Corte Suprema de Justicia nunca estableció qué era poca cantidad y eso queda al criterio de los jueces y fiscales. Tiene que haber un cambio de chip”, dice Kishimoto y completa: “En algunos lugares todavía rige un criterio antiquísimo de que si tenés una cantidad de drogas que te permita dos dosis ya es tenencia simple (con penas de 1 a 6 años de prisión). Es ridículo porque quien compra no lo hace cada vez que consume. Y más cuando es peligroso ir a comprar”.
Para el fiscal, poner una cantidad como parámetro es complicado. “Algunas personas podrían vender pocas cantidades y ese ya es otro delito. Hay que analizar el resto de la causa y ver si es de interés para la Justicia. Necesitamos que las causas sean buenas, no más causas”, insiste Kishimoto y habla de la coordinación con las fuerzas de seguridad que giran causas al fuero federal.
La gorra en la mira
Consultado sobre el perfil de quienes más llegan por consumo personal –que pueden llevar hasta dos años de prisión–, Kishimoto aclaró que el consumo no es de una sola clase social, pero solo una parte de la sociedad es frenada por la Policía para una requisa a diario. “(Eugenio) Zaffaroni hablaba de portación de cara o DNI. Si estás de traje y corbata nadie te pregunta si tenés algo encima”, explica el fiscal y suma: “En cambio, si sos joven, vas de jean, gorrito y zapatillas sos candidato. Y lo presentan como que estabas en actitud sospechosa”.
¿Consumir droga en la calle sería una actitud sospechosa? Los datos del Procunar para la jurisdicción de Rosario son categóricos. Ninguna de las 1.165 causas generadas en los últimos 6 años fueron por el artículo 12 de la ley de drogas, más conocido como de “uso público”. No estaban en la calle sino que fueron requisados por las fuerzas de seguridad. O al menos no lo presentaron así al Poder Judicial.
Según el fiscal, las causas por consumo personal suelen ser archivadas sin que la persona pase mucho tiempo detenida. Si entra en flagrancia (la detienen en el momento que estaba con droga encima y lo llevan a una audiencia con juez, fiscal y defensor) y no hay elementos para pensar que es una tenencia simple o que vendía la causa la archiva en el día. Si es por un allanamiento, por ejemplo, y sigue los mismos parámetros, puede llevar hasta un año como mucho. Algunas veces con detenciones y otras no.
Consultado por cuánto ganaría la Fiscalía sin que las fuerzas de seguridad les giren a diario causas por consumo, Kishimoto señala una pila de carpetas de una caso de asociación ilícita, lavado de dinero y extorsión y dice: “Mucho. Podría trabajar en causas más grandes”.