El nuevo proyecto de la siderúrgica Gerdau, que tiene como objetivo sustituir importaciones por 130 millones de dólares anuales, se está desarrollando en el Gran Rosario y promete generar unos 100 empleos directos y otros 600 indirectos en la zona. La anunciada acería que se construirá en el límite entre Pérez y Zavalla estará destinada a fabricar palanquillas de acero a partir de chatarra, para abastecer a su planta de producción de hierros de construcción, perfiles, alambres, mayas y clavos. Por eso, ya lleva adelante un plan de búsqueda de proveedores de chatarra en el amplio radio circundante a la fábrica y ya comenzó el trabajo de capacitación en escuelas de la región.
Según indicó el director ejecutivo de Gerdau Argentina, Fernando Lombardo, en diálogo con El Ciudadano, la nueva planta comenzará a funcionar en diciembre del año próximo.
“El proyecto es la construcción de una acería para fabricar palanquillas de acero a partir de la fundición de chatarra. Esto sustituirá en un 90 por ciento un producto que en estos momentos importamos”, señaló Lombardo, quien aclaró que la palanquilla producida en la nueva fábrica sólo será destinada a la planta de Gerdau en Pérez y no se venderá a empresas competidoras. “Es una integración vertical, para abastecer a nuestra planta”, afirmó.
La acería se construirá sobre la ruta 33, en un terreno que Gerdau, empresa de capitales brasileños, adquirió en 2006, en el límite entre Pérez y Zavalla. De las 140 hectáreas que posee este predio, 33 estarán afectadas al nuevo emprendimiento.
La palanquilla, explicaron, se puede producir de dos formas: una es a partir de la fundición de chatarra y la otra es con mineral de hierro. Según Lombardo, los beneficios de hacerlo en base a chatarra tienen que ver fundamentalmente con el cuidado del medio ambiente.
“El mineral de hierro es un recurso natural no renovable, en cambio, con la chatarra estamos reciclando algo que ya está en el circuito. Además, la retiramos de lugares donde es un agente más de contaminación, incluso visual”, manifestó el director ejecutivo de la empresa en Argentina.
La nueva planta de la empresa generará además una mayor cantidad de puestos de trabajo para la zona, ya que, según estimó Lombardo, producirá unos 100 empleos directos y alrededor de 600 indirectos.
Respecto a los trabajadores que se verán beneficiados indirectamente, Lombardo hizo hincapié en los “chatarreros”. El proyecto de Gerdau es desarrollar a los proveedores de esa materia prima que se encuentran en un radio de 150 kilómetros alrededor de la empresa, para formalizarlos y eliminar las intermediaciones.
Respecto a este modelo, el director ejecutivo detalló que “es el que Gerdau emplea en países como Brasil, Chile, Uruguay y Perú”, ya que “el núcleo social cercano a la empresa mejora su calidad de vida”.
Actualmente, la empresa importa unas 260 mil toneladas de palanquilla de acero por año (valuada en 130 millones de dólares), la cual será sustituida casi en su totalidad por la fabricada en la nueva planta.
Ambiente y sociedad
En términos ambientales, la planta de Pérez que está en funcionamiento cuenta con un sistema que hace recircular un 99 por ciento del agua utilizada, y sólo se repone la que se evapora, producto del enfriamiento del acero.
La nueva acería será construida con el mismo sistema, para que el aprovechamiento del elemento vital sea idéntico.
Respecto a la capacitación de la población aledaña, Lombardo remarcó que Gerdau ha trabajado mucho en materia social, con proyectos en escuelas de Pérez. “Nuestra gente es de Pérez, pero este año decidimos reenfocar el proyecto en la nueva posición que vamos a tomar cuando esté funcionando la nueva planta. Por eso ya nos encontramos trabajando con alumnos de escuelas de Zavalla, Soldini, Rosario y Funes”, afirmó.
Trabajo seguro
En la planta que posee Gerdau en Pérez trabajan actualmente unos 540 empleados. La seguridad es esencial en la política de la empresa, por eso una de las cuestiones que destacó Lombardo es que en 2013 sólo se registraron dos accidentes y ambos fueron de carácter menor.
“Tenemos una bajísima siniestralidad, seguramente una de las más bajas del mercado argentino. Es importante, teniendo en cuenta que la siderurgia es un sector que tiene un riesgo inherente”, cerró el directivo.