Previo a la pandemia, Alejandra Zambrini y Myriam Cubelos se inquietaron con la idea de crear un espectáculo que combine teatro y canciones, para ello llamaron a Ofelia Castillo quien quedaría a cargo de la dirección de un proyecto que tuvo tantos cambios como suspensiones, ya que en medio del aislamiento por el covid-19 estas tres artistas rosarinas barajaron entre reuniones por zoom, otras pocas presenciales y otras telefónicas, mientras gestaban la idea.
En un comienzo, esperaban poder crear un show con escritoras, músicas e historiadoras de la provincia, de la región, aquellas cuyo aporte a la cultura o a la historia argentina haya quedado silenciado. Con el correr de los encuentros, cada una recordaba y compartía vivencias de sus abuelas o madres, aquellas que vinieron desde el campo a la gran ciudad, siendo unas nenas o adolescentes, a trabajar en alguna casa, y aprendiendo a leer y escribir por las noches, cuando había terminado su jornada. Mujeres de sueños apagados o desconocidos, pero que dentro de sus escasas posibilidades demostraron que buscaron superarse, crecer y seguir adelante. Fue así que Zambrini, Cubelos y Castillo decidieron que ésas iban a ser las historias protagonistas de Siemprevivas: mujeres cantando alrededor de una mesa, espectáculo que se estrenará este viernes en el Teatro Municipal La Comedia.
Cecilia Abecasis (piano, coros y dirección musical), Mariam Cribb (cuerdas y coros), Camila Montenegro (cuerdas y coros), Débora Abecasis (vientos y coros) y Lucía De Croce (percusión y coros) también forman parte de este espectáculo, que cuenta con la escenografía de Cristian Piero Arsanto, la iluminación de Diego Quilici y el vestuario de Ramiro Sorrequieta.
Ofelia Castillo comentó a El Ciudadano que su misión como directora estuvo en “crear un tejido entre canciones y canciones, algunos clásicos, otras originales como la que hizo Sandra Corizzo, «Triunfales», para el video de cierre del espectáculo, o bien «Del pañuelo», una canción hermosa de Marco Kofman, o en «Tarefera» de Agustín Cassenove que habla de las mujeres que, junto a sus hijos eran explotadas en las terefas, donde se recolectaba la yerba mate”.
“Terminamos eligiendo esas historias chicas, propias, que son nuestras y son de todas, porque hay una generación marcada por el silencio y la falta de oportunidades, así que trabajamos en ello hace ya un año y medio y por fin podremos mostrar el trabajo al público”, agregó la actriz y directora.
A su vez, si bien Castillo, Zambrini y Cubelos son madres de mujeres, Castillo aseguró que “ellas, las más jóvenes, son las que luchan por nosotras”. Y recordó: “En un momento, Alejandra dijo: «¿Qué hicieron estas mujeres, que parece que no hicieron nada pero, a su vez, hicieron tanto?». Y tiene razón. Porque nuestras bisabuelas, abuelas y madres fueron la semilla, la pequeña voz susurrada que después nos animamos a levantar nosotras y nuestras hijas hoy gritan en la calle”.
Entre las historias que se podrán conocer está la de la abuela de Zambrini quien vivía en el campo, no había terminado la primaria y aprendió a leer y escribir cuando sus hijas fueron a la escuela. “Mi mamá también tiene una historia similar –agregó Castillo– porque ella, la mayor, debió dejar la escuela para cuidar a sus hermanas en su pueblo, Bustinza. A los 13 o 14 años se vino a Rosario a trabajar de niñera y mucama, y su patrona, al finalizar la jornada, le daba tarea para aprender a leer y escribir, y mi mamá la hacía durante la noche”.
Y agregó: “Mientras estudiaba, siempre saqué mis dudas de ortografía con ella, tenía una letra perfecta. Recién de grande valoré su empeño por querer ser mejor y nunca supe cuáles eran sus sueños, pero por lo que viví, creo que le hubiera gustado ser maestra. Además, tengo una hija adolescente y no me imagino que ella, en este momento, se vaya a una gran ciudad sola, eran otros tiempos, otra vida”. También señaló que la abuela de Myriam Cubelos “vino de nena sola en un barco, la esperaba su madrina. ¿Te imaginás enviar a una nena, chiquita, de unos diez años, creo, en un barco a otro país?”.
Por otro lado, las artistas se reunirán literalmente alrededor de una mesa, como hacían las abuelas y madres. “Siempre en la casa de mis padres la mesa fue el lugar de toda reunión, discusión, juego, mates o te con tortas. De hecho, esa mesa que usaban mis padres fue antes de mi abuela y hoy es la que tengo en casa, la amo. Pero ahí hubo incontables reuniones de amigas, por ejemplo, jugando al chinchón, confesando secretos, enojándose y volviendo mucho tiempo después; esa mesa tiene mucha historia”, señaló Castillo.
Cabe señalar que Siemprevivas se gestó en “la otra realidad” y hoy su argumento tiene más actualidad que nunca. “En este tiempo en que las maneras de reunirse y cobrar visibilidad de las mujeres están cambiando el mundo, y en esta época de tanto alejamiento y dificultad para encontrarnos, este proyecto ha sido nuestra manera de resistir y de buscar una voz”, concluyó Castillo.
Para agendar
Siemprevivas: mujeres cantando alrededor de una mesa tendrá su estreno este viernes, a las 21, en el teatro La Comedia, de Mitre y Cortada Ricardone. Las entradas generales, a 500 pesos, se pueden obtener a través del sistema 100tickets o bien en la boletería del teatro en sus horarios habituales. La función se realizará en el marco de los protocolos vigentes que, entre más, implican el uso permanente de barbijos y el aforo reducido.