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Siete denuncias penales por ataques homofóbicos en El Bolsón

Un grupo de la comunidad LGBTIQ sufrió una golpiza en un pub. Cristian Godoy García, es docente y periodista, y podría quedar lisiado de una mano producto del ataque que sufrió

Por Jesús Cabral- Tiempo Argentino

Cristian Godoy García tiene 28 años, es docente y se reconoce como marica. En los primeros días de enero participó del XI Festival de la Diversidad, en El Bolsón, y en un pub sufrió un ataque homofóbico que lo puede dejar lisiado de una mano.

La golpiza a Godoy García y a otros siete integrantes de comunidad LGBTIQ sucedió durante una madrugada cuando estaban bailando y festejando en el pub Absentha, a una cuadra de la plaza principal de la localidad rionegrina. Se besaron en el boliche y recibieron insultos de parte de algunos clientes. Según relatan, en un momento llegó la orden de los dueños para que los expulsaran del lugar a las piñas: les pegó el DJ, el barman y el encargado de la barra.

A Godoy García, quien enseña en la escuela técnica de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) y es periodista, le luxaron un dedo mientras intentaba cubrir su cara de las trompadas, mientras que al resto le tiraron gas pimienta y los expulsaron a golpes y a empujones. Una de las mujeres agredidas se desmayó, por lo que tuvo que ser trasladado en ambulancia. Los otros siete, en tanto, quedaron abandonados en la calle, expuestos a los agresores que seguían en el lugar.

“Después de haber realizado una proyección en un centro cultural, un grupo del LGBTIQ, maricas y tortas decidimos ir a bailar. Empecé a besarme con dos pibes y una piba empezó a gritar ‘qué asco’. Un tipo me pegó una piña en los anteojos y cuando intenté parar la segunda piña con mi mano me rompió un dedo. Después se sumaron a la golpiza todos los que trabajan en el boliche y algunos clientes también”, cuanta Godoy García a Tiempo.

“Cuando intenté subir a la ambulancia me bajaron a los empujones, había una compañera que estaba tendida en el piso porque sufrió un desmayo como consecuencia de la agresión. La Policía estaba del lado la patota. Al poco tiempo llegaron unas compañeras que son abogadas y nos ayudaron. Realizamos siete denuncias penales y en mi caso voy a iniciar una demanda civil, porque los médicos me dijeron que no saben si voy a recuperar la movilidad del dedo meñique de la mano derecha”, asegura.

Las victimas cuentan que la Policía llegó antes que la ambulancia, pero no hizo nada para apartar a los atacantes. Adentro del pub la fiesta seguía, también los insultos: «putos», «enfermos», «por ustedes está así el país», «lesbianas de mierda”. Además, aseguran que todo quedó registrado en cámaras.

Las siete denuncias -por lesiones, abandono de persona, violencia institucional y discriminación por orientación sexual-, fueron realizadas en la comisaría Nro. 12 de El Bolsón.

“Nuestras identidades son parte nuestra todo el año, más allá de los festivales o espacios donde decidamos movernos. El derecho a transitar y expresar nuestros besos, deseos, maneras de vestirnos o gestualidad no es algo por lo que vayamos a tener que pedir permiso”, concluye Godoy García.

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