Otra fecha sin ganar para Newell’s, y otra fecha que pasó y el equipo sigue puntero. Por el comienzo que tuvo el partido, puede afirmarse que Newell’s hizo un buen negocio. Pero arrastra una peligrosa racha de cuatro partidos sin victorias, algo que deberá quebrar urgente, porque nadie es campeón sin ganar. Y Newell’s les está dando chance a todos sus rivales. Ayer, fue una caricatura ordinaria del campeón.
“Olé, olé, olé, Mudo, Mudo….”. El cántico de los hinchas cuando Hernán Villalba entró por Lucas Bernardi en el minuto 41 del segundo tiempo fue un gesto elocuente ante el peor capricho de Alfredo Berti, no tener en cuenta a uno de los mejores futbolistas de la era Gerardo Martino. Y quiénes le dan la razón a la gente son Bernardi y Diego Mateo de repetidas bajas producciones.
Newell’s perdió su fútbol de mitad de cancha hacia adelante, y eso no es culpa del entrenador. Sí la poca capacidad demostrada para cambiar la historia de un partido desde las variantes. Pero, a los volantes centrales se le agrega la lesión de Víctor Figueroa, un confuso Maxi Rodríguez y el irresoluto Pablo Pérez. Rendimientos individuales flojos.
David Trezeguet en el primer remate al arco mostró su jerarquía para convertir de cabeza. Pero después lo dejaron muy solo. Apenas un par de intentos de Tonso en el segundo tiempo. No fue un buen partido de Newell’s, el tiempo dará la sentencia definitiva si fue un buen negocio.
Sigue primero y el empate le sirvió, pero su fútbol destiñe. Ya no luce. El peruano Cruzado es una alternativa potable que Berti no ve. Tres puntos sobre doce, es una cosecha muy magra. Ayer, además jugó mal. Tigre es la próxima estación, no puede fallar. Su ánimo lo necesita, su liderazgo lo obliga.