En los últimos dos días nada mejoró. Carlos, de 11 años, agoniza en la sala de terapia intensiva del hospital de Niños Víctor J. Vilela. Su hermano Matías, de 19, está en la misma situación, en el Clemente Álvarez, desde la tarde del sábado. Ambos quedaron en la línea de fuego de un pibe armado que corrió a los tiros a otro en barrio Las Flores Este. Un plomo le dio en el tobillo al muchacho perseguido, que se refugió detrás del auto del padre de los hermanitos baleados, que lo lavaban en la vereda de Pasaje Este al 6400.
Pese a la gravedad del hecho, hasta ayer no había novedades de trascendencia en la investigación que lleva adelante el fiscal de homicidios dolosos Miguel Moreno y que prácticamente no tuvo eco en los medios periodísticos de la ciudad. Sobre el ataque a tiros, que a plena luz del día dejó al borde de la muerte a un niño y un adolescente, sólo se informó que “hay indicios concretos de que fue un problema entre bandas de la zona”. Ocurrió cerca de las cinco de la tarde del sábado en jurisdicción de la subcomisaría 20º y hay dos sospechosos identificados.
El tío de los chicos malheridos dijo anteayer a El Ciudadano que los disparos estaban dirigidos a Cristian, un chico de 17 años que es primo de uno de sus sobrinos. Al parecer, mantiene una vieja rencilla con vecinos del otro lado de la Circunvalación, dos de los cuales pasaron en moto y lo vieron. Tiraron una decena de tiros. Cristián corrió por la vereda y se refugió detrás de un auto que los hermanos lavaban. Un plomo le perforó la panza al nene de 11 y otro le entró por el costado del abdomen al de 19. Los dos estaban graves al cierre de esta edición. Por su parte Cristian, recibió un disparo en el tobillo y recibió el alta poco después.