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¿Siguen o no? El gobernador Perotti comunicará este sábado si hay otra semana de restricciones

Los indicadores epidemiológicos juegan en contra de una flexibilización. El mandatario santafesino expuso a Nación otros argumentos. Tira y afloje entre una segunda ola que no se aplaca y demandas sectoriales de apertura más los padres autoconvocados por clases presenciales

Fuentes oficiales deslizaron –no aseguraron– que el gobernador Omar Perotti anunciará este sábado, en la previa en que caduca el decreto con más restricciones sanitarias para los departamentos de Rosario y San Lorenzo, cómo serán las medidas para la próxima semana. Las cifras epidemiológicas no acompañan en el sentido de una baja en la calificación de riesgo para los dos distritos más complicados, en los que se decidió suspender las clases presenciales –dentro de la modalidad dual– y acotar los horarios de circulación en vehículos privados,

La segunda ola de contagios por covid-19 está, al tenor de las cifras, lejos de aplacarse. Menos en la provincia de Santa Fe. Y sobre todo en los departamentos a los que Nación colocó en el indeseado podio de la calificación más alta entre las cuatro que demarcó en función de tres parámetros: aumento de casos en los últimos 14 días, incidencia de contagios en la población y ocupación de unidades de atención de terapia intensiva. En Rosario, esa etiqueta de «alarma» no parece exagerada: las camas críticas alcanzaron este viernes el 96% de ocupación en el sector público, y un punto porcentual más en el privado. En la misma jornada, se informaron en la ciudad 611 nuevos contagios confirmados, de los 1913 registrados en la provincia. El distrito gobernado por Pablo Javkin acumula 105.365 contagios desde el inicio de la pandemia, y Santa Fe suma 286.352 en igual lapso.

Este domingo cesa la vigencia del decreto provincial en el que Santa Fe oficializó la adhesión, aunque por siete días en lugar de 15, a las medidas nacionales. Fue una decisión de equilibrio de la Casa Gris entre el acatamiento a la gestión federal del mismo espacio político y demandas sectoriales locales centradas en el mantenimiento de las actividades comerciales y productivas, por un lado, y grupos autoconvocados que exigen sostener la modalidad dual de clases, presenciales y remotas.

Tiras, aflojes, contradicciones

Perotti viajó durante la semana que termina a Buenos Aires para negociar una flexibilización de las categorías impuestas a Rosario y San Lorenzo. Las cifras epidemiológicas juegan en contra. Los argumentos del gobernador son otros, en particular para revertir la mediatizada polémica por la asistencia a las aulas. Al jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, le expuso, por ejemplo, el alto porcentaje de vacunación a docentes en la provincia.

La necesidad de contemplar demandas particulares, y la urgencia, hicieron que la comunicación de las recientes medidas, sobre las cuales la Casa Gris debe decidir si continúan o no, brillara por su desprolijidad. Y que su contenido resultara para muchos contradictorio. ¿Por qué se mantienen las reuniones religiosas y se cierran teatros y cines?, por ejemplo. O el riesgo sin resolver del transporte colectivo, sobreocupado mientras se restringe la circulación nocturna de vehículos particulares,

Números en contra

Nación definió que son consideradas zonas de alerta epidemiológica y sanitaria aquellos aglomerados urbanos de más de 300.000 habitantes donde la incidencia (número de casos confirmados acumulados de los últimos 14 días por cada 100 mil habitantes) supere a 500. En Rosario, ese indicador es de 805. Otro ítem es el porcentaje de ocupación de camas de terapia intensiva, si alcanza como mínimo al 80%. En la ciudad, está bien por arriba de 90%, más allá de que sea por pacientes locales o derivados de otros territorios. Con un agregado: el tiempo de permanencia de los pacientes es mayor, como correlato del descenso de la edad promedio de los mismos.

El único factor alentador es el RT (promedio de infecciones secundarias que produce un individuo infectado), que se acerca a los de salida del incómodo alerta sanitario. En la última semana, ese factor fue 1,04, por debajo del 1,2 que define el ingreso a la categoría previa de «alto riesgo».

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