Vibrante y cambiante pero con muchos errores de ambos lados, Quilmes y Patronato igualaron 2 a 2 esta noche en el estadio Centenario José Luis Meiszner y siguen sin conocer la victoria con cuatro fechas disputadas del torneo de Primera División.
En un encuentro válido por la zona 1, Adrián Calello, a los 11 minutos del primer tiempo, abrió el marcador después de un centro de Matías Morales.
Después de haber sido ampliamente dominado, Patronato dio vuelta la historia con tantos de Iván Furios -de cabeza- y Mauricio Carrasco, a los 11 y 28 minutos de la segunda etapa.
Cuando parecía que se le venía la noche, un centro del ingresado Imperiale encontró la cabeza de Damián Malrechauffe, quien a los 33 puso la igualdad definitiva.
Ambos equipos tuvieron dos caras bien distintas en cada tiempo y, producto que no logran aceitar sus funcionamientos, todavía no sabe qué es sumar de a tres.
Quilmes basó su dominio en la primera etapa en las facilidades que tuvo para manejar el balón en la mitad de cancha.
Es que Patronato no lo presionó nunca en esa zona y le dejó total libertad a Rodrigo Braña y Calello para sean el «primer pase» del local.
Ellos se encargaban de acercarle el balón al tridente Morales-Elizari-Mansilla, todos con mucha facilidad para intercambiar posiciones y aparecer solos.
Los primeros dos aportaron buenas pelotas profundas, mientras que el futbolista que está a préstamo de Racing hizo pesar su gambeta en velocidad, aunque por momentos fue egoísta.
Patronato extrañó a Matías Garrido, su motor en la mitad de la cancha, y exhibió demasiada pasividad a la hora de marcar.
Así las cosas, Quilmes contó con varias chances para ampliar el marcador, pero Mansilla (en dos ocasiones), Rescaldani y Elizari fallaron en la terminación o se encontraron con un seguro Bértoli.
En el complemento, el entrenador Rubén Darío Forestello entendió que debía meter mano en el equipo para revertir lo que era hasta entonces una pálida labor.
Así, ingresó Matías Quiroga para aprovechar su altura y salió Comas, uno de los extremos, y también Marcelo Guzmán entró por Marcos Quiroga en la mitad de la cancha
Las variantes surtieron efecto debido a que el conjunto de Paraná ajustó las marcas, no le dejó la misma libertad al «Cervecero» para que maneje el balón y presionó alto para forzar el error ajeno.
Es cierto que no brilló en ofensiva, pero contó con un juego directo capaz de en dos o tres pases dejar a un futbolista en posición de gol.
Y eligió la vía aérea como su principal arma para lastimar: después de una chance desperdiciada por Carrasco, Furios marcó de cabeza luego que un compañero suyo peinara un córner en el primer palo.
Después de ese arranque frenético, con la mitad de la etapa jugada, el juego se hizo parejo y ambos repartieron imprecisiones.
No obstante, la defensa de Quilmes -por momentos parada muy en línea- otorgaba muchas ventajas y daba una sensación de inseguridad constante.
Y eso quedó claro en el segundo gol: Matías Quiroga bajó un balón de cabeza en la mitad de la cancha, la defensa del local quedó muy adelantada y Carrasco picó solo y en velocidad para definir ante la salida de Benítez.
Rápidamente, Malrechauffe logró volver a poner en partido al local y sobre el final el partido se hizo de ida y vuelta, donde ambos pudieron haber definido las acciones con chances que no terminaron Carrasco y el ingresado Damián Arce.