“Nuestra propuesta para Santa Fe y Rosario es una propuesta seria, no podemos negar que somos continuidad del proyecto Frente Progresista y en particular del liderazgo del socialismo, pero somos conscientes de que cada momento tiene sus prioridades y que probablemente la próxima etapa va a exigir una gestión en algunas medidas distinta de las anteriores. Meterle más pilas a los temas que no se les dedicó demasiada intensidad en estas etapas anteriores, cambiar alguna impronta y particularmente darle mucha importancia a la gestión de la provincia en Rosario y en el gran Rosario”, sostuvo Miguel Lifschitz, el precandidato a gobernador del oficialista Frente Progresista, Cívico y Social (FPCyS).
En una entrevista exclusiva con El Ciudadano, el ex intendente de Rosario indicó que piensa en un vicegobernador “radical y de la ciudad de Santa Fe o del norte” provincial. Consultado por si ya lo tenía definido, contestó: “Hay dos o tres nombres posibles”.
—Con la postulación también de Mario Barletta, ¿ve un panorama que va hacia las internas en el FPCyS?
—Vamos a hacer el máximo esfuerzo para tratar de evitar la interna porque siempre he creído que un buen acuerdo le da más solidez a la propuesta, permite contener a todos los sectores y llegar al proceso electoral con mayor cohesión interna. Las primarias abiertas siempre dejan alguna herida, siempre queda alguien en el camino. Pero también reconocemos que existe algún sector del radicalismo que tiene expectativas de jugar y diferenciarse. Es parte de las reglas de juego. No creo que esto afecte la cohesión del Frente a los efectos de la elección general, pero sí va a generar un tironeo interno. De todas formas creo que la mayoría de los dirigentes del Frente, incluyendo a los radicales, no quieren internas, esto que de alguna manera explicitó Maximiliano Pullaro. Nosotros vamos a seguir intentando lograr un acuerdo y, si no fuera posible, por lo menos lograr que en nuestra propuesta esté incluida la mayor parte del Frente.
—Lo han cuestionado por fuertes dichos suyos hacia algunos sectores del Frente y de la oposición. ¿Le preocupa que se instale la escalada verbal en la campaña y no discusión de propuestas?
—En mi caso vamos a tratar de discutir ideas, propuestas y diferenciaciones políticas, porque en definitiva atrás de los nombres o de las candidaturas hay también diferencias políticas. Si no, no tendría sentido la disputa, tanto hacia el interior del Frente como con los otros candidatos de los partidos. Cada uno expresa cosas distintas, miradas y tradiciones políticas distintas. Me parece que la discusión debiera ir por ese lado.
—Con respecto a las gestiones que ha llevado adelante el FPCyS, se han escuchado críticas desde dentro del socialismo que han cuestionado la presencia del municipio y la provincia en los barrios de la ciudad. ¿Duelen que ese tipo de críticas vengan del propio espacio?
—Sorprenden más que doler. Uno está acostumbrado a las críticas, siempre el que gobierna tiene críticas, eso es inevitable. Pero sí sorprenden porque pareciera poco coherente, son cuestionamientos hacia el gobierno por teóricamente no estar suficientemente a la izquierda y al mismo tiempo esos dirigentes están planteando una alianza con Barletta, que claramente es la expresión menos de izquierda que tiene el Frente. Pero en definitiva creo que son parte de los discursos que se utilizan para justificar los posicionamientos políticos. Nosotros estamos convencidos de que hemos sido muy coherentes en nuestras políticas aplicadas en la ciudad y en la provincia en el terreno de nuestros principios, nuestros valores políticos y de las realizaciones y prioridades que hemos establecido permanentemente. Después podemos discutir si las políticas fueron más o menos efectivas, si hemos cometido errores o no, obviamente ningún gobierno es perfecto, todos los gobiernos tienen éxitos y cosas que no le salieron del todo bien.
—¿Evalúa que el rival del Frente Progresista es el PRO?
—Si el peronismo tiene un candidato que pueda contener a las distintas facciones o sectores, yo pensaría que nuestro adversario debiera ser el peronismo, por historia, por desarrollo territorial, por presencia política. Yo nunca doy por muerto al peronismo, siempre tiene vitalidad para recuperarse. Ahora, si el peronismo finalmente no tiene ningún candidato relevante, es probable que terminemos polarizando con Miguel del Sel.
—Julián Galdeano decía que le preocupaba la actitud del Frente Progresista, que actuaba como si ya hubiese ganado la elección.
—Algunos por allí están en esa posición, como que la cosa vendría fácil. Yo no soy de esos, ninguna elección es fácil. Una elección en tercios tiene sus complicaciones, ya lo vimos en 2011 donde ganó el Frente pero por un margen escaso. En una elección de tercios, cualquier desequilibrio puede cambiar el resultado. Fácil no es y por lo menos yo me preparo para una elección disputada, peleada y creo que la vamos a ganar pero hay que salir a ganarla.
“Es de locos pensar que no podemos coordinar con la Nación”
—Desde aquel primer gobierno de Hermes Binner a este de Antonio Bonfatti, se puede notar un cambio de relación con el gobierno nacional. ¿Usted lo atribuye a alguna razón en especial?
—Hay un diálogo más fluido con algunos ministros, no con todos, pero con algunos ministros que también por razones políticas necesitan buscar algún otro tipo de alianzas y apoyos. Bienvenido, creo que ha habido una voluntad particularmente de Bonfatti de allanar cualquier tipo de obstáculo y de buscar el mayor nivel de coordinación posible porque además es lógico que así ocurra. Es de locos pensar que en materia de seguridad, de obra pública, no podamos coordinar con el gobierno nacional. Ojalá que si me tocara gobernar Santa Fe, que con el próximo gobierno nacional podamos fortalecerlo porque es indispensable en muchísimos temas donde la provincia sola no puede intervenir, donde necesita un nivel de compatibilidad, de articulación con lo nacional. Más allá de las diferencias políticas sería positivo que esto pudiera ocurrir.
“Van a usar la inseguridad como caballito de batalla”
—El tema más relevante de la campaña anterior en 2011 para cargos ejecutivos fue vivienda. ¿Cuál cree usted que va a ser el más importante de esta nueva elección?
—Sin dudas que el tema de la seguridad. Probablemente va a ser el tema más importante, primero porque está instalado, no hay reportaje al que yo concurra al que no me hagan esa pregunta y además porque lógicamente toda la oposición lo va a usar como caballito de batalla.
Creo que hay otros temas muy pero muy importantes para discutir, como la posición que cada uno de nosotros tenemos respecto de la educación, la salud pública, el desarrollo económico de la provincia, el tema de los derechos humanos. Pero reconozco que probablemente el tema de la seguridad se lleve buena parte del espacio.
—Al ser un tema tan sensible, que preocupa tanto a la población, ¿es difícil discutir propuestas o soluciones sin caer en la especulación política?
—Sin dudas que es así. Pero también es parte de las reglas del juego y nuestro discurso va a estar apuntado a hablar de seguridad porque creo que sobre eso tenemos mucho para decir, sobre las cosas que se han hecho y las que queremos hacer en el futuro, en un próximo gobierno.
Por supuesto también tener propuestas por otros temas, que para nuestra mirada es muy importante. La educación entre ellos, que le asigno un papel preponderante en una gestión futura si es que me toca llevarla adelante.