De Palermo a Rosario, y en la ciudad, sólo alcanzó a durar dos años. Pani, un restaurante de San Lorenzo 1576, cerró este lunes definitivamente sus puertas y 10 empleados quedaron a la deriva. Un poco golpeados por la crisis y la pandemia, y otro poco por una mala administración de sus dueños, según contaron sus ex empleados.
«Pani, la vida es rica» fue una franquicia que estaba a cargo de una pareja rosarina y que tiene sucursales en Buenos Aires (en los coquetos barrios de Palermo y Recoleta, y otro en las Galerías Pacífico). También desembarcaron en Paraguay y Perú. La característica de este restó era que la elaboración de sus productos eran 100% caseras: para desayunar, almorzar merendar y cenar.
«Nos mandaron un mensaje el domingo pasado al grupo de Whatsapp donde estamos incluidos todos los empleados, avisándonos que el lunes anterior nos presentáramos a las 11 a una reunión en el restaurante», contó uno de los ex trabajadores.
Y como era de esperarse, llegó la triste noticia que todos esperaban: «cerramos el restaurante», les dijeron los dueños.
Uno de los empleados del local gastronómico contó que Pani tenía 10 trabajadores: cinco cocineros y cinco mozos. «El local venía arrastrando una crisis desde antes de la pandemia y como consecuencia de ella, llegó al nocaut», explicó.
Y siguió: «Estuvo muy mal manejado por sus dueños desde el primer día. Es una lástima. Había pocos empleados, se olvidaban de hacer los pedidos y siempre le echaban la culpa a otro».
El ex empleado explicó que los dueños de Pani, según tienen entendido, se harán cargo de sus respectivas indemnizaciones.
«Este jueves cobramos el sueldo de agosto y también vamos a cobrar el de septiembre. Esperaremos hasta la semana que viene para ver cuánto nos ofrecerán de indemnización. En base a esa novedad, veremos cuáles son los pasos a seguir», dijo.
Y cerró: «Pani sobrevivió gracias a los empleados porque los dueños hacían lo justo y necesario».
Lamentablemente Pani es otro de los locales del rubro gastronómico que bajó sus persianas como la parrilla Don Leo, en calle Pellegrini, Johnny B. Good; Bar Blanco y Queens Boulevard, en Pichincha.