Luego de que hace algunas semanas el gobierno provincial clausurara por primera vez un loteo (en este caso en Arroyo Seco, el cual también incluía un proyecto náutico e inmobiliario) de los tantos que se están desarrollando en la región, desde el propio Ejecutivo santafesino salieron a hacer algunas advertencias, que esta vez incluyeron también a los compradores: desde la Susbsecretaría de Gestión Ambiental recomendaron a quienes busquen terrenos en las megaurbanizaciones que se están gestando en el gran Rosario se aseguren de que las mismas cuentan con el estudio de impacto ambiental aprobado por esa misma cartera. Y advirtieron que quienes adquieran lotes en proyectos que no cuenten con ese informe de factibilidad aprobado tendrán serias dificultades para poder escriturarlos.
Como publicó El Ciudadano tanto Funes como Roldán son los lugares que más se están “urbanizando” en el Gran Rosario. La cantidad de proyectos varía según la fuente consultada. De acuerdo con datos que entregan desde la intendencia de la primera de esas localidades, hay actualmente en marcha allí 21 barrios (en rigor, algunos de ellos ya están finalizados) entre residenciales (semicerrados) y cerrados, que en total suman casi 7.500 nuevos lotes. En Roldán, en tanto, ya se concluyeron siete y hay otros seis que están por concluirse. Siempre según su intendente, José Pedretti, allí son unos 12 mil los lotes ya vendidos o en oferta.
En tanto, en la provincia tienen registrados algunos proyectos menos. De acuerdo con información que se desprende de la Subsecretaría de Gestión Ambiental, en las dos localidades mencionadas son 28 los barrios en marcha o recientemente finalizados (19 en Funes y 9 en Roldán), los cuales en suma, dicen, se traducen en algo así como 25.000 lotes. Las cifras no dejan de causar impacto. Es que se estima que en no muchos años, entre 50 y 100 mil rosarinos se habrán trasladado a esas dos ciudades.
Lo cierto es que, al margen de las variaciones, son muy pocos los emprendimientos que tienen su estudio de impacto ambiental aprobado. El mismo es un informe que deben realizar y entregar a la Secretaría de Medio Ambiente los propios desarrolladores inmobiliarios. Allí deben detallar desde cómo brindarán servicios tan esenciales como el de agua y cloacas hasta el impacto en las rutas provinciales y nacionales de la región del “corrimiento” de tamaña cantidad de habitantes. Además deben incluirse lo proyectado, por ejemplo, para la recolección de residuos (lo cual debe consensuarse con los municipios) y hasta la necesidad o no de más servicios de salud, educación y seguridad, cuestiones que deberían financiar los propios desarrolladores. Las carpetas que deben entregar los privados son analizadas por la Subsecretaría de Gestión Ambiental, cartera que evalúa y autoriza, “corrige” o en casos graves directamente frena las obras.
Con todo, y según pudo saber este medio hace algunos días, entre las dos ciudades mencionadas sólo el proyecto Haras de Funes tiene el estudio de impacto ambiental aprobado. El resto se divide entre los que ni siquiera presentaron su informe, los que están intimados administrativamente al cese de actividades o los que tienen algún tipo de clausura o multa. Ante este panorama en la provincia remarcan como “fundamental” que el desarrollador cumpla con este requisito para que luego, quien llega en una segunda instancia a comprar un lote pueda finalmente escriturarlo.
“No importa que el estudio haya sido presentado por el emprendedor; tiene que estar aprobado. Es lo único, si no, el terreno no se puede escriturar”, advirtió Edgardo Seguro, subsecretario de Gestión Ambiental santafesino.
Hace dos semanas este diario mencionó un caso concreto al respecto. El mismo refería al padecimiento de algunas personas que ya han pagado por un lote en el proyecto Tierra de Sueños III, que se está ejecutando en Roldán y es el loteo más grande de la región con 4.500 espacios a la venta. Ese emprendimiento no sólo no cuenta con el estudio de impacto ambiental sino que ni siquiera tiene los trámites iniciados para escriturar en la Dirección de Catastro. Un grupo de las personas que ya compraron lotes allí creó hace poco una cuenta en la red social Facebook y la denominó irónicamente “Tierra sin Dueños”. Allí denuncian públicamente los contratiempos para obtener la escritura prometida y otras cuestiones que vienen sufriendo. Además, los damnificados están evaluando llevar sus reclamos a la Justicia.
Desde la provincia explican que son varias y de las más diversas las cuestiones a evaluar en torno de los proyectos. Una de las situaciones más complejas se dan alrededor de los proyectos más alejados de la trama urbana tanto de Funes como de Roldán. Seguro aclaró de que algunos loteos no requieren estudio impacto ambiental porque vienen a completar la trama urbana ya existente. “Forman parte del mismo entramado, está cruzado por las mismas calles. Distinto es cuando se desarrollan sobre un área completamente rural”, sostuvo el funcionario. Y no tardó en vincular este hecho con los “corrimientos” perimetrales que deberán plantearse entonces sobre las áreas productivas fumigables.
“Hoy prácticamente ningún loteo entregó información a la Secretaría sobre esta cuestión”, marca al instante Seguro. Para mayor complejidad, en Roldán, por caso, hay algunas nuevas urbanizaciones que están a 9 kilómetros del casco urbano. Cómo se llevará a cabo la recolección de residuos en esos casos es otra cuestión de la que poco se sabe, marcan funcionarios provinciales.
Ante semejante panorama, desde el Ejecutivo hacen hincapié en el impacto que traerá en el tránsito vial de la región los incipientes barrios residenciales y cerrados. Seguro explicó, por ejemplo, que la avenida San José de Calasanz, la continuación de calle Mendoza “después” de Wilde, va ser una arteria muy utilizada en breve. “Muchos de los futuros habitantes de Funes y Roldán van a salir por acá. Y ahí hay un pedacito que es una muy linda calle, pero el resto es una callejuela”, marcó el funcionario, siempre remarcando en lo poco o nada que han reparado los privados al respecto.
Pero los casos paradigmáticos son los de Tierra de Sueños II y III, que se están gestando sobre el costado sur de la autopista que une Rosario con la ciudad de Córdoba, casi a la altura de la ruta A012. Desde la provincia se preguntan directamente cómo van a entrar y salir en esos barrios abiertos los futuros vecinos: “El acceso que está marcado hoy para en el futuro salir a la autopista es ilegal. No se puede entrar de allí a una autopista. A ese tipo de vías nacionales se ingresa sólo por los puentes con los tréboles habilitados”, sostuvieron otras fuentes provinciales consultadas, sembrando más dudas sobre las que ya había, y que no son pocas.