En la década del 90, cuando la paridad 1 a 1 con el dólar había planchado las exportaciones industriales y la importación para el mercado interno dejaba un tendal de pymes y medianas industrias fundidas, el panorama para ellos era el opuesto. Por la desregulación del sector, los trabajadores de farmacias crecían en número, y por lógica el gremio que los representa en fuerza. Pero ahora quedaron lejos de los tiempos donde desembarcaban cadenas, abrían locales y las ventas se ampliaban muchos otros productos además de medicamentos. Por el contrario, el sector está entre los más golpeados por la corrida devaluatoria y la caída del mercado interno, y el gremio del sector está en alerta y movilización “por la profunda crisis en que se encuentran los establecimientos de dispensa de medicamentos”. Pero además de reclamar un cambio de política hacia afuera –los medicamentos aumentaron muy por encima de la inflación–, piden una recomposición salarial hacia adentro: la realidad cotidiana ya les devoró todo o más de lo alcanzado en la paritaria, que cerró en mayo pasado.
“La merma en la actividad es de un 30 por ciento, fácil. Y las perspectivas a futuro son negras: las farmacias chicas no van a poder no aguantar”, describe el titular de la Asociación de Trabajadores de Farmacias de Rosario, Gustavo Rossi.
Frente a ese panorama, la federación del sector lanzó una campaña a nivel nacional para hacer visible la situación y reclamar un cambio de las políticas oficiales. Y pidió que la pelea sea llevada adelante por todo el sector, “juntos, trabajadores, profesionales y empresarios”.
En ese marco, el gremio local, que en realidad abarca todo el sur santafesino –la segunda circunscripción– y representa a unos 1.700 trabajadores, entre ellos los profesionales en relación de dependencia, se reunirá este martes 9 con autoridades del Colegio de Farmacéuticos de Rosario para analizar la situación y evaluar medidas en conjunto. Y los próximos martes 24 y miércoles 25 participará de un plenario nacional de secretarios generales para trazar más líneas de acción.
Según describió Rossi a este diario, en la región no hay cierres de farmacias “pero tampoco abren nuevas”. Ese virtual congelamiento se extiende a los puestos de trabajo, donde no hay despidos ni suspensiones. Pero también a los salarios, lo cual les representa un problema: las paritarias, que se discuten a nivel nacional, alcanzaron un 23,5% de aumento salarial, sumando una parte no remunerativa, y el compromiso de reabrir la discusión ante una inflación superior. A agosto, el promedio de aumentos de precios ya se había comido casi más de un punto de la suba total.
“Los trabajadores entendemos la situación, pero no dejaremos de reclamar salarios dignos”, advierte Atfar en un comunicado que ya se está entregando en las calles y en locales de cruz verde, para dar cuenta de la situación.