Más familias se sumaron ayer a la ocupación del terreno ubicado en Avellaneda al 4300. En tanto, la mesa de negociación que entablaron funcionarios municipales y representantes de los ocupantes no arrojó acuerdos, por lo tanto el diálogo continuará en los próximos días. El Ciudadano recorrió el lugar y entrevistó a parte de la gente que se asentó en el lote el domingo a la noche.
Un joven, que eligió uno de los lotes más cercanos a un basural y se encargó de limpiarlo junto a sus “compas”, entiende que “por lo menos, ahora el lugar está un poco más cuidado” y que si los quieren sacar, resistirán.
Según Ángel, antes de la ida de Don Tito, quien hasta hace dos meses criaba ganado desde hacía más de 50 años en un racho junto a una de los dos canchas de fútbol, el parque era un basural. Al recorrer el parque, ubicado entre los barrios Acindar, Alvear yla Vía Honda, el joven repasa las huellas de lo que fuera un no-lugar.
Grandes charcos de agua, basura quemada, animales muertos y escombros, que según Ángel venían a descargar los volquetes ya que ni el privado ni el municipio atendían el predio, resisten al avance de los nuevos vecinos del sudoeste. “La rata más chica te ceba mate”, ríe el muchacho al sortear los incontables alambres de púas, hilos y todo tipo de dispositivo para señalizar y sectorizar el terreno. La mayor parte de las parcelas tiene 9 por12 metros.
Pocos indicios de construcción precaria se mantenían al día de ayer. Sólo carpas y obstinadas familias cuidando su parcela a pesar de las altas temperaturas. La condición de no empezar a instalar ranchos fue parte de la primera negociación que el municipio impuso el lunes. Sin embargo, esto no impidió que más familias de otros puntos de la ciudad llegaran a la zona sudoeste para buscar un pedazo de tierra donde vivir.
En diálogo con El Ciudadano, una de las referentes sociales de Vía Honda, Teresa González, indicó que en tres días “las 50 familias se multiplicaron a300”e hicieron sus respectivas parcelas. Prueba de esto, es que las dos canchas de fútbol –una de 7 y otra de 11–, que hasta el martes se habían mantenido intactas al avance de las familias, se convirtieron en nuevas parcelas para el hipotético otorgamiento de tierra.
Diálogo
A unas 12 cuadras hacia el este, el Centro Cultural “El Obrador”, ubicado en Garibaldi y Espinillo, al oeste del barrio Vía Onda, sirvió como espacio para la reunión que mantuvieron la subsecretaria general del municipio, Lorena Carbajal, el director de Control Urbano, David Sánchez, y unos 30 representantes de las familias ocupantes. La propuesta municipal consistió en un censo –relevamiento por parte de trabajadores sociales de datos personales y necesidades puntuales de cada familia– con la condición de que las familias despejaran las5 hectáreasen conflicto. “Entendemos que existe una diversidad de necesidades, no sólo de las familias que ocupan los lugares sino de los vecinos. Obras de infraestructura (alumbrado público, apertura de una calle Cagancha, entre otras) para los barrios que rodean al predio”, explicó Sánchez.
Sin embargo, los representantes de la toma de terrenos no se mostraron satisfechos y aludieron a que el Estado no les brindará una solución habitacional a corto plazo. “Preferimos quedarnos y construir con nuestras manos las casas. Sólo queremos el pedazo de tierra”, señalaron las personas que ocupan el parque este dela Vía Honda.Y más, algunos sostuvieron que si ellos dejaban sus respectivas parcelas, otras personas las ocuparían. “Estamos cansados de las promesas”, reiteró una y otra vez Silvina, que junto a su tía montaron una carpa el domingo por la noche en el sector sureste del predio. Mónica, su tía, indicó que se censarán y recibirán a los trabajadores sociales pero no levantarán la toma que su grupo, integrado por unas 50 familias, lleva a cabo hace días.
Luego de un tire y afloje, el dueño de parte de las5 hectáreas, Marcos Leone, pidió la palabra. Ante la presencia del privado, los vecinos tomaron mayor temperatura al escuchar por primera vez que los juicios por usurpación podrían caer en cualquier momento. También lo acusaron de no cuidar el terreno y no querer entregar el mismo al municipio ya que por más dinero puede hacerlo al sindicato Unión Personal Civil dela Nación(UPCN).
La toma se instauró el domingo por la noche, cuando personal de la comisaría 18ª junto con Control Urbano lograron desalentar la usurpación de las 35 viviendas en construcción del Servicio Público dela Vivienda(SPV).
Según explicaron desde esa repartición, las edificaciones forman parte del plan de relocalización Rosario Hábitat, que entregó 209 casas a familias del barrio Itatí, como contrapartida de la urbanización. Según explicaron desde el municipio, del total del predio sólo una pequeña parte es del municipio. El resto corresponde a sindicatos, que planean instalar viviendas para sus afiliados, y al ferrocarril, deslizaron las mismas fuentes.