Un muchacho de 20 años fue imputado por atacar a balazos a un vecino y causarle la pérdida de su pierna izquierda. Lo curioso fue que el acusado llegó a la audiencia imputativa en muletas: tampoco tenía su pierna izquierda que, según explicó, la perdió en un accidente de tránsito. El muchacho acusado fue derivado al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez por este siniestro, dato que llegó a oídos de un familiar de la víctima que lo denunció. Un día después de obtener el alta médica fue trasladado a Tribunales donde el juez Juan Carlos Vienna le dictó la prisión preventiva en su contra por lo que fue derivado a una Unidad Penitenciaria con enfermería.
El primero de los hechos tuvo lugar en barrio Ludueña el 9 de marzo pasado. Durante la tarde, los muchachos del barrio jugaron un partido de fútbol en una canchita, cuando los roces propios del juego hicieron enojar a Cristian B.. Según la versión de un testigo, el muchacho empezó a “hacerse el malo” con su rival. Ante ello, el resto de los jugadores aconsejaron al muchacho que se vaya porque su rival le iba a dar un tiro.
El ocasional jugador de fútbol decidió retirarse y una vez en su casa le contó a su hermano Gabriel Omar G., quien unas horas más tarde decidió llegar hasta la casa de Cristian B. a solucionar el inconveniente. Según el fiscal José Luís Caterina, la víctima llegó hasta la vivienda ubicada en Solís al 200 bis donde vive el acusado. Una vez en la puerta y luego de intercambiar algunas palabras y darse la mano, fue agredido cuando se retiraba. En el momento que le dio la espalda, recibió al menos 5 disparos que impactaron en las piernas y los glúteos de Gabriel G. mientras su agresor se retiró luego de una intervención de vecinos.
Hubo llamados al 911 que aseguraban que el sospechoso armado deambulaba por la zona y brindaron sus datos, aunque en aquel momento no fue detenido. Por su parte, la víctima debió ser hospitalizada y sufrió la amputación de uno de sus miembros inferiores.
Otras imputaciones
A su vez, Cristian B. fue acusado de otros dos hechos. El primero ocurrió el 5 de abril de 2014, cuando una mujer denunció que el sospechoso se presentó en su vivienda junto a su madre y la amenazó para posteriormente arrojar piedras contra el frente de la casa, lo que derivó en la rotura de vidrios de un taxi de un vecino estacionado en el lugar, sostuvo el fiscal, que encuadró el incidente en amenazas simples.
A este cargo se agregó una tentativa de robo calificado por el uso de arma. El atraco ocurrió el 9 de julio de 2014 en Vélez Sarsfield al 2200. Allí un hombre cargaba un bolso a un utilitario junto a su mujer cuando escuchó el ruido de una moto. De allí descendió un joven que le colocó a la víctima un arma en la cabeza y le sacó la billetera con documentación y algo más de 200 pesos. En ese momento apareció una chata de Gendarmería, y la moto que lo esperaba desapareció. El ladrón se puso nervioso y comenzó a correr por lo que se inició una persecución. A las pocas cuadras, fue detenido con las pertenencias de la víctima aunque no se halló el arma.
La defensora oficial María Juliana Girolimo cuestionó en varias oportunidades las calificaciones legales de los hechos, intentando alivianar la situación procesal de su pupilo, aunque ello no fue aceptado por el magistrado. La letrada no dejó de lado la situación actual de su defendido, quien dado de alta ayer luego de sufrir una traumático accidente de tránsito por el cual debieron amputarle una pierna, y previo al alta, debió ser nuevamente intervenido quirúrgicamente a raíz de una infección. Por lo que solicitó la libertad del muchacho o en su defecto un arresto domiciliario.
Por su parte el juez evaluó la evidencia presentada y tomó en cuenta la fuga del muchacho en dos hechos y el temor de los testigos de la agresión, por lo que entendió que por la gravedad de los delitos corresponde dictar la prisión preventiva en su contra sin plazo y dispuso que fuera derivado a una unidad penitenciaria que cuente con enfermería donde deberá continuar con las curaciones.