Al menos 30 personas murieron por la explosión de dos coches-bomba en la capital siria, Damasco, contra un edificio de las fuerzas de seguridad y otro de los servicios secretos. Según las primeras investigaciones, éste podría haber sido perpetrado por la red Al Qaida. Los autores de ambas explosiones fueron dos suicidas.
Entre las víctimas hay tanto agentes de seguridad como civiles, señaló la agencia estatal de noticias Sana, que habló de atentado terrorista. La emisora libanesa Al Manar, aliada del presidente sirio Bashar al Assad, señaló que además de las 30 víctimas mortales habría unos 50 heridos.
Las explosiones se escucharon en toda la ciudad. Las fuerzas de seguridad han acordonado todos los accesos y varias personas han sido detenidas. En un comunicado, la agencia oficial Sana destacó que las investigaciones preliminares apuntan a Al Qaeda como responsable de estas explosiones.
Fuera de la capital también se vivieron episodios de violencia. Según observadores de los derechos humanos, en nuevos enfrentamientos entre tropas del gobierno y desertores han muerto al menos seis personas. Los combates tuvieron lugar, entre otros, en la provincia de Idlib, en la frontera con Turquía.