La banda punk española Ska-P vuelve a la Argentina para ofrecer un par de presentaciones, entre ellas la que el sábado 22 dará a beneficio de la fábrica recuperada Fasinpat (ex Zanon) en Neuquén, reponiendo una experiencia que ya compartió una década atrás porque, como advirtió su guitarrista José Miguel “Joxemi” Redin “para batallar contra este sistema hay que organizarse”.
“Ahora puedo cantar y cagarme en el presidente y no pasa nada, como también uno se puede disfrazar de punk o hippie y aparentar. Pero para batallar contra este sistema hay que estar bien informado y organizarse”, proclama Joxemi en entrevista telefónica con Télam desde su casa en el pueblo navarro de Larraga.
“Hace exactamente 10 años pisábamos Neuquén y dábamos un concierto por los trabajadores de la misma fábrica porque somos muchos integrantes en la banda y cada uno tiene su opinión, pero respecto de estas situaciones no tenemos discrepancias internas”, aseguró el histórico guitarrista de Ska-P.
La nueva visita a la Argentina le permitirá, además, participar el lunes 24 en el festival Rock en Baradero, donde encabezará la tercera y última fecha del encuentro anual que se desarrolla desde 2015 en esa ciudad del noreste bonaerense.
El conjunto que el guitarrista integra hace 25 años y comparte con PulPul en voz y guitarra, Julio César Sánchez en bajo, Kogote en teclado e Ivan Guevo en batería, donará todo lo recaudado del show de este sábado en el estadio Ruca Che (Antártida Argentina 3901) a los trabajadores de la ex Zanon.
Hay un punto de partida que cada uno de los músicos tiene en claro arriba y debajo del escenario y se cristaliza en “El vals del obrero”, donde PulPul canta: “Este es mi sitio, esta es mi gente/Somos obreros, la clase preferente/Por eso hermano proletario, con orgullo yo te canto esta canción/Somos la revolución”.
Pero la postura no termina en esa canción; se trata de un compromiso que, por un lado, atraviesa de comienzo a fin la obra del grupo que registra ocho álbumes de estudio y, por otro, rige las decisiones de cada uno en lo personal. En el caso de Joxemi, por ejemplo, cada vez que visita Buenos Aires decide hospedarse en el hotel Bauen, un alojamiento recuperado por sus trabajadores.
“En España hay muchas cooperativas, los obreros se juntan para fortalecerse y tener más facilidades, pero no tengo conocimiento de que se organicen, gestionen y saquen adelante una fábrica que fue abandonada por sus dueños, eso nunca lo escuché”, comparó Joxemi sobre las experiencias obreras de ambos países.
Los conciertos
“Somos los mismos de siempre, pero un poco más viejos. Sacamos algunas canciones del repertorio, pusimos algunos clásicos que todos quieren escuchar”, contó José Miguel Redin sobre el repertorio que van a interpretar.
El guitarrista reconoce no mantener contacto con el público a través de redes sociales algo que “tiene su gusto informativo para moldear las canciones de la banda”.
“Pero también hay mucha ridiculez, si tal se peleó con tal y cosas por el estilo. Antes, en los 80, el punk discutía la vigilancia del Estado”, apuntó.
Y continuó: “Las redes vacían de contenido. Ahora todo el mundo quiere tener su parcela de fama y se expone. Es algo que pasa en todos los ámbitos, con la gente joven y la información que sube, pero también con gente culta que conozco y que tiene amplios ideales, que no puede estar ni un minuto sin subir algo”.
“Me suelen preguntar si las canciones pueden cambiar a las personas”, señaló Joxemi y respondió: “Está claro que no. Somos pocos los grupos que hablamos de cosas serias y el 99,9 por ciento de las bandas que tienen espacio en los grandes medios de difusión hablan de tonterías. Igual tenemos nuestra gente que nos sigue e intentamos ser consecuentes en lo que podemos. Pero no somos los más consecuentes porque también tocamos en festivales que son apoyados por grandes marcas”.
Joxemi asegura que los músicos de Ska-P siempre fueron iguales, tocaron sobre las mismas temáticas, en los mismos lugares. “Nunca cambiamos por o para conseguir un poco de reconocimiento. Intentamos hacer que la gente se pregunte cosas y dentro de esos grandes festivales siempre hay gente que nos sigue y otros que nos pueden llegar a ver y de pronto cuestionarse o da pie a que se informen de algunas cosas. Eso en un festival de reggaeton no ocurre (risas). Es un trabajo de hormigas que ojalá llegue a algún lugar”, concluyó.