Especial para El Ciudadano
El punto de partida de Silo, la nueva serie de ciencia ficción de Apple+, no se presenta en primera instancia como muy original. Incluso, todo lo contrario. El tema ya ha sido planteado numerosas veces en diversos relatos distópicos y fantásticos. Se trata de la construcción de un mundo post-apocalíptico en el cual una sociedad sobreviviente debe hacerlo recluida en un enigmático espacio cerrado, en este caso el “silo” del título, organizándose según reglas estrictas que determinan, ante todo, el peligro letal del exterior. Si bien nadie sabe qué ha pasado ni cómo es la situación, afuera, se dice, la vida es imposible.
En Silo el mundo de la sociedad sobreviviente es cuanto menos curioso y opresivo. Una enorme estructura tubular cavada en la tierra alberga a 10 mil sobrevivientes. Los “fundadores”, figuras ya casi divinizadas, lo construyeren unos 140 años antes de los sucesos actuales. La estructura, en apariencia, divide a los de arriba y a los de abajo según jerarquías férreas, otro rasgo algo frecuentado en estos planteos.
En torno al acontecimiento apocalíptico planetario que desató esta solución extrema reina un profundo silencio, y todo hallazgo relacionado con el pasado (las “reliquias”) supone la violación de la ley. El secreto debe mantenerse para que la estructura social se sostenga.
No hay, en el silo, contacto con el exterior. Todo es espacio cerrado, claustrofóbico. Estructura tubular con niveles, pasadizos y escaleras en la que se dispone todo un mundo interior organizado y reglamentado de modo estricto. La única visión del mundo externo es una suerte de gran pantalla ubicada en un espacio central, a través de la cual se puede observar siempre el mismo recorte de un paisaje natural. Y aún más, es allí donde se ven, entre el escarmiento y el terror, a quienes en determinado momento deciden que quieren salir del silo.
Tras un estricto protocolo, a los desertores se les permite salir al mundo bajo la mirada expectante de una multitud ante la pantalla, y sólo para observar cómo, tras pocos pasos dados con un traje de astronauta, caen vencidos por no se sabe que afección. Algunos cadáveres irán acumulándose en ese paisaje.
¿Y si el mundo exterior fuera habitable?
Si bien la serie no ostenta una gran originalidad en todo ese planteo, no deja sin embargo de generar con eficacia una cierta intriga al respecto. El punto crucial es, como suele serlo en estos casos, la pregunta que comienza, poco a poco, a hacer mella en la estructura social: ¿y si en realidad afuera no hubiese nada hostil? ¿y si en realidad el mundo exterior fuese habitable? ¿y si finalmente la estructura de poder del silo no fuese más que un engaño? Y, lo más desconcertante y perturbador, ¿si en lugar de sobrevivientes fuesen prisioneros?
Allí la cuestión que comienza a plantearse desde el primer episodio, desplegando la intriga de modo pausado, y abriendo cada capítulo a nuevos personajes a través de los cuales se va profundizando la extraña situación.
El juego de la sospecha es abierto por el sheriff Holston, cuya esposa es presa de profundas dudas en torno a la situación del silo y del mundo exterior. Algo sabe, algo intuye, algo puede haber descubierto, y pide que la dejen salir.
Ante la mirada de Holston y de toda una multitud, en la gran pantalla, su esposa da unos pocos pasos y cae muerta. Abatido por la desgracia, el sheriff también caerá presa de las dudas. En ese punto hace su aparición Juliette (Rebecca Ferguson), una mecánica experta que trabaja en el generador de energía que sostiene a todo el silo y que asumirá, desde allí, gran parte del peso del relato.
Un subterráneo muy parecido a una enorme estructura carcelaria
Silo lleva emitidos 3 de los 10 episodios que componen el total de la serie, habiendo estrenado la cadena Apple+ los 2 primeros en conjunto el viernes 5 y el tercero este viernes 12. Por el momento la serie sabe poner en juego los elementos necesarios para proponer y sostener una intriga ya bastantes veces recorrida en relatos de este tipo, y sobre todo por el modo efectivo en que va incorporando paso a paso un amplio abanico de personajes y por la construcción visual de ese mundo subterráneo tubular muy parecido a una enorme estructura carcelaria.
La serie está a cargo de Graham Yost (Justified) y se basa en la serie de relatos Espejismo, de Hugh Howey, quien publicó sus escritos de forma independiente en 2011 a través de Kindle Direct Publishing de Amazon, convirtiéndose en un inusual suceso de ventas.
Por el momento, Silo no llega a los grandes puntos alcanzados por la distintiva cadena Apple+, pero sin embargo no deja de presentarse como una propuesta correcta y también marcada por cierta personalidad. Habrá que ver cómo se desarrolla en lo sucesivo, habrá que ver cómo juega sus cartas. No suele ser tarea fácil sostener esas grandes intrigas planteadas al comienzo sin llegar a un punto decepcionante.
Silo / Apple+/ 1era. Temporada
Creador: Graham Yost
Intérpretes: Rebecca Ferguson, Rashida Jones, David Oyelowo, Tim Robbins, Will Patton