El Museo de Ciencias Naturales Scasso, con sede en San Nicolás, realiza un seguimiento detallado de los focos de calor producidos en el llamado territorio Piecas, definido en 2008 y que abarca el sistema de humedales del río Paraná desde la altura de las ciudades de Santa Fe y Paraná hasta la desembocadura en el Río de la Plata. El balance de lo que va de este 2021 es de 9.253 casos, de acuerdo a imágenes satelitales de alta resolución. Las cifras mensuales entre enero y marzo pasados, además, superan con creces a los promedios de los 9 años previos. Y la semana 38, entre el 23 y 30 de agosto últimos, es la que registra la mayor cantidad de quemas de este año: 2.323.
En contraste con lo ocurrido durante 2020, año en que que terminaron devastadas por las llamas unas 400 mil hectáreas de vegetación nativa de los humedales, con afectación dramática en la fauna que habita esos territorios, este año el mayor porcentaje de los focos es al sur de la ribera santafesina. El centro, por la magnitud y número de los incendios, está en la franja de islas que se extiende, desde la otra orilla del Paraná, entre la ciudad santafesina de Villa Constitución y la bonaerense de San Nicolás.
El relevamiento del museo Scasso se basa en información de los satélites de vigilancia Modis (Moderate Resolution Imaging Spectroradiometer) y Viirs (Visible Infrared Imaging Radiometer), que proporcionan datos diarios de las anomalías térmicas detectadas en todo el mundo.
La resolución del satélite Modis es de mil metros de lado por pixel. La del Viirs, mucho mayor: 375 metros por pixel.
El museo aclara que, por la alta resolución del satélite Viirs, un único gran incendio puede interpretarse como un conjunto de focos cercanos, por lo que la información detalla la confiabilidad de los focos. Una baja puede significar que en vez de un incendio se trate de otro fenómeno. Pero la incidencia de estas incertidumbres es poco relevante. En 2020, apenas un 4,4% de los focos se clasificaron como de confiabilidad baja.