Randy Stagnaro / Tiempo Argentino
Alrededor de un millón de personas podría pedir los créditos a tasa cero. Son los cálculos que circulan en las dependencias oficiales que siguen el tema: la Afip, los ministerios de Desarrollo Productivo y de Trabajo y el Banco Central. La magnitud del esfuerzo fiscal, en tanto, es calculada en unos 70 mil millones de pesos.
Según los informes del Ministerio de Trabajo, a enero último, en la Argentina había registrados 1,6 millones de monotributistas de todas las categorías, a los que se suman casi 400 mil autónomos. También están registrados 365 mil monotributistas sociales.
No todos los integrantes de este universo de 2,4 millones de personas podrán acceder a los créditos a tasa cero. El gobierno consideró que como los monotributistas sociales y los monotributistas de las categorías A y B podrán recibir asistencia estatal vía el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), por ello no deberían aplicar para este préstamo.
Según estudios recientes publicados por Tiempo, hasta el 80 por ciento de los hogares argentinos ha tomado deudas durante la cuarentena. Al mismo tiempo, un informe del Ministerio de Desarrollo Productivo indica: “La mayoría de los trabajadores independientes formales ha sufrido una caída notoria en su actividad.
El 75% de los monotributistas y el 71% de los autónomos han visto recortada sus ventas y sus compras. Si bien esta población es ciertamente menos vulnerable que los trabajadores independientes informales, lejos está de estar blindada ante la pandemia”.
De allí que los dos primeros usos de los créditos serán para sostener el gasto de los hogares y pagar las deudas, especialmente las de tarjeta de crédito. Según los datos del Banco Central, las familias deben a las tarjetas de crédito 536 mil millones de pesos. Por su parte, la consultora Cerx estimó que 1,5 millón de hogares deben a prestamistas y financieras unos 93.000 millones de pesos, con un monto promedio de 62.539 pesos por cada familia.
El mecanismo de otorgamiento del crédito facilita que se paguen las deudas con las tarjetas por dos motivos: el primero es que el dinero se depositará como crédito a favor del beneficiado en su cuenta de tarjeta de crédito. El segundo, y más importante, es que si ese beneficiario posee una deuda con la tarjeta, se usará el dinero en forma automática para saldarla.
El ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, señaló que quien tenga deudas en las tarjetas de crédito sufrirá el descuento del monto adeudado al momento de calcular el préstamo, y el resto es el que quedará disponible para su uso.
En algunos círculos se especulaba con que cierto grupo de los beneficiarios de los préstamos podría dirigir el préstamo hacia la compra de dólares bursátiles. Sin embargo, la normativa que se conoció el jueves último descarta esa posibilidad; es decir, el beneficiario del crédito no podrá operar con bonos para comprar o vender dólares. En caso contrario, perderá el beneficio y deberá pagar al Estado los intereses bancarios que éste desembolsó.