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Sonia Martorano: «Si Perotti me pidiera que fuera candidata, tendríamos una charla»

La ministra de Salud que generó alto nivel de conocimiento en la población en la lucha contra el covid habló sobre una posible postulación. “No estamos viendo en perspectiva lo que pasamos”, señaló la funcionaria provincial sobre la pandemia

Sonia Martorano fue la encargada de gestionar en Santa Fe la peor crisis sanitaria de los últimos cien años. Era secretaria de Salud cuando se inició la pandemia de covid, pero rápido, tras la renuncia del ministro Carlos Parola, tuvo que hacerse cargo del ministerio. Administró la comunicación del gobierno provincial en plena pandemia con un perfil sencillo y concreto, lo que le permitió alcanzar un grado de conocimiento tan alto que hizo que empezara a sonar como posible candidata del oficialismo en las elecciones del año próximo. Se identifica como “perottista” y, aunque no le guste demasiado el tema electoral admite que “charlaría” con el gobernador si le ofreciera alguna candidatura. “No es algo que tenga en mi mente”, aclaró. Sobre la pandemia, advirtió: “No estamos viendo en perspectiva lo que pasamos”. Además, pidió recuperar de esos meses la capacidad “de pensar juntos cómo salir adelante” para “replicarlo” en la lógica de la política.

—En la gestión demostró cercanía y buena capacidad para comunicar, ¿dónde está el origen de esa esa personalidad?

—Tiene que ver con mi formación. Yo me formé como médica, y elegí la especialidad de neonatología. Una de las cosas que a nosotros nos tocaba mucho trabajar, más allá de estar con los nenes en terapia intensiva, era la hora diaria que nos tomábamos para comunicar a la familia, le llamábamos “el horario del informe”. Ahí vos tenés que sentar a una mamá, un papá, un tío, a una abuela que estuviera a cargo de la situación, para contarle cómo estaba ese bebé que esperaban soñadamente nacido sano y que estaba atravesando una situación compleja. Nos tocaba tener que hablar con una mamá, un papá o con los abuelitos, en un lenguaje claro, sencillo, que no asustara, pero que a la vez les contara exactamente lo que estaba ocurriendo. Me parece que, desde ese lugar, la médica neonatóloga volvió a decir: “Che, tengo que usar ese modo de comunicación que hacíamos”. Estábamos en una situación compleja, más o menos era lo mismo, no sabíamos exactamente qué es lo que iba a pasar. Había que ser sincero, ser transparente, y tratar de ir con la verdad, intentando no asustar. Era una combinación compleja, pero recuerdo que esa combinación compleja la tenía también cuando hablaba con los papás en neonatología.

—¿Durante cuántos años hizo esa tarea en neonatología?

—Veinticinco años, en la guardia, como jefa de sala también, muchos años teniendo que dar los informes. Muchos años en la primera línea de trinchera.

—En tren de buscar en los orígenes, ¿cómo era su familia?

—Mamá, papá, cuatro hermanos, dos varones, dos mujeres. Te diría que la conformación de una familia tradicional.

—¿Alguno se dedicaba a la medicina?

—No, fui la primera médica de la familia.

—¿Por qué eligió medicina?

—Fijate que uno tiene 16, 17 años, cuando decide lo que va a hacer toda su vida. Es muy complejo, no lo tenía muy claro, no era que tenía una vocación fuerte, sí que me gustaba lo humanístico. Decidí por medicina, y hoy yo tengo el concepto de que la medicina es una herramienta muy fuerte de transformación social. Y que podés ejercerla desde muchos lugares. Podés estar en la práctica del ejercicio médico, en la integración de políticas sanitarias, podés estar en la decisión de políticas sanitarias. Como presidenta del Colegio Médico hablaba con los egresados, o con los que se iban a matricular, que habían elegido una carrera que era de transformación social. Desde ese lugar, siempre me gustó como una herramienta.

—El tema de la transformación social que nombró es un concepto muy fuerte, con mucho contenido político, a pesar de que usted dice que no viene de la política.

—Sí, como médica yo fue presidenta de la Sociedad Rosarina de Neonatología, fui presidenta del Colegio de Médicos durante dos períodos, fui la primera mujer presidenta del Colegio de Médicos en el país. Estuve como presidenta de la Mutual de la Asociación Médica. Siempre estuve en lugares donde pensaba que algo podía hacer. En un punto, por mi profesión como neonatóloga, como médica, pensando en qué podíamos cambiar o mejorar para los médicos. Y siempre en los lugares traté de hacer transformaciones que mejoraran el desempeño. Después los puntos se unen siempre. Me acuerdo que nosotros armamos en el colegio el Centro de Estimulación Rosario, y en la pandemia fue fundamental, porque era el lugar por donde médicos y enfermeros pasaban para hacer las prácticas de simulación y prepararse: desde cómo vestirse y desvestirse hasta cómo intubar a los pacientes covid. Así que bueno, fue algo fundamental. Y el Colegio Médico en sí fue una herramienta de apoyo importante. Entonces, digo, en cada lugar una fue sembrando algo. Y con el tiempo vi cómo se iban hilvanando y ayudando de alguna manera a transformar la realidad. Nos tocó enfrentar una pandemia inesperada, nadie quería estar en el lugar mío. Me tocó y punto. Y desde ahí tratamos de hacerlo con la mayor tranquilidad, viendo cómo generar una logística, una planificación, un Plan Director. Y las herramientas que uno fue sumando en la vida creo que son las que me permitieron llevar adelante ese proceso complejo.

—¿Se identifica políticamente con algún partido?

—Yo me identifico plenamente como perottista. Tengo un respeto profundo y una gran adhesión al pensamiento del gobernador, así que respondo totalmente a Omar Perotti. Obviamente que estoy identificada con el gobierno, estoy trabajando, pero básicamente, respondo a la línea del gobernador.

—¿Su formación previa política tenía alguna orientación?

—No, es un terreno en el que no me meto mucho, porque en verdad no.

—Se lo pregunto porque ahora hay algunos que están empezando a mirar el alto conocimiento que usted tiene en la sociedad, y hasta piensan en que podría ser candidata.

—Yo estoy dedicada a la gestión. Estamos en septiembre y queda un año largo. Claramente hay mucho para ordenar, planificar, trabajar en la gestión de salud y la verdad es que yo estoy enfocada en eso.

—Pero usted se identifica como una persona que siempre ha intentado crear herramientas de transformación…

—Uno siempre va viendo qué puede ir dejando. Dejamos un buen trabajo de vacunación. Ahora te podés vacunar en cualquier lado, se cerró una etapa. Y la verdad que bien, con alto nivel de vacunación, con una letalidad baja. Entonces ahora hay que dejar una huella en alguna otra cosa. Difícil porque queda poco tiempo y porque la pandemia insumió casi todo. Pero bueno, ahí estamos, organizando varios ejes de gestión, en los que estamos abocados.

—¿Cuáles serían esos ejes?

—Estamos trabajando en algo prioritario para la OMS antes de la pandemia, que es la gestión de riesgo y seguridad del paciente. Es decir, trabajar todas líneas de procesos, protocolos, normatización, para trabajar en la seguridad del paciente en la práctica médica. Teníamos todo un proyecto previo que se estaba trabajando, así que lo trajimos al Ministerio y hemos firmado incluso una resolución, en la conformación de comisiones. Esto tiene que ver con calidad, con seguridad, que es muy interesante. Y el proyecto mil días, que también lo habíamos traído, que luego es una ley nacional, así que también trabajando en infancia, por ejemplo. Por eso, el futuro es que a diciembre del año que viene hay que tener varias líneas conformadas para que podamos tener más fortalecido lo que es Salud, y líneas de trabajo. Y dejar una huella y una posta para para lo que sigue.

—Tampoco hay que cerrarle la puerta a un futuro que exceda el Ministerio de Salud, ¿no?

—No cerremos, está bien, pero la verdad es que cada vez que me preguntan esto es como que me pongo incómoda. No es algo que tenga en mi mente. Recién podemos relajarnos un piquitín, no te digo mucho, después de todo lo que pasamos, que para nosotros fue terrible. Fueron tiempos muy duros, de muchas tomas de decisiones y demás. Una afloja un poquito y baja un cambio, la verdad que no estoy pensando en nuevos desafíos.

—La pandemia dejó huellas imborrables, ¿qué cambió en su vida?

—La pandemia creo que es una bisagra, un antes y después para todos. Yo la nomino como la gran catástrofe sanitaria mundial. En perspectiva, en unos años, nos vamos a dar cuenta de lo que pasamos. Cada uno en lo suyo, pero todos. Me refiero a todos a los chicos que no tuvieron contacto con sus padres, el contacto lúdico, que no tuvieron contacto con sus abuelos, que debe haber sido complejo para ellos de un día para otro cambiar. Para los adultos, para los mayores, los adultos mayores, fue durísimo para aquellos que estaban en residencias geriátricas. Yo creo que a todos nos dejó huellas. En lo personal fue distinto porque al menos yo me sentí con mucha responsabilidad de cómo enfrentarla en toda una provincia, a meses de haber asumido y con cambios políticos en el medio. La verdad que fue una responsabilidad muy fuerte. Creo que claramente te deja enseñanzas. Yo creo que todos tenemos que salir mejores de esto. Algunos no creen que esto ocurra, pero yo creo que sí, soy optimista por naturaleza. En poder valorar el presente, el día a día. El pasado forma parte de la historia, el futuro es incertidumbre, es el hoy en lo que hay que trabajar, en lo que hay que disfrutar, en lo que hay que celebrar. Y creo que eso nos dejó la pandemia. Somos sobrevivientes de una pandemia. Y nos deja una gran responsabilidad también. Las huellas que nos deje, de insomnio, cansancio -porque esto se ve en la población-, hay que ir paliándolas con agradecer el día a día, que estamos, que tenemos que estar un poco más solidarios, porque lo fuimos durante la crisis.

—¿Cree que lo que implicó en términos históricos todavía no terminamos de entenderlo?

—No estamos viendo en perspectiva lo que pasamos. Tiene que ver con un mecanismo defensivo, que cuando pasás una situación muy estresante después tendés a negarla y olvidarla. Si nos mostraban hace tres años imágenes nuestras, encerrados, nadie en la calle, con barbijos, era una imagen inentendible. Y hoy casi parece que nos olvidamos de todo eso, ¿no? Y los que estuvimos en cargos de responsabilidades directivas, de tomar decisiones y demás, también a veces hacemos memoria de lo que fue en general la vacuna y tantas cosas. Todos, todos los que tuvieron que estar encerrados, los que tuvieron que trabajar a distancia, los que lo sufrieron porque eran comerciantes y dependían de su trabajo. Todo el mundo, de algún u otro modo la pasó muy mal, porque nos enfrentamos a algo nuevo. Creo que en perspectiva vamos a entender que pasamos una crisis enorme y que sobrevivimos.

—¿Es la capacidad de adaptación, no?

—Claro, el adaptarnos tiene que ver con eso. Bueno, listo, pero también en perspectiva hay que ver y valorar lo que pasamos y cómo estuvimos unidos. En un punto hubo una unidad que a veces no se tiene, donde todos podíamos pensar juntos cómo salir adelante. Yo rescato todo eso, y creo que podemos replicarlo.

—La política está viviendo un tiempo especial. La sociedad está de frustración en frustración, y surgen propuestas extremas. ¿Qué análisis hace?

—Es complejo. En lo personal, la verdad que tuvimos mucho apoyo. Nosotros en Salud, en una situación muy crítica como la que vivimos. Yo siempre lo digo, desde la gente hasta el periodismo, que fue muy correcto en nuestra provincia. Fue muy correcto, porque nos llamaban si había alguna noticia, corroboraban antes de darla. Nunca tiraron esas bombas que asustaban a la gente, la verdad que fue un periodismo muy correcto, muy respetuoso que nos permitió trabajar, porque veían que era una situación complejísima, para que además le pusieran otras trabas. Y la gente misma, la verdad que adherían a las medidas. No tuvimos tanta problemática en eso. Ahora si vos me decís, pasado esto, ¿que es lo que vemos? Vemos que hay mucha frustración y claramente la gente está como buscando otras respuestas.

—Usted se identificó como perottista. Si Perotti le pidiera que fuera candidata, ¿que haría?

—Ah, ¡qué tema! (risas) Y bueno, ahí tendríamos una charla, como cuando me pidió que fuera ministra y era algo que no estaba en mis planes. Y bueno, charlaríamos, charlaríamos. El gobernador ha sido un gran pilar. Cómo decirte, en estas épocas tan difíciles, políticamente fue un gran sostén, más allá de que uno marcaba la política sanitaria. Él iba marcando las directivas políticas. Fue un gran organizador político, que en los momentos más difíciles nos ayudaba a ver cómo buscar la salida. El respeto que le tengo es enorme.

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