Más que cualquier otra, “sorpresa” fue la palabra que más se repitió entre distintos sacerdotes de la ciudad consultados por este diario sobre la “investigación” decidida desde el propio Vaticano en el Arzobispado de Rosario por presuntas irregularidades en el manejo de fondos, supuestos padecimientos psiquiátricos del arzobispo José Luis Mollaghan y denuncias de malos tratos por parte de laicos y sacerdotes, lo que el titular de la arquidiócesis sigue negando enfáticamente. Todos los entrevistados se mostraron cautos y medidos en sus afirmaciones pero coincidieron en que es necesario conocer, ante todo, la verdad. Así las cosas, parece ser que la noticia –que sonó como un verdadero estruendo en la ciudad por estar bajo sospecha la máxima autoridad de la Iglesia local– promete tener varios capítulos por delante. El prelado volvió a defenderse señalando que se trataba de meros “trascendidos mediáticos” (recuadro).
Dos datos que no son menores son que la investigación se da en el período del año más “especial” para la grey católica como lo son las vísperas de la Navidad, por todo lo que significará para la agenda de actividades de un arzobispo “monitoreado”, y también en un clima enrarecido socialmente donde el propio Mollaghan fue protagonista y mediador en los graves y recientes conflictos entre la Policía y el gobierno provincial.
El titular de la parroquia Nuestra Señora de la Consolación, Joaquín Núñez, dijo que la noticia es algo que le llamó “totalmente la atención”. “Si bien tengo que reconocer que no estoy muy al tanto de algunas cuestiones, fruto de mi propio aislamiento, he charlado con otros curas quienes también me han dicho que se encontraban bastante sorprendidos. La verdad es que esto me sorprendió sobremanera; de hecho no le encuentro la punta a la cuestión”, explicó.
“Nunca escuché que existiera alguna sospecha sobre el obispo. Es más, pensé que Mollaghan con el propio Jorge Bergoglio eran dos personas muy unidas, con buena relación, pero parece ser que no ahora que aparece todo esto de la intervención en el Arzobispado de Rosario”, señaló.
“Realmente estoy muy preocupado porque esto es un sacudón muy fuerte para la comunidad. Para colmo el clima social está muy enrarecido y esto es un golpe fuerte para la Iglesia justo en vísperas de la Navidad. Esto me descolocó. Hace poco hablé con Mollaghan por algunas cuestiones; esta semana voy a llamarlo para escuchar de su boca su propia visión del asunto”, añadió.
Por su parte, el ex vicepresidente de Cáritas y actual superior regional de los Misioneros de los Sagrados Corazones de Jesús y de María, Héctor Zordán, destacó que “todos los que llamamos agentes de la Iglesia tienen que estar al servicio de quien es el pastor máximo, que es el Papa”. “Igual hay que decir que esto realmente es una sorpresa para todos, eso es indudable”, señaló.
Sobre su relación con Mollaghan, el cura comentó que fue “normal”. “No podemos decir que fue laboral porque lo nuestro no es un trabajo. Puedo decir que tanto yo, como él, como cualquier persona, tenemos nuestras cosas, pero sinceramente estoy sorprendido y espero que se siga adelante con la investigación para que se sepa la verdad, sea cual fuere”, sostuvo.
A todo esto, desde el barrio Ludueña, el cura Edgardo Montaldo, lejos de criticar al arzobispo de Rosario trazó un perfil halagador de su personalidad. “Yo lo que puedo decir es que es el primer obispo que no me llamó para lavarme la cabeza. Cuando estuve enfermo, internado por el ACV se preocupó por mi problema. Personalmente me llama la atención todo esto. Lo que sí tengo que decir es que no tengo ninguna queja contra él, todo lo contrario. Él me ayudó en varias oportunidades, con la colecta Más por Menos y otras cosas. Estuvo siempre interesado en la cuestión de la pobreza en la ciudad. Hay que ver cómo sigue esto. Sé, por lo que leí, que hay algunas cuestiones económicas que se están investigando. Eso es algo que yo no manejo; espero que se aclare todo”, afirmó.
Por último, el sacerdote de Nuevo Alberdi Daniel Siñeriz se mostró cauteloso a la hora de opinar sobre el caso que tiene al Arzobispado de Rosario en el centro de la tormenta.
“A mí me parece que es una investigación que es real pero no voy a decir nada porque creo que es necesario que llegue a su término. Es más: deseo que llegue a su término. Por el momento no quiero interferir con mi opinión. Quiero esperar a que todo esto avance y se llegue a una resolución. Esta intervención era una posibilidad”, concluyó.
“Esto es sólo un trascendido mediático”
El arzobispo José Luis Mollaghan dijo ayer a este diario que la noticia sobre una “investigación” decidida desde el Vaticano sobre su persona por supuestas irregularidades en el manejo de fondos, malos tratos a sacerdotes y laicos y una presunta enfermedad mental que lo estaría aquejando es sólo un “trascendido mediático”. “Nosotros seguimos trabajando y guiando”, agregó.
“Lo único que puedo decir es que estamos trabajando especialmente para preparar la Navidad con todos los jóvenes, y que tenemos por delante distintas jornadas y seminarios con las familias. En eso estamos y seguiremos trabajando”, añadió.
El prelado volvió a negar que el Arzobispado esté siendo “monitoreado” por el Vaticano, evitando darle una mayor trascendencia al tema y respondiendo siempre con información sobre las próximas actividades rumbo al 24 y el 25 de diciembre.