Las principales carreras actuales y de los años venideros son las vinculadas con la salud, datos, la genética y astronomía, enumeró el ex rector de la Universidad Nacional de Rosario, Darío Maiorana.
El docente hizo suyo el vaticinio que, en tal sentido, formulara en 2014 el periodista científico argentino Juan Scaliter, en su libro «Exploradores del futuro» (Editorial Debate, Barcelona).
El profesional señaló, entonces, que los cambios mayores serán en Neurología, Genética, Astronomía y Física, citando la ley de Moore, una predicción lanzada hace cinco décadas acerca de cómo evolucionarán los circuitos electrónicos, mencionando que una de sus consecuencias es la potencia de una computadora que se duplica cada cierto tiempo, mientras su precio desciende; Scaliter apela a la ley de Moore como paradigma del avance de la ciencia.
Actualmente director del Centro de Estudios Interdisciplinarios de la UNR, puso el acento en disciplinas vinculada con la salud, «porque los avances científicos -aclaró- están dirigiéndose a la genética; genomas y biomas están orientándose a la medicina de precisión, en el futuro con un análisis genético, en lugar de prescribir un tratamiento estándar o un antibiótico genérico, van a diseñar un antibiótico específico, personal».
Maiorana es profesor de la Universidad Nacional de Rosario, en grado, en la carrera de Letras, Filosofía y de Historia; en el posgrado, da clases de Didáctica de la Lengua y Literatura; en general, en lo que tenga que ver con los estudios sobre el Lenguaje, englobados en la disciplina Lingüística, así como en Crítica Literaria; además de Neurolingüística y Filosofía de la mente, o sea áreas interdisciplinares.
En declaraciones formuladas al programa «Ahora o nunca: el espacio de la educación», Maiorana expresó que «a través de los celulares, computadoras y tablets, somos sujetos dateados y dateables, consumimos datos y los generamos también y ese fenómeno no es ajeno al aula, nuestros chicos van con el celular, hay un problema que, en muchas aulas, esos teléfonos no se utilizan como dispositivos pedagógicos, se trata de algo que sería como antinatural».
«La educación tiene que estar tutelada por el Estado, el problema al que estamos asistiendo es que la creación del conocimiento y la necesidad de formación es cada vez más rápida y la respuesta que estamos dando, como Estado, es cada vez más pobre», agregó.
Ante una consulta, manifestó que «la pandemia obligó a los padres a ver qué es lo que la escuela le está dando de contenido a los chicos; muchos padres deben haber descubierto que esos contenidos están faltando. Las horas que pasan los chicos en la escuela -enfatizó- ¿son productivas o están perdiendo el tiempo»?
Modificaciones vertiginosas por la tecnología
En respuesta a otra pregunta, puntualizó no hubo cambios para los que fueron a la escuela en los años sesenta o setenta, «a partir de los ’80 las modificaciones científicas, tecnológicas, son vertiginosas, se genera un problema: los profesores ¿cómo encuentran en el Estado las oportunidades de capacitarse?»
«Cuando Scaliter lanzó su pronóstico 9 de cada 10 carreras que se plantean no existían todavía -prosiguió-, pero ahora las personas que intentan insertarse en el mercado laboral van a tener que hacerlo en algunos de estos campos: la salud, la genética, los datos, todo lo que tiene que ver con la astronomía».
«Las impresoras 3D que permiten construir casas, puentes, etc.; la revolución mayor que ya existe es el caso de realidad virtual que va a cambiar las relaciones entre las personas y, además, esas personas van a cambiar las maneras de pensar», según Maiorana.
«El próximo futuro nuestro, en 15 ó 20 años -finalizó- va a ser todo muy distinto a lo que estamos acostumbrados en este momento».