Un informe de inteligencia al que accedió la Justicia Federal de Buenos Aires determinó que narcos santafesinos eran el apoyo con el que contaban los célebres prófugos Christian y Martín Lanatta y Víctor Schillaci. Lo cierto es que el informe tenía al menos un dato cierto: los prófugos estaban en Santa Fe. Pero la búsqueda corrió la misma suerte que viene corriendo desde la fuga del penal bonaerense el 27 de diciembre pasado; los prófugos se esfumaron después de mostrar un importante poder de fuego y la capacidad de disparar contra uniformados sin chistar. Esta vez las víctimas fueron dos gendarmes de 31 y 44 años, que resultaron heridos a balazos ayer tras dos enfrentamientos que ocurrieron en medio de los operativos de búsqueda, en el departamento santafesino Las Colonias. Las autoridades nacionales y provinciales dispusieron un operativo cerrojo en que desplegaron más de 600 uniformados de Gendarmería, Policía Federal, Policía de Seguridad Aeroportuaria y agentes de la Policía de Santa Fe, con el apoyo de helicópteros y francotiradores, el cual abarca los departamentos Las Colonias, San Javier y la localidad de Sauce Viejo. Uno de los gendarmes baleado estaba en grave estado.
De acuerdo con la investigación, los operativos en la zona rural de San Carlos Sur, a unos 180 km de Rosario, comenzaron ayer a la madrugada luego de que el juez federal porteño, Sergio Torres, recibiera un informe de inteligencia que ubicaba a los hermanos Christian, de 44 años, y Martín Lanatta, de 42, y a Víctor Schillaci, de 35, en esa zona del departamento Las Colonias, de Santa Fe. El fiscal federal Jorge Di Lello agregó que llegaron a esa pista porque la pesquisa del magistrado investiga la existencia de un “soporte de una organización narcocriminales de Santa Fe para poder mantenerse en libertad”.
Fue en ese marco que alrededor de las 6 cuando los gendarmes finalizaban allanamientos en tres viviendas de la zona rural de la localidad de San Carlos Sur con resultado negativo, les llamó la atención un rancho con un pequeño galpón atrás. Los uniformados se acercaron a bordo de una camioneta Citroën Berlingo blanca y, de repente, de entre los pastizales, salieron tres hombres que los atacaron a balazos.
Producto de la balacera, dos plomos impactaron en el pecho y en una pierna del cabo Walter Aguirre, de 21 años, quien hasta ayer a la tarde permanecía internado en el hospital Suchón, de San Carlos Centro. En ese sentido, el director del centro de salud, Benjamín Zorrilla, señaló que en el último parte médico el diagnóstico de Aguirre era grave.
A su vez, el intendente del municipio de San Carlos Centro, Jorge Placenzotti, detalló que el gendarme herido “habría reconocido a los tres ocupantes del vehículo» que lo balearon «como los prófugos» del penal de General Alvear, 13 días atrás.
Tras el ataque, los prófugos tomaron un chaleco antibalas, el arma reglamentaria de uno de los uniformados y escaparon a bordo del utilitario en el que habían llegado los gendarmes por caminos de tierra paralelos a la ruta 6, que une San Carlos sur con Gessler.
El enfrentamiento generó un desdoblamiento del despliegue policial. Por un lado, un grupo de investigadores comenzó a revisar el rancho y se encontraron con una camioneta Renault Kangoo con papeles a nombre de la ex suegra de Christian Lanatta, quien la había adquirido el 18 de diciembre, y en el interior había dos teléfonos celulares con sus respectivos chips. La mujer había denunciado el sábado pasado que su ex yerno se había presentado en su casa el día anterior y se la había robado bajo amenazas de muerte.
En tanto, dentro del galpón había una pequeña garrafa, ollas, cubiertos, arroz, leche, frazadas, una pala, pistoleras y porta cargadores de pistolas, por lo que se cree que los prófugos estuvieron algunos días escondidos allí. “Los celulares serán peritados para sumar datos a la investigación acerca de los lugares en donde estuvieron los prófugos y con quiénes se comunicaron”, describieron los pesquisas.
Por otro lado, alrededor de las 9 en los operativos cerrojos dispuestos para seguir los rastros de los prófugos, se produjo un nuevo enfrentamiento en la localidad de San Agustín, ubicada a poco más de 30 kilómetros del primer tiroteo y distante a 4 kilómetros de la ruta nacional 19 que une las provincias de Santa Fe con Córdoba. Allí, el trío mantuvo un segundo tiroteo desde la Berlingo con gendarmes a bordo de una Volkswagen Amarok en el que resultó herido el comandante Mario Valdez, de 44 años, oriundo de Rosario, quien recibió un tiro en el brazo izquierdo a la altura del corazón.
El efectivo fue trasladado al hospital de José María Cullen de la capital provincial, donde permanecía internado estable.
Los Lanatta y Schillaci lograron escapar en el utilitario, que también fue encontrado abandonado.
Al cierre de esta edición, continuaban los operativos en las zonas del departamento Las Colonias y Sauce Viejo para atrapar a los agresores y con la presunción de que pudieron haberse dividido: por un lado los hermanos y por otro Schillaci. Los rastrillajes se realizan por tierra y por aire, con apoyo de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), ya que en la zona no hay cursos de agua.
La Justicia federal de Santa Fe
A raíz de los dos ataques tomaron intervención judicial el juez federal de Santa Fe Reinaldo Rodríguez y el fiscal de ese fuero Walter Rodríguez, quienes estaban en contacto con el juez Torres.
En ese sentido, el fiscal Walter Rodríguez explicó a El Ciudadano que se dio apertura del expediente y que están en contacto con el juzgado federal de la Capital Federal a cargo de Sergio Torres, quien ordenó que los operativos se extendieran a la zona de San Javier para dar con los prófugos. “Los operativos se desplegaron por las zonas donde ocurrieron los enfrentamientos como también a lo largo de la ruta nacional 19”, describió el fiscal para agregar que el material incautado y los vehículos secuestrados estaban siendo peritados en busca de alguna pista para dar con los evadidos”.
A su vez, Rodríguez no descartó que una de las posibilidades es que los prófugos elijan la autovía nacional con dirección a la provincia de Córdoba como una vía de escape ante el importante despliegue que existe en Santa Fe.
