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Sospechas sobre manejos de la banca del Vaticano

Investigan al Instituto para las Obras Religiosas por omisión de datos en transferencias de dinero.

La apertura en Italia de una investigación judicial por blanqueo de dinero contra los directivos del Instituto para las Obras Religiosas (IOR) de la Iglesia católica suscitó ayer la inmediata reacción del Vaticano que manifestó su “sorpresa y perplejidad” por las acusaciones.

La fiscalía italiana dispuso también la incautación de 23 millones de euros (30 millones de dólares), depositados en una cuenta del banco Crédito Artigiano, por omisión por parte del llamado banco del Vaticano de las normas contra el reciclaje de dinero.

La justicia italiana sospecha que el banco del Vaticano administra a través de cuentas anónimas, identificadas sólo con la sigla IOR, importantes sumas de dinero de oscura procedencia.

La secretaría de Estado del Vaticano expresó oficialmente su “sorpresa” y “perplejidad” por la investigación judicial y manifestó su “máxima confianza” a los directivos del banco involucrados, el presidente Ettore Gotti Tedeschi y el director general Paolo Cipriani.

“Me siento profundamente humillado y mortificado”, aseguró Gotti Tedeschi al noticiero televisivo de la RAI tras recalcar que “ha cumplido todas las indicaciones del Banco Central italiano”.

El Vaticano reiteró su voluntad de trabajar con “total transparencia” sobre las operaciones financieras del IOR, a fin de cumplir con las regulaciones sobre el blanqueo de capitales.

La investigación judicial contra el banco del Vaticano, que se beneficia de la extraterritorialidad ya que se encuentra en la Ciudad del Vaticano, pudo ser abierta en base a las normas adoptadas en Italia en 2007 y que obligan a los bancos a suministrar la identidad de los autores y la naturaleza de la transacción.

El IOR no es acusado directamente de reciclaje sino de haber omitido de suministrar los datos requeridos.

El Vaticano precisó que se trata de “transferencias a través de entidades no italianas y que el destinatario es el mismo IOR”.

Según informaciones de prensa, el IOR se disponía a transferir 20 millones de euros al banco alemán JP Morgan Frankfurt y a otros tres institutos financieros.

Tales transferencias despertaron sospechas de la fiscalía de Roma debido a que la entidad vaticana no indicó la identidad del destinatario de la operación, violando la normativa para evitar el lavado de dinero.

La omisión de tales datos es penada hasta con tres años de cárcel y una multa de 50.000 euros.

Las presuntas irregularidades en la operación ordenada por el IOR fueron detectadas recientemente por la unidad de información financiera del Banco de Italia, que las bloqueó.

El llamado banco del Vaticano administ­ra las cuentas de varias órdenes religiosas así como de asociaciones católicas en el mundo.

El Instituto estuvo implicado en un escándalo político-financiero en los años 80 por la quiebra en 1982 del Banco Ambrosiano (del cual el Vaticano era un accionista importante) por el peso de una deuda de unos 3.500 millones de dólares y un agujero fiscal de 1.400 millones de dólares.

Hace menos de un año, el IOR designó como presidente a Gotti Tedeschi, representante entonces en Italia del grupo español Santander y miembro del Opus Dei, para reemplazar a Angelo Caloia.

El banquero Caloia había sido encargado por Juan Pablo II en 1989 de la primera limpieza en el manejo de las cuentas papales tras el escándalo del Banco Ambrosiano, lo que permitió descubrir las acciones del tristemente célebre obispo estadounidense Paul Marcinkus, llamado “el banquero de Dios”, fallecido en febrero de 2006.

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