Luis Alberto Spinetta festejó sus 40 años con la música con un impresionante show en el estadio de Vélez, donde anoche reunió a más de 37.000 personas que disfrutaron del reencuentro del artista con Almendra, Pescado Rabioso, Invisible Spinetta Jade y Los Socios del Desierto.
En casi cinco horas de recital -comenzó a las 22, una hora más tarde de lo previsto, y terminó cerca de las 3 de la mañana- ’El Flaco’ no se privó de nada y brindó un recital dividido claramente en dos partes, cada una integrada por 25 canciones que le sirvieron como excusa para reunirse con una interminable cantidad de músicos con los que rindió un homenaje al rock argentino.
De muy buen humor, feliz y cómodo en el rol de un cálido anfitrión, a Spinetta le sobraron elogios a la hora de presentar a los colegas que formaron parte de una trayectoria que anoche repasó partiendo del presente con «Mi elemento», una decisión que le puso cierta distancia a la nostalgia y que ratificó su filosofía estética de apostar siempre a que «mañana es mejor».
Acompañado por su banda actual, en la primera parte del recital revivió temas de su etapa con Jade y de su carrera solista.
Además se dio el gusto de reversionar gemas como «Mariposas de madera», de Miguel Abuelo, «Adónde está la libertad», de Pappo (cantado por Juanse), «El rey lloró», de Litto Nebbia y «Necesito un amor», de Javier Martínez, que compartió con sus hijos Dante y Valentino.
Siempre apuntalado por la solidez de Guillermo Vadalá, un confeso fanático de la obra de ’El Flaco’ que anoche brilló en la guitarra y en el bajo, Spinetta invitó al escenario a los tecladistas que dejaron su huella en Jade como Juan de Barrio, Diego Rappoport y Leo Sujatovich.
Así pasaron hermosas piezas como «Ella también», «Umbral» y «Vida siempre», entre muchas otras, que lograron un clima íntimo inédito en una cancha de fútbol, algo que sólo un artista de la talla de Spinetta puede alcanzar.
Más tarde subió al escenario Fito Páez, a quien Spinetta dio el primer fuerte abrazo de la noche y describió como «una de las más grandes perlas que dio Rosario».
Con Fito en el piano revivieron «Las cosas tienen movimiento» y «Asilo en tu corazón».
Luego fue Gustavo Cerati quien irrumpió para entonar «Té para tres» y «Bajan», dupla a la que le siguió una memorable versión de «Filosofía barata y zapatos de goma».
Esa fue la antesala de la aparición de Charly García, a quien el público ovacionó de pie antes de que interpretaran «Rezo por vos», en uno de los pasajes más fuertes de la noche.
Tras un intervalo de 10 minutos, Spinetta, quien a esa altura ya hacía chistes y hablaba con el público como si estuviese en un teatro logrando una complicidad única, comenzó la esperada segunda parte con los temas que la gente quería escuchar.
Este tramo del show comenzó con un homenaje a Daniel Wirtz (fallecido en febrero pasado), «el baterista con quien más años toqué», recalcó ’El Flaco’ antes de hacer una síntesis de su etapa en Los Socios del Desierto junto al original Marcelo Torres bajo y a Javier Malossetti en batería.
Ya con los ovacionados Machi Rufino y Pomo en el escenario, llegó el turno de Invisible, el power trío se impuso con un arsenal sonoro y explotó con temas como «Jugo de Lúcima» y «Perdonada (Niño condenado)», en un set que finalizó con «Amor de primavera», de Tanguito, al que se sumó Lito Epumer en guitarra.
Pero el plato fuerte llegó con Pescado Rabioso, que después de más de tres décadas reunió al guitarrista y cantante David Lebón y al tecladista Carlos Cutaia, quienes desataron la emoción con «Poseído del alba» y «Hola dulce viento», «Me gusta ese tajo» y «Post crucifixión», siempre con Vadalá en el bajo.
En ese camino retrospectivo, le tocó el turno a Almedra, que marcó el reencuentro de Edelmiro Molinari, Rodolfo García y Emilio Del Güercio, para desempolvar grandes canciones como «Fermín», «Hermano perro» y «Muchacha ojos de papel», dedicado a su madre Julia.
«Somos una Biblia, por lo viejos», se rió Spinetta, al despedirse de aquellos músicos con los que compartió su música y su intimidad hace nada más y nada menos que 40 años.
Para el final de esta gran fiesta, ’El Flaco’ volvió otra vez al presente y con Ricardo Mollo como invitado tocó «8 de octubre» (dedicado a las víctimas en la tragedia de Santa Fe) y cerró con una trilogía imbatible: «Seguir viviendo sin tu amor», «Yo quiero ver un tren» y «No te alejes tanto de mí».
Télam