Suecia, el país de la Unión Europea (UE) que más solicitantes recibe per cápita, impuso ayer controles fronterizos de forma provisional durante 10 días en el sur y oeste del país para organizar el sistema de recepción de refugiados “desbordado”. La medida, anunciada antenoche de forma inesperada, obedece a la recomendación de la Dirección General de Migraciones, que en los últimos dos meses y medio ha registrado 80.000 peticiones de asilo, tantas como en todo el año pasado.
Suecia rompió temporalmente con el acuerdo de Schengen que permite la libre circulación de personas por una zona libre de pasaporte que abarca a 26 países europeos. Lo hizo al echar mano a una cláusula que permite restituir controles temporales cuando existe amenaza para la seguridad interna. “Cuando las autoridades nos dicen que están intranquilas por la seguridad y el orden en el país, entonces introducimos esas medidas”, dijo el primer ministro sueco, Stefan Lofven.
Casi 800.000 migrantes llegaron a Europa por el mar Mediterráneo en lo que va de 2015, la mayoría de ellos escapando de guerras en África, Medio Oriente o el centro de Asia. El grueso emigra desde Turquía hacia Grecia y luego sigue a pie hacia el Norte en busca de asentarse sobre todo en Alemania o Suecia.
En el primer día de controles, policías suecos realizaron desde el mediodía de ayer controles selectivos en los trenes que llegan a Malmoe desde Copenhague por el puente del estrecho del Sund.
Las autoridades del estado alemán de Schleswig-Holstein, del que parten la mayoría de los ferries con destino a Suecia, comenzaron a preparar ya alojamientos de emergencia.
Temporalmente la región no aceptará más refugiados procedentes de Baviera, estado alemán que recibe cada día a decenas de miles de solicitantes de asilo desde Austria que son redistribuidos después por toda Alemania.
UE y fondos para África
En tanto, la UE aprobó ayer un fondo de ayuda a África de 1.800 millones de euros para luchar contra las «causas profundas» de las migraciones, en una cumbre en Malta donde algunos países africanos expresaron irritación ante los europeos.
Eslovenia sigue alambrando
Soldados eslovenos continuaron ayer sus trabajos en la frontera con Croacia para alambrar con púas de acero la frontera y contener el flujo constante de refugiados que viajan hacia Austria y Alemania. Las vallas de alambre tendrán una altura de 1,8 metros.
Se inició cerca de la localidad fronteriza de Obrezje, al oeste de Zagreb, y en torno al paso fronterizo de Gibina, al norte. La “barrera técnica”, indicaron las autoridades, se utilizará para dirigir el flujo de inmigrantes y no para cerrar los 670 kilómetros de frontera como hizo Hungría.