La soledad, el ostracismo, las ausencias, los abandonos, los sueños incumplidos, los amores no correspondidos, los secretos y la frustración frente al paso del tiempo, son el caldo de cultivo de una comedia dramática, fiel heredera de una especie de sueño almodovariano instalado en el oeste santafesino. Con Las Arcanas. Las noches no son eternas, última producción del grupo Punto T/La Máscara de Rafaela, escrita y dirigida por María Eugenia Meyer, el legendario y prolífico grupo creado por Marcelo Allasino a finales de los años 80, reivindica una poética denostada, difícil de transitar, compleja en su construcción, que aquí se vale de las sutilezas dramatúrgicas de Meyer pero, sobre todo, del talento de las actrices Mayra Armando, Marilú De la Riva, María Cecilia Tonon y la experimentada Silvit Yori, actriz de vasta trayectoria a nivel nacional.
En el marco de un recorrido por distintos escenarios provinciales, en su tercer año de funciones, y dentro del ciclo “La Santa Fe en El Rayo”, Las Arcanas desembarcará esta noche, a las 22, en una única función (al menos por el momento), en la sala de Salta 2991 donde el ciclo tendrá su continuidad durante todo el mes.
En la obra se ponen en tensión las revelaciones de cuatro amigas rescatándose del vacío y la soledad de un sábado a la noche. “La contención del otro como liberación de la angustia. La amistad como ritual, como repetición de gestos y actos cotidianos que nos trascienden y liberan del peso de la realidad. Una noche de ciclos eternos en espera de ese amanecer que no llega, pero que se vislumbra. La vigilia de ojos abiertos, los días por venir, la promesa del futuro, el amor”, escribe Meyer.
“Las Arcanas son cuatro amigas que intentan sobrevivir un sábado a la noche, en una ciudad pequeña, una ciudad del interior; son cuatro amigas de años que, de alguna manera, buscan rescatarse de ese momento que puede volverse fatal, terrible, lleno de soledad, de angustia, de frustraciones; es una larga noche y de algún modo, desde la metáfora, intentamos que esa noche no sea eterna”, relató Meyer, actriz, docente, dramaturga y directora.
Lejos del imaginario idílico que suponen ciertas comunidades pequeñas, los hechos que atraviesan los personajes de la obra dejan entrever que, en parte, lo que se relata acontece en la propia Rafaela. “Es una ciudad muy pequeña, y como la mayoría de estas comunidades, está llena de prejuicios y de muchos temores; no es una ciudad fácil, independientemente de que el público de Rafaela, que está acostumbrado a ver teatro, entiende lo que le pasa a estos personajes que de un modo u otro le son cercanos, familiares”, relató Meyer, quien agregó que con la obra llevan más de 50 funciones en distintos escenarios de la provincia, al tiempo que a fines del año pasado la puesta fue seleccionada por el programa Escena Santafesina del Ministerio de Innovación y Cultura, para continuar con su recorrido provincial.
En términos poéticos, la obra transita un realismo de ribetes naturalistas, pero sin perder un singular vuelo poético, que lejos de volverse pretencioso se cimienta en la construcción de diálogos y situaciones simples a las que suman una serie de monólogos a público que muestran el lado oculto y el pensamiento más íntimo de cada uno de los personajes. “Con esta obra intentamos poner frente a los espectadores una mirada poética de lo cotidiano; más allá de la obra, la poesía es un mundo elegido porque en lo personal me salva de una realidad que puede ser terrible, atroz. El tamiz de la metáfora es una forma de sobrevivir. Y en el recorrido no quería un proceso largo de trabajo, pretendía cierta efectividad. Para eso busqué la eficiencia en este equipo de actrices que además son amigas, y si bien el texto base estaba escrito de antemano, ellas lo enriquecieron muchísimo con su trabajo y su propuesta, en particular desde las improvisaciones”, expresó la directora acerca del montaje que, con singular eficacia, trabaja lo dicho pero también lo que ocultan estas cuatro mujeres durante la noche del 24 de junio, “noche de San Juan, noche de quema y renovación, celebración que marca el paso del solsticio de invierno al de verano, noche de votos y limpieza espiritual, de deseos y renacimiento. Noche que convoca bendiciones y dictamina sentencias. Cuatro mujeres leen las señales del universo, esperan, aman, sufren, lloran y se ríen”, según completa el parte de prensa.
Respecto de “pintar la aldea”, la actriz y directora expresó finalmente: “Es algo que se vuelve inevitable; el mundo que uno transita, la historia vivida, siempre aparece, se filtra, más allá de que después uno le aporte ficción. En mi caso, en cada una de las cosas que escribo y también en las que actúo, inevitablemente, aparezco yo. Creo que por eso Las Arcanas es una obra con la que el público se identifica rápidamente, porque tiene mucho de un mundo personal, el de cada una de nosotras, que se vuelve colectivo”.
Programación de Febrero
La segunda etapa de la programación del ciclo “La Santa Fe en El Rayo”, que comenzó en enero pasado, tiene su continuidad desde hoy, con la presentación de esta noche de Las Arcanas, y hasta fin de mes, todos los viernes y sábados a las 22.
Sábado 4. Arévalos, una producción del Grupo Res de Santa Fe, con dirección de Juan Berrón. Un grupo de gente honesta, una familia en su sentido más amplio. Un pueblo que ha quedado viviendo en una estación de tren abandonada, olvidados. A este lugar llegan de visita un padre y su hija. Una extraña mujer, cuyo arribo generará que el pueblo muestre su estilo de vida casi animal, sus debilidades, sus miserias, sus cuestionamientos y su ancestral endogamia.
Viernes 10. La Prudencia, de Claudio Gotbeter, por la compañía El Quiebre Teatro, de Rosario, bajo la dirección de Eduardo Ceballos, con las actuaciones de Hugo Bruschini, Carlos Pellegrino y David Fiori. En la obra, tres amigas adultas mayores se encuentran cada fin de año a festejar la llegada del año nuevo. En el transcurso, comentan competitivamente sobre dos temas muy particulares en personas adultas mayores: las enfermedades y la inseguridad.
Sábado 11. Ida Alessandria, del Grupo Recua, de Santa Fe, que propone la reposición escénica de la figura metafórica que deriva de su propio significante: Ida es el nombre de una mujer; es la condición de ser o estar extraviada. Pero también es el viaje, un sustantivo pleno asociado a la acción voluntaria de irse. Creación colectiva de Recua, con Patricia Álvarez, Claudia Correa, Marisa Hernández, Fabiana Sinchi y María Laura Varela.
Viernes 17. Máquina Schreber, del grupo La Estación, de Rosario, bajo la dirección de Celso Hugo Cardozo, con asistencia de Lorena Salvaggio, espectáculo inspirado en la vida de Daniel Paul Schreber, a quien se conoce por la descripción de sus propios delirios psicóticos. Actúan Julián Badalotti, Teresa Lioi, Pamela Di Lorenzo, Paula Bertazzo, Macarena Flores y Lucas Aquino.
Sábado 18. Ida/ Acherontia, de las rosarinas Ana Varela y Soledad Verdún, también intérpretes/bailarinas. Ida, un nombre, un estado. Acherontia, una mariposa con el poder de cortar el curso de la vida. Tres relatos, dos mujeres. Con asistencia de Gustavo Maffei y música de Alexis Perepelycia.
Viernes 24. Dionisos aut, reposición del Grupo Laboratorio de Teatro El Rayo Misterioso, con dramaturgia y dirección de Aldo El-Jatib. Actúan Sebastián Arriete, Ada Cottu, Exequiel Orteu, Yesica Pelicates y María de los Ángeles Oliver.
Sábado 25. Finlandia, de Ricardo Monti, por el grupo Finisterre, de Santa Fe, con dirección de Marina Vázquez, asistencia de Solange Vetcher y Cecilia Mazzetti, y las actuaciones de Cristian Buffa, Flavia del Rosso, Rubén Von Der Thusen y Hernán Rosa.