Pocos días después de haber sido interpelado por la Cámara de Diputados, el ministro de Gobierno de la provincia de Santa Fe, Roberto Sukerman, dialogó en profundidad con El Ciudadano sobre los temas más picantes de la coyuntura política y adelantó algunas definiciones de cara a la campaña electoral que se avecina.
Sukerman negó tensiones entre la administración de Omar Perotti y la Nación. Dijo que la foto que se tomaron el presidente Alberto Fernández y el gobernador en la Quinta de Olivos demuestra que el vínculo entre ambos está intacto. Y anticipó que, al momento de definir las listas de diputados y senadores nacionales, los distintos sectores internos del PJ santafesino buscarán acordar con la Nación la mejor estrategia. En ese plano, Sukerman no descartó la posibilidad de que haya internas, aunque evitó definiciones sobre los nombres propios.
—¿Qué balance puede hacer de la reunión de Perotti con el presidente?
—El gobernador y el presidente tuvieron distintas reuniones en distintos momentos. Los vínculos son permanentes. Esa foto y esa charla son una muy buena forma de demostrar que nosotros, desde Santa Fe, lo que buscamos no es tensionar ni generar algún tipo de contradicción con el gobierno nacional, sino complementar e integrar. Desde la provincia tenemos que trasladar al gobierno central las problemáticas y los intereses de cada uno de los sectores productivos y sociales de Santa Fe. Hay temas que son discutibles, como la hidrovía o la exportación de carne, y en esos temas Santa Fe tiene un papel central. Nosotros expresamos nuestras necesidades y nuestros intereses y la Nación lo que tiene que hacer es armonizar eso. Lo cortes no quita lo valiente: nosotros tenemos que manifestarnos en la forma en que lo hacemos sobre cómo cada decisión puede afectar los intereses de la provincia. Eso no es confrontar.
—¿Es cierto que hubo chispazos entre la provincia y la Nación cuando se definió el esquema de restricciones más estrictas por la pandemia?
—No. Cuando nosotros sosteníamos la presencialidad escolar, no era para confrontar con la Nación, sino porque nosotros teníamos una situación epidemiológica que estaba más acomodada que en Capital y Gran Buenos Aires. En su momento estábamos en una situación mejor, pero apenas empezamos a tener una situación más compleja, tuvimos que retroceder y suspender la presencialidad, con todo el dolor del alma. Nosotros somos peronistas y la derecha no nos va a correr con la bandera de la educación; tenemos en claro que sin conectividad los chicos de los sectores vulnerables iban a tener presencialidad o nada, se quedan fuera del sistema educativo. Incluso hicimos un proceso de vacunación dirigido a todos los docentes para garantizar las clases.
—¿Cómo avanza la propuesta electoral del peronismo santafesino?
—Estamos en gestión, por lo tanto a nivel nacional y provincial lo que tenemos para mostrar es cómo nos hicimos cargo de una situación inédita, una pandemia mundial, y cómo desde el Estado tratamos de sobrellevarla de la mejor manera. Y con una presencial fundamental del Estado. Los cuatro hitos de esta pandemia fueron el aumento de la infraestructura de salud, los testeos, la campaña de vacunación y las ayudas y subsidios para sostener la actividad económica y el empleo. Todo esto fue Estado, Estado y Estado. Entonces, ¿qué hubiese pasado si no tomábamos las decisiones que tomamos? Tendríamos una situación social muchísimo peor de la que tenemos, con más desempleo, más pobreza y más muertes. Lo que tenemos para mostrarle a la población es cómo sobrellevamos la pandemia de la mejor manera posible.
—Eso en cuanto a la plataforma electoral. ¿Y respecto a la estrategia?
—Nosotros entendimos que cuando nos unimos y trabajamos juntos tuvimos buenos resultados electorales. Esa es una fórmula exitosa que no solo se tiene que plasmar en una elección, sino también en la gestión. Hay que darle continuidad a ese esquema. Ahora, eso no tiene una fórmula única. No es necesariamente lista única con todos adentro. La fórmula de la unidad es trabajar todos juntos más allá de si hay lista única o internas. A nivel provincial en 2019 tuvimos internas y eso dio buenos resultados. Y a nivel nacional se trabajó de otra manera y también dio resultados. Si hay internas, lo importante es que después trabajemos todos juntos.
—Las principales candidaturas, ¿se definen en Santa Fe o en Buenos Aires?
—Tiene que haber un diálogo integrado. Yo formo parte de un sector político (Corriente Nacional de la Militancia) que siempre defendió al gobierno de Néstor, de Cristina y de Alberto. Y las decisiones sobre las candidaturas en Santa Fe las tomábamos de acuerdo a las características de la provincia. El presidente y la vicepresidenta van a opinar y van a analizar la estrategia. Eso no es una imposición. Estamos hablando de candidatos que van a defender al gobierno nacional y está claro que es lógico que tanto presidente como la vicepresidenta tengan su opinión. Ahora, una cosa no excluye a la otra. Hay que prestar atención a lo que necesita el gobierno nacional, pero en la provincia de Santa Fe hay dirigentes de peso como el gobernador (Perotti), el ministro de Defensa (Agustín Rossi) o la ex candidata a gobernadora (María Eugenia Bielsa), y otros sectores políticos, que tienen poder de decisión sobre la conformación de las listas en Santa Fe.
Ecos de la interpelación
El lunes 14, Sukerman fue interpelado durante cuatro horas por la Cámara de Diputados respecto al plan de vacunación y las irregularidades que se detectaron en algunas localidades de la provincia y que le costaron el cargo de vicepresidente de la EPE a Alberto Joaquín. Según el ministro de Gobierno, se trató de un “caso aislado” en el marco de una campaña desplegada en más de 400 vacunatorios distribuidos por toda la provincia.
—¿Qué saca en limpio de la interpelación en la Legislatura?
—En primer lugar, lo que queda demostrado es la intencionalidad política del Frente Progresista de querer exagerar y hacer un show político con algo que realmente es muy serio. Nosotros venimos encarando de manera muy responsable esta campaña de vacunación que es histórica. Si hay alguien que ha tenido diálogo político con todos los sectores y todos los partidos, soy yo. Asumí a mitad de enero y en febrero arranqué con la ronda de diálogo con los partidos políticos y los bloques parlamentarios. He ido a la Legislatura muchas veces, por distintos temas, entonces me llama la atención una interpelación con más de 30 preguntas que me enviaron un viernes por la tarde cuando la convocatoria era para el lunes a la mañana. Y, además, por un tema que no está vinculado a mis competencias. Queda claro que fue una provocación. Pero fui igual porque no tenemos nada que ocultar y tenemos la conciencia tranquila sobre lo que estamos haciendo.
—¿A qué atribuye la intención de montar un show en torno a la campaña de vacunación?
—Me parece que es una forma de posicionarse. No hay ninguna justificación. Está bien que el Poder Legislativo ejerza su rol de control, estamos dispuestos a sumar propuestas; de hecho, en la Legislatura se aprobó un proyecto para que el Poder Ejecutivo pueda comprar vacunas, entonces no es que no interpretemos los roles que tiene que cumplir cada sector político. Pero llama la atención que por alguna situación aislada se hable de vacunatorios VIP, o de vergüenza nacional, que son términos que utilizó la oposición. Esto no es bueno. Estamos en un momento difícil, donde se pueden cometer errores o alguien puede hacer algo que no corresponde. Con más de un millón de vacunas, son cosas que pueden suceder. Tenemos más de 400 vacunatorios en la provincia. De todos modos, tenemos claro que cualquiera que se vacune antes de tiempo, está haciendo algo que no corresponde, sea por la razón que sea. Pero me parece que, en lugar de poner el hombro y de trabajar codo a codo, están viendo de qué manera suman algún votito más en la próxima elección. La diferencia es el trato y el vínculo que tenemos con los gobiernos locales y con las ciudades de Rosario y Santa Fe, que no son de nuestro signo político y sin embargo tenemos un trabajo diario de gestión y las cosas se valoran desde otro lugar.
—¿Cómo observa la relación del gobierno con los distintos espacios de la oposición?
—Nos gustaría tener un vínculo de mayor productividad en beneficio de los santafesinos y las santafesinas. Hay distintos proyectos que están parados en la Legislatura. Uno es el de conectividad que lo hemos reclamado innumerable cantidad de veces. Esa no es una ley del gobierno, ni es una ley para Perotti, es para toda la sociedad. Y lo mismo con las leyes de seguridad que vienen sin ningún tipo de tratamiento. Si a la oposición realmente le preocupa la inseguridad, sería bueno que traten esos proyectos. Nosotros no tenemos mayoría en ninguna de las dos cámaras y por eso apostamos tanto al diálogo. Cada uno tiene que cumplir su rol, pero de cara a la sociedad tenemos que generar consensos. La sociedad ya sabe lo que piensa cada sector, pero dentro de esa responsabilidad lo que la sociedad aspira es a que nos pongamos de acuerdo, no que nos peleemos.
—Sobre el financiamiento de la ley de conectividad, la oposición planteó sus dudas y les envió pedidos de informes…
—Hace poco hubo una reunión de varias horas en la que el secretario de Tecnologías para la gestión informó largamente y dejó informes por escrito. Sobre el financiamiento, lo que decimos es que se trata de un crédito envidiable, con una tasa ínfima, que cualquiera quisiera tener. Es un crédito sumamente beneficioso y es increíble que estemos demorando tanto en poder obtenerlo.
—¿Ustedes observan que no son tantas las dudas razonables, sino una postura de obstruir los proyectos del gobierno?
—Sí, exactamente. Y más allá de que cambió el escenario político con el lamentable fallecimiento de Miguel Lifschitz, en esta situación provincial, que no permite la reelección, los períodos terminan siendo muy cortos. Y algunos buscan que esto se dilate para que quede plasmado más tarde en el tiempo y pueda especularse con que el rédito político lo obtenga otro gobierno y no éste. Pero además la pandemia nos puso en la cara es que los tiempos se aceleraron notablemente: lo que podía pasar en cinco años, pasó en cinco meses. Y necesitamos tener un Estado ágil, moderno, eficiente y conectado.