“El caso de los palestinos aparece en otro lugar con características muy similares. Me refiero al pueblo del Sahara occidental que está ocupado por la Monarquía marroquí”, afirma Néstor Suleiman, secretario general de Confederación de Entidades Argentino Árabes (Fearab).
En su segundo viaje a la región, Suleiman vivió en carne propia la persecución de marroquíes a saharauis y a la gente que intenta solidarizarse con ellos.
Tras la independencia de España en la década del 70, el Sahara occidental fue ocupado en parte por Marruecos. Una parte logró independizarse nuevamente pero la ciudad más importante, El Aaiún, fue ocupado por la monarquía marroquí. Allí llegó Suleiman en su segunda experiencia en el lugar donde él lleva su solidaridad.
“Este gobierno (Marruecos) utiliza población de origen marroquí para colonizar la zona que ha estado habitada por población autóctona que son los saharauis. Con metodologías terroristas muy similares a las que utiliza Israel en tierra Palestina ocupada. A tal punto que uno de los asesores de la Monarquía marroquí es judío marroquí y fue preparado militarmente por el Estado de Israel”, explicó Suleiman al comparar con la situación en Medio oriente.
“En mi primer viaje fue al campamento de refugiados en Tinduf (Argelia), ahora fui al territorio ocupado por Marruecos. Estuve en el Sahara occidental, en la capital en El Aaiún. Allí tuve un importante control policial, con un seguimiento y un acoso que en mi vida lo sentí”, contó Suleiman a quien le sorprendió la actitud de las fuerzas de seguridad marroquíes y afirmó: “Estuve cinco días con permanente custodia, seguimientos, interrogatorios, amenazas de deportarme por haber tenido contacto con organizaciones no gubernamentales saharauis, que están abocadas a la defensa del patrimonio cultural e identitario de ese pueblo. Con la amargura de estar casi prisionero de la policía marroquí”. Para el titular de Fearab, “el problema es vivir bajo la ocupación. Para los pobres saharauis esto es significa prácticamente parte de la pérdida de la dignidad humana. Tienen los peores trabajos, no tienen ningún sistema asistencial”.