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Suma de calamidades viene azotando el sudeste asiático

Indonesia, Tailandia y Myanmar (la antigua Birmania) sufren las consecuencias de distintos fenómenos.

Al menos 113 personas murieron y más de 500 permanecen desparecidas a raíz del tsunami que sacudió la costa meridional de Sumatra, en Indonesia, por un terremoto de 7,7 grados en la escala de Richter, pero casi todo el sudeste asiático es víctima de fenómenos meteorológicos y telúricos que azotan esa región del planeta: en la misma Indonesia está entrando en erupción un volcán, las lluvias provocan víctimas fatales en Tailandia y un huracán dejó un tendal de muertos en Myanmar.

El tsunami en Tailandia “arrasó al menos diez poblados” en la cadena de las islas Mentawai, paraíso de los surfistas. El poblado que más afectado es Betu Monga, donde 160 de sus 200 habitantes –en su mayor parte, mujeres y niños– desaparecieron y el 80 por ciento de las viviendas resultaron gravemente dañadas.

“De las 200 personas que vivían en Betu Monga sólo 40 pudieron ser salvadas”, dijeron los socorristas.

Las fuentes precisaron que el sismo se registró a 78 kilómetros al oeste de South Pagai, en la isla Mantawai.

Un barco turístico despareció con entre ocho y diez surfistas australianos y entre otras embarcaciones embestidas por las olas dos de ellos chocaron y provocaron un incendio.

En la isla South Pagai el agua avanzó hasta 600 metros sobre la costa y alcanzó los techos de las casas y destruyó un hotel para surfistas

El tsunami se produjo tras un sismo de 7,7 de magnitud en la escala de Richter registrado ayer a las 21.42, hora local, al oeste de Sumatra, a 14 kilómetros de profundidad. Lo más curioso es que pocas horas después de haber advertido sobre la posibilidad del tsunami las autoridades levantaron el alerta porque aparentemente ese riesgo había desaparecido.

Volcán en actividad

En tanto, genera preocupación la “inminente” erupción del volcán Merapi, ubicado en la isla de Java, según expertos vulcanólogos, quienes temen efectos devastadores si eso sucede.

Alrededor de 200 mil personas fueron evacuadas de la zona en las últimas 24 horas, cuando el volcán empezó a expulsar pequeñas cantidades de lava en dirección sur y oeste.

El Merapi, cuya figura de 3.000 metros de altura se alza en medio de la isla, está en su máximo nivel de actividad, confirmaron los expertos, quienes precisaron que el volcán “ruge” y ayer comenzó a expulsar cenizas desde los cráteres menores.

“La energía sigue en aumento y esperamos que se apague; de otro modo se producirá una erupción de una magnitud que no hemos visto en años”, dijo uno de los vulcanólogos a la prensa.

La última vez que el Merapi entró en erupción fue en 2006. En aquel entonces, emitió sobre todo nubes de gas. Dos personas murieron en esa ocasión.

En 1994, una erupción causó la muerte a 66 personas. La erupción más devastadora se produjo en 1930, cuando perdieron la vida 1370 personas.

Tailandia bajo agua

A todo esto, al menos 56 personas murieron a causa de las inundaciones registradas desde la semana pasada en el centro y noreste de Tailandia, informó oficialmente un vocero del gobierno de ese país.

De las 56 víctimas fatales, 49 murieron ahogadas y otras siete por accidentes relacionados como electrocución.

Las inundaciones, que afectan a 25 de las 77 provincias tailandesas, han dejado 2,5 millones de damnificados y daños materiales estimados en 333 millones de dólares. Unas 170.000 personas enfermaron por causas relacionadas con las inundaciones y las autoridades tailandesas temen que, de continuar las intensas lluvias pueda desbordarse el río Chao Phrya, que atraviesa la capital, Bangkok.

Tifón en Myanmar

En tanto, el tifón Giri dejó a su paso por Myanmar (la antigua Birmania) al menos 27 muertos y 15 personas desaparecidas, informó ayer el periódico estatal The New Light of Birma.

El meteoro, que azotó la costa del estado occidental de Rakhine el viernes y el sábado pasados, causó daños en más de dos mil casas, ocho monasterios, trece escuelas, ochenta barcos y dos puentes, según los datos oficiales.

De acuerdo con los observadores, el silencio que las autoridades birmanas guardaron durante varios días sobre los estragos causados por el tifón tiene que ver con las elecciones previstas para el próximo 7 de noviembre, las primeras que se celebrarán en este país del sureste asiático en veinte años.

En opinión de los analistas, la junta militar que gobierna Myanmar no quiere que se difundan noticias catastróficas que pudieran provocar críticas a la deficiente respuesta de las autoridades.

Cuando el ciclón Nargis azotó en mayo de 2008 el delta del río Irrawaddy, el régimen militar birmano también minimizó durante mucho tiempo el impacto de la tormenta, que coincidió con los preparativos de un referéndum constitucional.

Aquel ciclón causó unos 130.000 muertos y enormes daños materiales en el delta.

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