Juan Pablo Sarkissian
Que la pandemia desatada por el covid 19 atraviesa toda la actividad humana es un hecho irrefutable. Así, no sólo la cuestión sanitaria se ve afectada, sino también la cuestión económica, la tarea de las distintas instituciones y, claro está, el funcionamiento del Estado.
Sin embargo, hay Estados y Estados. Una versión fue la que la sociedad argentina padeció los últimos cuatro años, donde el eje estaba puesto en los grandes negocios ignorando las necesidades más básicas y elementales para una democracia.
En las antípodas, el Estado actual plantea recuperar y reconstruir un tejido social haciendo eje en la producción, la inclusión y la participación de los sujetos históricos como condición ineludible para desarrollar una democracia plena.
Cuando la Secretaria de Medios de la Nación, que conduce Francisco “Pancho” Meritello, junto al subsecretario de Contenidos, Jorge Meneses, lanzó el programa llamado “Subsidio Único de Emergencia a servicios de comunicación audiovisual de gestión privada sin fines de lucro de la República Argentina” (Sumar), a comienzos de agosto, con la participación de más de cien medios de comunicación comunitarios, cooperativos y micro pymes, se comenzaba a marcar un camino.
“El objetivo de esta iniciativa es otorgar un alivio económico a medios conformados por cooperativas, asociaciones civiles o fundaciones que fueron afectados por la pandemia”, señaló Meritello.
Función social y contenidos federales de los medios comunitarios, autogestivos y cooperativos
Por su parte, Meneses, remarcó que “en estos momentos de pandemia, esta es una iniciativa enmarcada en una serie de políticas públicas que vamos a ir desarrollando e impulsando para este universo de medios con una perspectiva federal”.
A casi un mes del lanzamiento del subsidio “Sumar”, Meneses, en dialogo con el Suplemento Mutual y Cooperativo, afirma que esa iniciativa es y era sólo el comienzo de una política de Estado.
“Nuestra tarea y preocupación esta puesta en dos grandes vertientes: en primer lugar, está dirigido a los medios de gestión social que son autogestivos, comunitarios, cooperativos; que tienen una tarea no solamente referida a la comunicación, sino también que cumplen un rol social; que cuando se constituyen, lo hacen no sólo por una función lucrativa, sino también por una función para la comunidad o al sector que representan”.
“El segundo aspecto son los contenidos federales. Esto es clave, porque tiene que ver con el desarrollo de contenidos federales. Se trata de empezar a dar cuenta de una realidad, desde la diversidad y el enriquecimiento que se dan dentro de nuestro país, ya que a veces, la presencia que hay de los grandes núcleos urbanos, termina abarcándolo todo.
Como lo que ocurre ahora con el covid19, donde la situación de Capital y provincia se lo devora todo, cuando lo cierto es que en el resto del país, se vive otra realidad muy distinta. Nos parece necesario que la diversidad cultural, política y económica que tiene nuestro país se vea reflejada y se fomente como una idea de Nación que hay que ir construyendo”.
Y agregó: “Son contenidos de todo el país, necesarios para que se consolide una visión federal de la realidad, que no es necesariamente la que se construye desde los grandes medios, sino que tiene que ver con problemáticas y necesidades que tiene nuestro pueblo, en el territorio, que queremos que sean protagónicas en la pantalla de los medios públicos nacionales y provinciales”.
Puente para la continuidad de la educación en el hogar
En este sentido y a modo de ejemplo Meneses valoró a los medios de gestión social, que en el contexto de pandemia emitieron los contenidos de “Seguimos Educando”.
En efecto, el programa “Seguimos Educando” busca –a través de la plataforma virtual de acceso gratuito www.seguimoseducando.gob.ar, programas de televisión y radio y un conjunto de materiales impresos– facilitar y promover el acceso a contenidos educativos y bienes culturales hasta se pueda retomar el normal funcionamiento de las clases.
Dicho programa, que es una iniciativa del ministerio de Educación de la Nación y la secretaría de Medios y Comunicación Pública, intenta hacer menos traumático la imposibilidad de desarrollar las clases presenciales y, de algún modo, no interrumpir el proceso de aprendizaje.
“Estos materiales no reemplazan la escuela, las clases, ni a las y los docentes. Lo que buscan es brindar una oportunidad para mantenernos en contacto con la escuela, con los conocimientos, con la tarea y –sobre todo– con el aprendizaje.
Con el fin de que el trabajo que hagan en casa guarde continuidad con lo que venían haciendo en la escuela en las distintas jurisdicciones y pueda ser retomado cuando se reinicie el ciclo lectivo; las actividades y secuencias de contenidos que se proponen por todos los medios siguen los Núcleos de Aprendizaje Prioritarios comunes para todo el país”, reza la página oficial estableciendo pautas, pero al mismo tiempo asumiendo el rol del Estado.
Hacia un nivel de formalidad laboral para los trabajadores de la Economía social, solidaria y popular
Otro aspecto que desvela a Meneses, además del rol del Estado, es cómo se articula una estrategia conjunta con los sindicatos de la comunicación.
“Los que desarrollan sus tareas en los medios de gestión social son trabajadoras y trabajadores de la comunicación y por eso es clave su relación con los sindicatos. Hay que avanzar en construir un nivel de formalidad laboral”, apuntó contundente Meneses.
Y agregó con igual énfasis: “Deberíamos ponernos a pensar, todos, si es necesario modificar estatutos de los gremios para afiliar a los trabajadores de la economía social y cómo hacerlo.
La incorporación de los trabajadores de la Economía social, solidaria y popular son una prioridad para nuestra gestión. Y tener presente que las cooperativas, el trabajo autogestionario no es atajo, no es economía de los pobres, es y son trabajadoras y trabajadores que tienen derechos. Esa es la tarea”.
Tarea compleja en tiempo de pandemia, pero que, como otras tantas cosas en este nuevo contexto a escala global, llegó para quedarse.