Una causa penal que comenzó con la detención de un hombre de 35 años acusado de intentar abrir la cerradura del auto de un policía, que estaba estacionado en barrio Pichincha, dio un giro inesperado cuando se constató que tres policías y un civil “ocultaron” las graves lesiones que sufrió una mujer el día del hecho, luego de ser alcanzada por un cenicero de cemento arrojado con violencia para que no se escapara el supuesto ladrón. La semana pasada, los tres uniformados fueron sumariados por “ocultar elementos importantes” en el acta labrada por lo hecho. Y ayer se conoció que el agente dueño del auto fue imputado de incumplimiento de los deberes de funcionario público y, junto con el civil, de lesiones y omisión de denuncia. En tanto, los otros dos uniformados involucrados, que prestan servicio en la seccional 3ª, fueron imputados de incumplimiento de los deberes de funcionario público y falsedad ideológica de instrumento público. Los dos primeros negaron las acusaciones en su contra, mientras que los restantes todavía no fueron indagados.
El hecho tuvo lugar el pasado 19 de agosto cuando un hombre de 35 años intentó forzar la cerradura de un vehículo estacionado en la esquina de Alvear y Brown, perteneciente a un policía que alcanzó a ver el delito mientras tomaba un café con un amigo en un bar cercano.
Por eso logró intervenir de forma inmediata y frustrar el robo, pero no logró apresar al supuesto ladrón, quien se dio a la fuga a pie, por lo que se inició una persecución por varias calles, hasta culminar en el estacionamiento de la sucursal del supermercadoLa Gallegade bulevar Oroño al 200.
Allí el ladrón recibió una paliza de la que participaron varias personas y de la que logró zafarse por un momento, según indicaron en su momento testigos del hecho. En ese momento, una de las personas que lo estaba golpeando le arrojó un cenicero de cemento que rebotó en el suelo y golpeó con violencia el rostro de una mujer que guardaba en el baúl de su auto mercadería que había comprado instantes antes en el comercio.
Según voceros del caso, cuandola Policíallegó al lugar se encontró con el sospechoso reducido en el piso y a menos de un metro de distancia a una mujer, identificada como María C., de 50 años, con el rostro “desfigurado” y bañada en sangre.
“La indignación del tribunal es que ocultaron todo, omitieron lo que era público y notorio, según se encuentra acreditado en el expediente por numerosos testigos que vieron la secuencia completa de los hechos”, dijo el juez de Instrucción de la 9ª Nominación, Javier Beltramone.
Es que pese a la cantidad de testigos que presenciaron la persecución y golpiza del sospechoso y el rostro ensangrentado de la mujer el episodio fue omitido tanto por el dueño del vehículo, un policía de 37 años, el amigo con el cual estaba tomando un café, de 32, y los dos policías de la seccional 3ª que llegaron al lugar y labraron el acta, informaron fuentes judiciales.
El magistrado imputó al policía dueño del vehículo y al amigo del primero por los delitos de lesiones y omisión de la denuncia y al uniformado le sumó también incumplimiento de los deberes de funcionario público. En la indagatoria llevada a cabo ayer ambos optaron por abstenerse a declarar, comentaron fuentes del caso.
En tanto, los dos policías de la seccional 3ª que intervinieron en el operativo fueron imputados de incumplimiento de los deberes de funcionario público, falsedad ideológica de instrumento público y encubrimiento y todavía no fueron indagados por el magistrado interviniente.