La Conmebol decidió esta tarde suspender la revancha entre River y Boca, por la final de la Copa Libertadores, debido a la escalada de incidentes ocurridos en las afueras del estadio Monumental, que provocaron lesiones en al menos dos jugadores del Xeneize.
«Por culpa de pocos inadptados que no entienden que el fútbol es diversión y paz, hay un pacto de caballeros entre los clubes que se desnaturalizó el juego y el otro no quisiera ganar en estas condiciones. El partido pasa para mañana (por el domingo) a las 17», anunció el presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez.
En tanto, al menos cinco hinchas de River más fueron detenidos esta tarde durante nuevos incidentes entre simpatizantes del conjunto millonario y efectivos policiales en las inmediaciones del estadio Monumental.
Las detenciones, a cargo de efectivos de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires, se produjeron en el cruce de las avenidas Del Libertador y Monroe, después de que tanto allí como a la altura de Udaondo se desatara una nueva oleada de disturbios minutos antes de las siete de la tarde entre hinchas de River aparentemente sin entradas y agentes del orden.
Personal de la guardia de infantería de la Prefectura Naval Argentina y de la Policía dispersaron a los simpatizantes más revoltosos con balas de goma y gases lacrimógenos, mientras los hinchas atacaron con pedradas y otros objetos contundentes a los uniformados, según pudo constatar la prensa en el lugar de los incidentes.
Los incidentes ocurrieron en el ingreso de Avenida Lidoro Quinteros, la diagonal que va de Libertador a Figueroa Alcorta. “Era tierra de nadie, fue una zona libertada”, aseguró Francisco Franconieri, vocal suplente de Boca.
Los jugadores xeneizes no fueron los únicos que la pasaron mal en el ingreso. Además, los hinchas millonarios insultaron y escupieron a la comitiva oficial en la que ingresaban el presidente de AFA, Claudio Tapia; el presidente de la Conmebol. Alejandro Domínguez y el presidente de la FIFA, Gianni Infantino.
En las redes sociales, muchos usuarios recordaron que el presidente Mauricio Macri y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, habían pedido que estos partidos se jugasen con público visitante.