Si bien es cierto que el rugby femenino ha crecido de manera exponencial en los últimos años. La incorporación de la mujer hoy se da en la adultez y un común denominador en todas que si en su momento de niñas o adolescentes, hubieran tenido la oportunidad de practicar rugby lo hubiesen hecho sin dudar. Por suerte los tiempos cambian, las instituciones de a poco –algunas más rápido que otras- se van aggiornando a los tiempos modernos, en los cuales el deporte no tiene género, al deporte se lo practica por igual, tanto mujeres como hombres. Y de a poco se va desterrando ese mito que el rugby femenino, le quita jugadoras a otras disciplinas. Todes tenemos que tener las mismas posibilidades de elegir que deporte practicar.
Rosario no fue la excepción del crecimiento que tuvo el rugby femenino a nivel nacional. Según datos oficiales publicados por la Unión de Rugby de Rosario: “Tras un 2019 con un crecimiento del 53 por ciento en jugadoras competitivas -de 119 a 183- y de un 100 por ciento en las categorías juveniles -de 21 a 42- se buscará superar este año estos números”. La nueva gestión de la URR con Matías Gorosito a la cabeza, no sólo le dio un lugar en el Consejo Directivo de la entidad al rugby femenino, sino el total apoyo para desarrollar una competencia seria y sustentable. Desde 2020, el CFR (Centro de Formación Rosario) suma jugadoras y así el seleccionado femenino de Rosario podrá tener jugadores entrenando para la alta competencia.
Pero el camino para todas no es fácil, y mucho menos con el difícil momento que vive el rugby. La mayoría llega porque un hermano juega, o porque el padre jugó y la tercera es porque tiempo atrás el rugby femenino no era opción para que una niña o adolescente practicara.
Pero siempre hay pioneras. Siempre aparecen esas personas que no le temen al status quo. Sabiendo que quizás nunca podrán disfrutar de un jugar un Nacional de Clubes, sin embargo, allá por el 2012, un grupo de chicas se juntaron, y bajo el nombre de “Tigresas”, sembraron la semilla del rugby femenino.
Tuvieron que pagar un alto costo, porque no fue fácil. Hasta que Old Resian les abrió las puertas, y como expone Sofía Botto –Tigresa y jugadora de Old Resian- “en Old Resian hubo un compromiso instituciones de desarrollar el rugby femenino”. Y desde ese empuje de las chicas fueron ocupando espacios y generando que el club les diera más herramientas para crecer al punto de traer como entrenador a Adolfo Imhoff, quien les dio esa cuota de seriedad para un grupo de jugadoras que querían llegar lejos, vaya si lo lograron, disputaron el Nacional de Clubes 2018 y 2019.
Alrededor de esta semilla plantada por las Tigresas, más la ramificación en Old Resian, otros clubes también abrieron la rama femenina de la ovalada, pero en esas instituciones las mujeres también tuvieron que empujar para poder tener su especio. Ese es otro punto que todas han pronunciado, “falta difusión, debería practicarse en las escuelas”, expresó Noelia Moura, jugador de Arroyo RC de San Nicolás.
“Romper con los mitos de que es un deporte violento”, dijo Analía Guida, jugadora de Provincial, que llego al rugby a los cuarenta años, pero que le hubiese gustado hacerlo mucho antes. Analía tiene una historia ligada al rugby, todos los hombres de su familia juegan o jugaron, su hijo juega y su hija jugó pero llega un momento en el cual en infantiles no se pueden hacer equipos mixtos -13 años es el límite-.
En ese momento, Analía no dudó en ir a la subcomisión y plantear el problema, que tuvo una solución rápida: Provincial hizo realidad el viejo proyecto de rugby femenino. “el rugby es un deporte que además de romper con los estereotipos físicos a la hora de jugar cuenta con importantes valores para la cancha y para la vida”, dijo la capitana de Provincial, porque además de integrar la coordinación del rugby femenino, es jugadora.
Después de practicar un deporte individual, Maricel Gori se sumó a Old Resian. Capitana desde hace unos años del Tricolor, tuvo el honor de jugar dos Nacionales. Pero Gori no se queda solo en lo estrictamente deportivo, consciente que se necesita un cambio sociocultural para que el rugby femenino crezca expresó: “Falta a nivel sociedad que se entienda que el deporte no tiene género, no hay deportes para mujeres o para hombres, que es un deporte de contacto como cualquier otro y que desde la casa los padres empiecen a estimular la práctica de este deporte”.
Luego de ser mamá, María Celeste De Girolamo, jugadora de Villa Gobernador Gálvez Rugby Club, lo tenía muy en claro, su elección deportiva ya estaba definida y ni bien pudo volver a calzarse los botines no lo dudo. “Me llamo la atención la adrenalina, el compañerismo, los valores, el estar todos unidos por una misma causa: aprender a jugar y divertirse”, dijo María Celeste y agregó: “Falta más gente que nos apoye, más publicidad mostrando lo que verdaderamente es el juego, los valores del mismo, muchas no se acercan porque creen que es muy brusco o creen que no tienen la capacidad adecuada pero sabemos que eso no es así y que todas podemos jugar si te lo propones”.
“Siempre dije que si fuera hombre jugaría al rugby. Hice doce años de gimnasia rítmica me cansé y como siempre me gustó el rugby, vi que en Logaritmo había rugby femenino, empecé y me encantó”, fueron las palabras de Julieta Arroyo Márquez, de tan sólo 16 años, pero muy decidida en cuanto al deporte. Acompañada de su mamá Sandra, que orgullosa mira y escucha atentamente a su hija. “Somos diez chicas, empezamos el año pasado y todavía no jugamos ningún partido. Falta que los padres entiendan que no es sólo un deporte para hombres y que no es violento”, dijo Julieta.
Tras muchos intentos fallidos por parte de sus padres para que practique otros deportes, al instante que Universitario formó el rugby femenino, Darlene Wohlrab sabía que ese era su lugar. “Practiqué muchos deportes antes, siempre el o la entrenador o entrenador a te habla de apoyar al compañero, respetar al rival, etc, pero en ninguno se experimentan de forma tan explícita esos valores como en el rugby”, dijo Darlene, quien además agregó: “Falta tacklear algunos prejuicios. A pesar de que hay un avance extraordinario en cuanto al concepto de femineidad, siguen existiendo ciertos imagos culturales en relación a la sexualidad, a los modelos corporales, en sí a cómo es vista la mujer que juega al rugby. Faltan más canales de información que comuniquen de forma responsable qué es el rugby; cómo se juega; y por sobre todo que el rugby, es rugby, jugado por varones y mujeres”.
En 2020: Old Resian, Provincial, Los Caranchos, Universitario, Arroyo RC y Belgrano de San Nicolás, Jockey Club de Venado Tuerto, Roldán Rugby, Logaritmo, Casilda RC, Villa Gobernador Gálvez Rugby Club, Municipal de Marcos Juárez, Gimnasia de Pergamino y La Cañada de Cañada de Gómez, serán los clubes que participaran del Torneo oficial de la URR. Serán los responsables de continuar recorriendo ese camino que empezaron a transitar –sin pensar en este presente promisorio-, las Tigresas allá por 2012.
Las protagonistas
Fueron llegando de a poco, como si se hubieran turnado. Todas con una enorme sonrisa, para algunas era la primera vez de una entrevista, sumado a una producción fotográfica. Como es habitual, el primer contacto fue tímido, pero después “con ustedes jugamos en…” y a partir de ese momento, el intercambio de opiniones, hasta de compartir información para volcar en sus clubes hizo que la previa fuera un verdadero tercer tiempo. Las protagonistas: Maricel Gori (Old Resian), Analía Guida (Provincial), Gilda Palacios (Los Caranchos), Darlene Wohlrab (Universitario), Noelia Moura (Arroyo RC de San Nicolás), Daniela Acuña (Belgrano de San Nicolás), Giovanna Pérezlindo (Roldán Rugby), Julieta Arroyo Márquez (Logaritmo) y María Celeste De Girolamo (Villa Gobernador Gálvez Rugby Club).