Los diferentes actores de la industria del entretenimiento, y del cine en particular, conocieron el jueves pasado el ya legendario rigor de Guillermo Moreno. El secretario de Comercio Interior citó a todo el sector para un encuentro habitual en él: exigirles que por cada dólar que se importa debe haber otro que se exporta. El cine y la producción de ficción enla TVlocal e internacional, con estrenos y distribución en el país, se suman así a la industria automotriz, la metalúrgica, alimentos y bebidas, libros y medicamentos. A la reunión concurrieron productoras locales que reciben subsidios y distribuidoras multinacionales, y todos recibieron la misma orden: hacia adelante, deben pensar un esquema para que por cada dólar que se llevan garanticen el ingreso de otro.
Plazo
De nada sirvieron las explicaciones acerca de la imposibilidad técnica para cumplir la pauta. Moreno dejó claro que en un plazo no mayor que los 20 días deben cumplir con la máxima. “Si la industria automotriz y la de alimentos para perros pudieron, también tiene que poder este sector», aseguraba ayer firme un hombre cercano al despacho de Moreno. “Que exporten maníes y vino, como hacen los importadores de autos de lujo», completó el funcionario.
De no cumplir la máxima morenista, el secretario ya tiene en carpeta las sanciones. A la producción local se le quitarán los subsidios; a las distribuidoras extranjeras se les impedirá estrenar películas libremente y se les aplicará un cupo.
La reunión pareció guionada. Todo arrancó con un recibimiento de Moreno estilo marcial. Párense. Cuando están frente a un secretario dela Naciónse tienen que parar, carajo, fue la primera arremetida.
El funcionario corrió argumentalmente a cada uno de los invitados. Empezó pidiendo las tarjetas de los representantes de las distribuidoras y productoras, y comenzó con el delegado de Universal. A éste le pidió la instalación de un parque temático como los que la compañía tiene en Orlando o Los Angeles para equilibrar la balanza comercial negativa por las películas que Universal estrena enla Argentina. Siguióluego con uno de los hombres de Disney en Argentina. Moreno recordó inmediatamente que se trata de la empresa que tiene al ratón Mickey como uno de sus embajadores mundiales. Pero luego desparramó sus conocimientos sobre el fundador y mentor de la compañía. Walt Disney llegó a visitarla Argentina. Segúnla teoría de Moreno, el norteamericano era “un jodido» que “se robó la idea de Bambi» de los bosques del sur. “A ver si no nos terminan debiendo guita ustedes», reflexionó. El funcionario hacía gala de su conocimiento sobre la presencia de Walt Disney en el país, y la inspiración que habría tenido Bambi en los bosques neuquinos durante un viaje de 1941.
Algo cansado de sus interlocutores, finalmente Moreno estalló. Tiró las tarjetas por el aire y bramó: “El cine del país tiene que ser argentino». Expuso luego su máxima: “Amor por amor se paga, por cada película que estrenan en el país, tienen que producir o exportar una argentina».
Uno de sus interlocutores intentó una explicación sobre la imposibilidad de cumplir con la máxima del uno a uno. El argumento de la distribuidora era la necesidad de cumplir órdenes de la “sede regional».
Esto llevó a Moreno a explicar que lo que tienen que hacer los distribuidores y productores entonces es llamar al responsable regional a su oficina. Y que si se niega, que le asegure que tiene que viajar porque “tengo una morsa en las bolas». Moreno incluso consultó “¿cómo se dice morsa en inglés». Inmediatamente, un productor preguntó sobre la posibilidad de replantear la devolución del IVA con más velocidad que la actual. Moreno cambió nuevamente su expresión. Puso su cara más seria y contestó: “Pibe, hasta ahora venís bien. No me meto con tu guita, vos no te metas con la mía».
Mirando luego a los productores locales, les recordó las frases a las distribuidoras asegurando que en adelante “el cine tiene que ser nacional», pero “ustedes tienen que empezar a exportar, porque si no, se acabaron los subsidios». Moreno avanzó en una solución al problema. Que las partes se junten, las productoras locales y las multinacionales extranjeras, y hagan películas nacionales como coproducción, y que luego estos filmes inunden el mundo. Parecía todo una escena del Far West.