David Ferrara
Tan cerca y tan lejos. Provincial está a un paso de las semifinales de la Conferencia Norte de la Liga Nacional, a apenas un puñado de triunfos de lograr el ansiado ascenso a la Liga Argentina, pero a la vez está a las puertas de la etapa más complicada del torneo, en la que un desliz te deja afuera. No escapa a las reglas legendarias del básquet, en las que la explosión de felicidad va de la mano con el sufrimiento para construir emotividad tanto dentro como fuera del rectángulo.
La cita para todo rosarino basquetbolero de ley será este domingo desde las 21 en el Salvador Bonilla para seguir el duelo de vuelta de la serie de cuartos de final del Norte entre el Rojo y Central Entrerriano de Gualeguaychú, un equipo duro y con oficio, al que sin embargo pudo derrotar en el José María Bértora para dejarlos sin invicto en casa. Claro está que la visita de esta noche buscará cumplir con el mismo objetivo y desangelar a un reducto rosarino que está impoluto en esta temporada.
Con el 1 a 0 en el bolso, Provincial buscará cerrar la eliminatoria y pasar de ronda, mientras que si se imponen los visitantes forzarán un tercer partido el lunes, también en el Bonilla. Este domingo dirigirán Juan Marcelo Pérez y Leandro Mozzoni y el comisionado será Sergio Franchini.
Quien gane de Provincial-Central enfrentará en la semifinal del Norte al ganador de Tokio de Posadas (0)-Santa Paula de Gálvez (1), mientras que por la parte alta de la llave vienen Talleres de Tafí Viejo (1) vs. Belgrano de Tucumán (0) y Amancay de la Rioja (1) vs. Riojano (1).
Los equipos
Para quienes se perdieron presentaciones anteriores de los elencos, Central es un elenco que sabe lo que hace, con experiencia y aguerrido, inteligente para jugar cerca del cesto pero con variantes en todos los puestos. Lautaro Pividori conduce, Martín Gandoy y Servio Ravina son los anotadores, Martiano Dato y Ale Madera la polifuncionalidad y Sebastián Bernasconi la presencia cerca del aro. Ellos y Francisco Di Meo son la habitual rotación de Mariano Panizza en los juegos cerrados.
El Rojo y su juego de conjunto tienen también variantes de sobra, pero el trabajo colectivo será más vital que nunca ante un contexto de adversidad que puede “comerse” a las individualidades. Gastón Gerbaudo en la base, Ale Ettorre en el desequilibrio, Pablo Fernández y todo lo que significa, el talento de Boccia y el dominio de Garello en la zona pintada son los iniciales de Tete Lalima, que encuentra roles desde el banco en Pérez, Quiroga, Evangelista, D’Amari, Reyero y Gómez según el momento.
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