Por Franco Scala
Central no pudo, otra vez. Ni siquiera en el último partido de Matías Lequi como técnico evitó una derrota en el Gigante. Y ya lleva dos seguidas, algo impensado. El verdugo fue un viejo conocido: Miguel Russo, ahora como técnico de San Lorenzo. Fue 1-0 para el Ciclón con un golazo de Nahuel Bustos en el complemento.
El Canalla viene de golpe en golpe. Esta vez no jugó tan mal como en otros partidos, pero el resultado fue el mismo: la derrota. Y eso influye en el humo del hincha. Lequi hizo lo que pudo en su ciclo y se va de Central con el orgullo de haber ganado el Clásico y nada más. El resto fue pura decepción.
Russo, que con Central no sabía ganar de visitante, ya metió dos triunfos a domicilio con el Ciclón. Cosas del fútbol que no se explican. No le sobra nada, pero un remate de Bustos alcanzó para amargar al Canalla.
Con el resultado en contra Lequi metió toda la carne a la parrila. Pero el asado se le quemó. No pudo ni empatar. Eso sí, hizo figura al arquero del rival. Pero no bastó con eso. Encima el Flaco ya sabía que era el último. La motivación pasaba por otro lado.
El primer tiempo fue digno de la temporada canalla. Pocas ideas, nada de generación de juego. Claro que anotó un gol (lo hizo Malcorra), pero el VAR metió la cola y lo anuló por una faltita previa de Ibarra.
En el complemento la cosa cambió. Se hizo amigo de la pelota y arrinconó al Ciclón. Le llegó, tuvo chances, pero una equivocación de Ibarra en la salida le permituió a Bustos meter un golazo.
Lequi ya es historia en Arroyito. Lo que viene es Ariel Holan. Un entrenador que tendrá 10 días para imponer su idea. El veterano DT pregona el buen fútbol y deberá trabajar mucho para cambiar también la cabeza de los juagadores. El fútbol es un estado de ánimo y el plantel auriazul lo tiene por el piso.