En un país en crisis, la industria del espectáculo también se resiente con casi nulas producciones de ficción televisivas y escasos proyectos cinematográficos. Sólo el teatro parece escapar a las dificultades, aunque los actores contratados son pocos.
En este contexto trascendió el complejo momento que atraviesan dos conocidos actores. Pablo Alarcón a los 76 años montó en una plaza un espectáculo “a la gorra”. “No tengo trabajo en este momento en el teatro y me pareció una muy buena oportunidad porque tengo tiempo y además yo no necesito trabajar a esta altura de mi vida. Necesito ganar guita para vivir”, explicó en diversas entrevistas.
Por su parte Jorge Martínez, legendario actor de grandes telenovelas nacionales, vive en la Casa del Teatro, por una situación económica difícil. La falta de trabajo no es nueva. “Tenemos que tener conciencia de que no siempre hubo una gran abundancia. En las mejores épocas, de mucha ficción, no eran todos los actores los que trabajaban. Del caudal de la Asociación Argentina de Actores, era un 20 o 25 por ciento”, detalló Roly Serrano en Desayuno americano.
Lo que sí es nuevo es que ante el avance de las plataformas y la caída de la ficción nacional, sólo el 5 por ciento de los actores tiene trabajo. El panorama asusta y mucho, sin embargo, los artistas argentinos no son los únicos en dificultades.
“La estadística indica que en Estados Unidos sólo el 2 por ciento de los actores ganan lo suficiente para vivir de la actuación y llegar a fin de mes”, cuenta Santiago Pereira Colombo, un joven actor argentino que vive en Nueva York y explica que “esta cifra no significa que el otro 98 por ciento vive debajo de un puente, simplemente que necesitan tener otro «side-job» como le llaman acá, para poder pagar sus cosas. La cifra que surge del sindicato de actores es que sólo el 2 por ciento de los actores registrados en el gremio gana lo suficiente para poder mantenerse únicamente con lo que se le paga por actuar en proyectos”.
Pereira Colombo admite que al menos en Nueva York, la ciudad donde reside, “la realidad es que hay muchos proyectos, chicos, grandes, diversos, que requieren muchos actores”.
Pero la contrapartida es que siendo esa ciudad una de los destinos del espectáculo también hay muchos actores buscando su lugar. “Es un mercado súper competitivo y donde quedan sólo los mejores. Hay gente que estudió, se preparó y entrenó toda su vida para actuar. Y es gente también que dejó todo por estar acá. No sólo viene gente de todo el mundo, también del resto de los Estados Unidos. Esto hace que sea un mercado súper competitivo y que al final sólo queden los mejores”.
Si en la Argentina la inestabilidad económica condiciona a la industria del espectáculo, en Estados Unidos, la huelga de los guionistas complica las producciones ya que se sumó el sindicato de actores. Pereira Colombo explica que “lo principal que se reclama es que se regularice el tema de la inteligencia artificial para que no devore la industria y por otro lado que se dé respuesta a la falta de pago de residuales”.
Los residuales son los pagos que se les hacen a los actores cuando sus programas vuelven a ser emitidos. En la Argentina esto se logró en el año 2008 con la Ley del Intérprete. Luego de un reclamo de más de diez años se reglamentó que los actores perciben un pago por la emisión y repetición de cada programa o película en la que participaron ya sea por tevé abierta, cable, satelital, en empresas de transporte aéreo, terrestre y en hoteles.
En Estados Unidos, la huelga de guionistas comenzó el 2 de mayo pasado. Fue la primera en quince años, con movilizaciones en los principales estudios de Los Ángeles y Nueva York, situación que afecta a la industria y a los actores.
El actor argentino cuenta: “A mí me llegan menos castings que hace un par de meses. Todo está medio frenado y nadie sabe muy bien qué va a pasar. No soy un experto, pero creo que en algún momento van a tener que ceder o habrá un parate total de la industria y un blackout de contenido. Ya hay muchas producciones que se tuvieron que frenar y posponer sus lanzamientos y estrenos”.
Pese al panorama complejo, el argentino rescata que “todo esto lo que está haciendo es que surjan muchos proyectos autogestionados y alternativos, obras de teatro, películas independientes; todo porque se están poniendo a trabajar en proyectos non-union es decir por fuera del sindicato. Todo esto le da aire a la industria y hace que florezcan otros proyectos más diversos con la posibilidad de contar historias que a las grandes productoras no llegaban”.
Quizás porque la mayoría de los argentinos son “expertos en crisis”, Pereira Colombo no se asusta por un presente incierto: “Creo que es muy interesante observar de cerca lo que va pasando en la industria y como va mutando”.
Hoy trabaja en diversos proyectos que lo tienen entusiasmado. “Arranqué hace un par de meses y ya estuve en una mega ópera que se llama The Student Prince, con funciones en Brooklyn. Además participé en dos ediciones del Festival Cimientos en el IATI Theater que es un teatro formado por la comunidad latina. Protagonicé tres cortos que se encuentran en post producción. Se llaman Phoenix, Under the L y Alarms Dont Work Under Water. Estuve en una serie web que hacia una productora de la India en Nueva York y estoy ensayando para dos obras. La primera se llama Five Times in One Night y se estrena en septiembre. Y la otra, The Magical Journey of Arlekina, un mega musical que se estrena recién para 2024”.
Los proyectos actorales los matiza con las clases que da en una escuela y las clases que toma de canto y baile, además de estudiar actuación en el mítico estudio de Lee Strasberg, el mismo por el que pasaron Al Pacino, Robert De Niro o Jane Fonda. “El hecho de dejar atrás mi vida, mis amigos, mi familia era un paso enorme y un esfuerzo gigante. Si lo iba a hacer quería jugármela de lleno. España, México e Inglaterra eran opciones, pero para la actuación no hay mercado como el norteamericano. Mi pensamiento fue «si voy a dejar todo para irme no quiero hacerlo a medias, quiero un desafío grande y jugar en las grandes ligas»”.
Afincado en la Gran Manzana asegura que “lo más lindo es la gente con la que me voy cruzando en cada proyecto, gente súper distinta, de distintos lugares del mundo, con historias diferentes a la mía y de quienes aprendo un montón”. Y cuando termine la huelga se imagina “estar de proyecto en proyecto, grabando para una serie mientras hago funciones de una obra en Broadway a la noche. Quizá siendo profesor en alguna escuela de actuación de acá también. Me veo también yendo y viniendo para hacer proyectos en Buenos Aires. Todo a su tiempo…”.