Diana Taurasi es tal vez la más importante de las basquetbolistas del mundo. Y si no lo es, se encuentra dentro del grupo más selecto. Y también es la más argentina de las estadounidenses. No sólo tiene raíces rosarinas por sus padres, sino que también vivió en la ciudad y es reconocida fanática de Central.
Es también la máxima referente del básquet estadounidense en los Juegos. a sus 42 años al conseguir su sexto oro en seis participaciones, algo que nadie logró en la historia.
El sitio especializado Básquet Plus pudo dialogar con ella y expresó su deseo de en algún momento hacer algo por el básquet rosarino. Vale la pena compartir la entrevista.
-¿Qué sensaciones tenés ante esta posibilidad de convertirte en algo único en la historia?
-Creo que la primera vez en Atenas en 2004, yo pensé, ‘bueno, esta es la última’, ¿Cuántas veces puede pasar esto? Un sueño fue un Juego Olímpico con esta camiseta, después pasó otras tres veces. Y después en Japón pensaba que esa era la última. Hice un chiste que los veía en París. Y a lo mejor no era un chiste, a lo mejor era algo que suponía que podía pasar. Y acá estoy. La verdad es que estoy muy orgullosa de estar con este equipo de tantos años, 20 años, con esta camiseta. Es algo grande.
-En la primera mitad, en lo que vimos en Alemania contra Francia hoy, ¿crees que el nivel del juego está creciendo internacionalmente?
-Sí, creo que se ve el compromiso de estos equipos para apoyarlos económicamente. Y creo que Nigeria es el ejemplo perfecto de eso. Puedo recordar a Tenerife en el Mundial del 2018. Ellos siguen invirtiéndose en ellas y fueron segundas en su grupo. Tienen un gran showing esta noche y espero que sigan mejorando.
-¿Quieres ver que el nivel del juego crezca internacionalmente?
– No, quiero ganar cada vez que pase en el campo. Es la vida, el juego es internacional, más nos conocemos. Yo conozco a Nigeria. Muchos de esos niños se fueron al sistema universitario, en el que vemos más jugadores internacionales en el sistema universitario. Sigue creciendo entre los hombres y las mujeres. En cada deporte, realmente.
– ¿Sabés que si se se concreta vas a ser la única 30 con 6 oros seguidos en 6 olimpiadas?
– Y bueno, ahí me dijeron eso, pero yo me concentro en las cosas chiquitas. La práctica mañana, el juego contra Australia. Así fue siempre, nunca miro la página grande. Para mí son obras chiquitas, son cosas chiquitas que tenés que hacer para llegar a una medalla de oro.
– ¿Lo disfrutás distinto por todo el camino recorrido?
. La experiencia es un poco diferente. Es diferente que el primero, es diferente que el quinto. Ya tengo 42 años. Miro, tengo dos chicos ahí arriba, es diferente. Ahora me voy de casa a un masaje y a dormir. Antes era un poco diferente la historia.
– La única argentina que representa al básquet en alguna manera.
. La verdad es que tengo ídolos como Manu (Ginóbili), Luis (Scola), que son hermanos. También mirando a todos los argentinos en todos los otros deportes, me da mucho orgullo. Todos siempre hacen un chiste que tengo en la camiseta argentina abajo de la de Estados Unidos, y es verdad.
– ¿Cuándo te diste cuenta que esto no era sólo un programa, sino un standard de excelencia?
– No damos nada por sentado. Pero creo que la única cosa que siempre hemos hecho es respetar al oponente. Y sabemos que la historia no nos va a dar ninguna victoria. Sí, ganamos no sé cuántas medallas de oro, pero tenemos que salir y jugar duro. Nigeria, Australia en dos días. Estos equipos son difíciles. Juegan juntos hace mucho tiempo. Hemos estado juntos por dos semanas y media y tratamos de resolverlo. Y siempre ha sido nuestra fuerza.
-¿Creés que la gente afuera de este programa realmente entiende lo que es necesario para hacer lo que ustedes han hecho?
-Creo que la gente piensa que es fácil, y no lo es. Creo que hablas con muchos y ellos te pueden decir lo duro es. Es diferente jugar en el escenario. Las reglas son diferentes. Es internacional. El estilo de juego es diferente. Y tenés que acostumbrarte a ello y tenés que hacerlo rápidamente. No tenés tiempo para ajustarte. Y creo que tenemos un periodo de gracia porque hemos estado en otros países. Hemos estado ahí por mucho tiempo. Así que sabemos el estilo de juego, es un ajuste difícil, es rápido.
-¿Habría alguna chance que alguna vez te pongan la camiseta argentina?
– Creo que en 1993 nos fuimos de Los Ángeles a Rosario a vivir. Y jugué para Villa Diego por un año. Ahí ya me estaban hablando si tenía pasaporte, si tenía ciudadanía. Y en ese momento no tenía, pero nos fuimos un año después y empecé a jugar con Estados Unidos en el 96. Entonces, esa idea se fue rápidamente.
-¿Y ahora no te queda ninguna posibilidad?
– No creo. Yo creo que una vez que he jugado para un equipo ya sería difícil jugar para otro equipo.
-¿Te gustaría hacer algo en el básquet de Rosario?
. Sí, la verdad que sí me gustaría hacer algo. Es la ciudad que mis padres aman. Y el básquet se ama en Rosario. Entonces, una vez que ya estoy, voy a llamar a Pepe (Sánchez), a Luis y vamos a hacer algo.
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